Fuente: BNamericas
El sector Fintech peruano podría registrar un importante hito este año, cuando se espera la implementación de la primera regulación importante para un sector específico.
En mayo, el gobierno envió al Congreso un proyecto de ley de crowdfunding para ofrecer mayor seguridad a los inversores y protección a los consumidores.
El proyecto de ley establece que las plataformas de financiación colectiva solo pueden ser administradas por empresas con sede en Perú y autorizadas por el regulador de valores SMV.
En términos de supervisión y legislación secundaria, SMV establecería requisitos mínimos de capital y trabajaría junto con el regulador de servicios financieros SBS y otras autoridades.
Las reglas de crowdfunding fueron elaboradas el año pasado por SMV, SBS y el Banco Central.
Dado que el crowdfunding involucra el dinero del público en general, se ha convertido en un foco temprano de varios gobiernos latinoamericanos que buscan crear reglas para una industria que está creciendo y evolucionando a un ritmo que podría sorprender a los reguladores.
La histórica ley Fintech de México, publicada en marzo del año pasado, tiene un fuerte enfoque en el crowdfunding.
Javier Salinas, vicepresidente de FinTech Perú, dijo a BNamericas que no espera más regulaciones específicas para el sector durante el 2019.
Para respaldar la creación y el crecimiento de Fintech, el banco peruano de desarrollo Cofide planea establecer un fondo de capital semilla de US$20mn.
En mayo, la agencia estatal de noticias Andina citó al presidente de Cofide, Carlos Linares, diciendo que el fondo podría llegar a alcanzar US$100mn, con la posible participación de fondos pertenecientes a otras agencias del sector público y también a organismos multilaterales.
Una tendencia que está creciendo en Perú, y en toda Latinoamérica, involucra alianzas entre empresas financieras y bancos. La asociación peruana de bancos privados Asbanc señaló en una nota reciente sobre Fintech que en el futuro se verá competencia y colaboración entre los dos sectores, lo que debería beneficiar a los clientes de servicios financieros existentes y atraer a muchos nuevos clientes a través de una mayor inclusión financiera.
