Fuente: BBVA
Este año, el gasto global en tecnología se ha disparado hasta los 4 billones de dólares. Esta sorprendente cifra abarca todo, desde compras de móviles hasta operaciones de fusión y adquisición de empresas, como la ejecutada por Fidelity National Information Services (FIS) para comprar la compañía de servicios de pago Worldpay, valorada en unos 35.000 millones de dólares.
Pero aparte de este tipo de inversiones por parte de grandes empresas, el ecosistema global de la tecnología financiera, el llamado sector ‘fintech’, se ha consolidado como destinatario de un porcentaje significativo de la inversión global en tecnología. Según un informe publicado este verano por KPMG, tres grandes operaciones han disparado el gasto en tecnología financiera durante el primer semestre de 2019 hasta los 120.000 millones de dólares (incluidas operaciones de capital riesgo, capital riesgo y fusiones y adquisiciones).
Esta cifra supone un notable aumento desde los casi 19,000 millones de dólares que se invirtieron en el sector en 2013. En cuanto al número de operaciones, frente a los 1.132 acuerdos de 2013, en 2018 se cerraron 2.196.
Si bien no existen indicios de moderación en este ritmo de crecimiento, el paisaje sí que ha cambiado considerablemente, con frecuencia como respuesta los cambios en las expectativas de los clientes. Ahora que los consumidores pueden acceder a la mayoría de servicios financieros por vías digitales – muchos desde plataformas móviles – comienzan a demandar servicios más eficientes, pulidos y asequibles.
Una de las áreas donde se han registrado mayores niveles de inversión e innovación es en el segmento de los pagos. A nivel mundial, cerca de 1.700 millones de personas siguen sin disponer de acceso a servicios bancarios. Esto es, no disponen de una cuenta bancaria ni de acceso a suministradores de dinero móvil. Gracias a empresas ‘fintech’ como M-Pesa en Kenya, el número de personas en situación de exclusión financiera está disminuyendo. Según un informe del banco central y FSD Kenya, entre 2006 y 2019, el porcentaje de la de la población que dispone de una cuenta bancaria ha pasado del 26,7% al 82,9%. Al igual que M-Pesa en África, la irrupción de Prisma Medios de Pago, el último unicornio en surgir en América Latina, está teniendo un impacto notable en toda la región.
Dejando de lado los pagos, la creciente preocupación entre los consumidores por la privacidad, está incrementando el interés por el uso de la ciberseguridad en las finanzas y en concreto, por tecnologías como la criptografía, llamadas a desempeñar un papel cada vez más destacado en el futuro de los servicios financieros.
El informe de KPMG explora este asunto con mayor profundidad y predice que los pagos mantendrán su posición como objeto principal de inversión en los próximos años, mientras que los sectores de cumplimiento normativo (‘regtech’), la ciberseguridad, la gestión patrimonial (‘wealthtech’) y la tecnología aplicada al sector inmobiliario (‘proptech’) irán cobrando más y más importancia.
Se trata de áreas de innovación y desarrollo cuyo auge también está constatando el equipo de BBVA Open Talent, que este año ha analizado 800 propuestas presentadas para participar en BBVA Open Talent, la mayor competición de ‘fintech’ del mundo.
Regtech
El mercado de la tecnología aplicada al cumplimiento normativo – ‘regtech’ – cerró 2018 con un notable índice de crecimiento que se espera que continúe en 2019. Sin embargo, la evolución del sector durante estos últimos cinco años ha sido bastante fluctuante, alternando picos y valles.
Tras la aprobación de las directivas europeas GDPR, PSD2 y MiFID II, se espera que el cumplimiento legislativo comience a escalar posiciones en la lista de prioridades de los inversores a escala global.
Hasta la fecha Europa ha sido uno de los grandes impulsores de las inversiones en este ámbito, según el informe, pero en Singapur y China existe un creciente interés como resultado de la actividad de diversas asociaciones normativas, que buscan impulsar el nivel de inversiones y el grado de adopción de estas tecnologías en la región.
Ciberseguridad
Debido a la repercusión de cualquier noticia relacionada con la ciberseguridad y los robos de datos en los medios y sobre los consumidores, no es de extrañar que este segmento se haya convertido en uno de los grandes dinamizadores del sector de la tecnología financiera. Según KPMG, debido al creciente riesgo de las amenazas a la seguridad digital y al auge de la demanda de servicios de protección anti-fraude, la ciberseguridad va continuar siendo un terreno fértil para la inversión. Para los gigantes de los servicios financieros, poner coto a las amenazas externas es un paso clave en el desarrollo de servicios más intuitivos y digitalizados, por lo que la prevención se está convirtiendo en un elemento cada vez más destacado de sus estrategias.
La clave aquí es conseguir que los consejos de dirección tomen conciencia de la importancia de este asunto, según Bia Bedri, responsable global de ciberseguridad, Banca y Mercados de Capitales, KPMG International. “El sector necesita tomar conciencia de cómo los cambios tecnológicos, como las redes 5G, van a afectar a sus negocios y ecosistemas“, añade. “Las empresas de servicios financieros tienen que comenzar a pensar en la seguridad desde una perspectiva diferente”.
Wealthtech
Quizás uno de los segmentos más desconocidos para el gran público de los que se ponen de relieve en el informe de KPMG sea el del ‘wealthtech’, esto es, la tecnología financiera dirigida a mejorar la gestión de las inversiones y el patrimonio personal y profesional. Visto el drástico incremento en el volumen de inversión que se ha registrado en 2019, todo parece indicar que el segmento se acerca a un punto de inflexión.
Hasta ahora, han sido los nuevos bancos digitales los que han apostado con mayor convicción por el desarrollo de este tipo de soluciones, en las que han visto una manera de complementar y diferenciar su oferta de servicios principales. Así, la inversión en ‘wealthtech’ se ha disparado en el último semestre.
Y el segmento parece estar encaminándose hacia una “segunda etapa de madurez”: la de consolidación y equilibrio, en la que los inversores comenzarán a ser más analíticos y selectivos a la hora de apostar por una ‘startup’. La oportunidad para las compañías emergentes de ‘wealthtech’ para acceder a financiación sigue estando ahí: en la primera mitad de 2019 se cerraron 45 operaciones por un total de 2.200 millones de dólares, frente a los 1.800 millones de dólares invertidos en 88 operaciones en 2018.
Proptech
El segmento ‘proptech’ – el uso de la tecnología para modernizar y agilizar la compraventa y el alquiler de propiedades inmobiliarias – continúa ganando impulso.
Hay tantas áreas de mejora en los mercados inmobiliarios comercial y residencial que en el informe no se le vislumbra límite al sector. En 2018, se invirtieron 1.400 millones de dólares en 82 operaciones. En lo que va de 2019, ya se han invertido 1.000 millones de dólares. A pesar del volumen de inversión que está acaparando el sector y del número de ‘startups’ que están apareciendo, no parece haber fin al potencial de la tecnología para dar respuesta a algunos de los puntos de fricción que afectan tanto a los consumidores como a las grandes empresas del sector.
A través de sus múltiples iniciativas de innovación abierta, entre las que destaca Open Talent, BBVA se ha situado a la vanguardia de las áreas más prometedoras de la innovación tecnológica. Open Talent, ahora en su undécima edición, ofrece un vehículo de crecimiento para compañías que están lanzando innovaciones en áreas como la sostenibilidad. De hecho, uno de los proyectos finalistas de este año es una aplicación para medir y recompensar el comportamiento sostenible adoptado por sus usuarios.