Por Vanessa Arenas
Las Fintech han logrado ofrecer servicios financieros a personas no bancarizadas. Ese es uno de los grandes retos de la industria y, en alianza con este tipo de empresas, lo están logrando. Así lo asegura Luis Battilana, Latam Industry Head Finance de Baufest, empresa que brinda soluciones innovadoras de software & IT a más de 200 compañías en 50 países.
Hace pocos días, Battilana estuvo de visita en Chile y pudo conversar con Ebanking News sobre el desenvolvimiento de las Fintech en la región y cómo deben ser acogidas por la banca tradicional.
-¿Cómo evalúa el salto hacia la digitalización de la industria financiera en Chile con respecto al resto de Latinoamérica? ¿Qué le hace falta y en qué ha avanzado?
El gran desafío para la región es el tema de la seguridad. Luego, en algunos países, que los marcos regulatorios se implementen y empiecen a funcionar. Por ejemplo, en Argentina se está revisando un marco regulatorio para las fintech. En México se acaba de publicar una ley para darle transparencia y seguridad a las personas cuando operan con una fintech, porque en ese mercado -al igual que en Argentina- no existe un alto nivel de bancarización de la población. Y ahí tenemos otro desafío importante en aquellos países donde el grado de bancarización es de un 50 ó 60%, que es emplear las fintech para darle acceso a servicios bancarios a ese grupo de la población que no tiene posibilidad de acceder a la banca tradicional.
Cuando hablamos de transformación digital, lo primero es que la industria se digitalice y avance hacia un sistema transparente y seguro. A nivel de instituciones bancarias, vemos distintos grados de madurez, porque la transformación digital es algo muy profundo al interior de las organizaciones y, por detrás, en realidad hay una gran transformación cultural.
-¿Cuáles son los países de Latinomaérica mejor posicionados en banca digital?
Según varias encuestas, México, Colombia y Brasil lideran la Transformación Digital del sector financiero en América Latina. Chile se encuentra muy bien posicionado debido a su alto grado de bancarización, fuerte penetración y adopción de la tecnología en la población, buen nivel del talento y un fuerte apoyo al financiamiento de la innovación (+88% de las empresas fintech confirmaron haber obtenido fondos de terceros), lo que está desafiando al mercado Latinoamericano.
-¿Cuál es el papel de las Fintech en la industria?
El papel de las fintech es fundamental, porque son un canal de llegada para que más gente pueda tener una cuenta bancaria y realizar transacciones digitales. También, las fintech nacen como una respuesta a cómo las personas desean relacionarse con el dinero electrónico o con una entidad financiera. En ese sentido, creemos que la fintech no van a reemplazar a la banca tradicional. Lo que está surgiendo es una tierra de oportunidades, porque empieza a generarse un nuevo modelo de negocios, marcado por como las personas quieren relacionarse con la entidad financiera. Nace un nuevo ecosistema de negocios con distintos jugadores, donde bancos y fintech van a coexistir y colaborar, cada uno desde su especialidad.
En el caso de las fintech, no creo que los bancos se vayan a convertir en una, ni las fintech en un banco, porque cada una tiene sus especialidades y fortalezas. El banco puede ser más pesado que una fintech, pero es quien tiene el dinero, tiene los clientes y varias cosas más que una fintech no. En cambio, una fintech, al ser una startup, tienen que buscar financiamiento y es complejo que lo hagan como ya están financiados los bancos. Ninguno se va a comer al otro, sino que van a empezar a coexistir en un nuevo ecosistema de negocios, donde podrán colaborar mutuamente.
Las fintech le aportan al sistema bancario ahí donde los bancos no han llegado. Por ejemplo, en tener una mayor capilaridad para alcanzar a sectores de la población que aún no están bancarizadas. Ya es común ver experiencias de pago y transferencia de dinero a través de apps desde el teléfono móvil. También, las fintech le han dado a la banca tradicional la urgencia de ser más ágiles y veloces. Eso disparó en los últimos cinco años un impulso a proyectos de transformación digital en los bancos, que empezó a tomar otro ritmo para no perder espacios que tímidamente están empezando a ocupar las fintech. Entonces, las fintech están actuando como aceleradores de ciertas tecnologías para mejorar la experiencia de servicio a las personas y ofrecer nuevos productos, como micropréstamos, financiamiento colectivo (crownfunding) o transacciones con activos virtuales (criptomonedas).
-Se ha hablado mucho que más que una transformación digital se necesita una transformación cultural para consolidar el cambio, ¿eso está aplicándose o aún no se ha asimilado?
No hay transformación digital sin una transformación cultural por detrás. Porque cuando las empresas comienzan a transformarse digitalmente no significa tomar unos procesos y digitalizarlos. Eso es hacer lo mismo que hemos estado haciendo, pero de manera digital, con lo cual obtendremos los mismos resultados.
En realidad, la transformación digital es una oportunidad para pensar distinto. Porque cuando se piensa digital, los procesos fluyen más allá de las personas, el trabajo es colaborativo y se diseñan servicios en función de la experiencia que se desea producir. Al mismo tiempo, esas experiencias tienen que ser tan buenas y satisfactorias hacia dentro de la organización como hacia los clientes.
Los procesos de transformación delatan puntos dentro de la organización que crujen, porque primero se debe trabajar de una manera ágil, para lo cual hay que derribar silos.
Entonces, para generar una verdadera transformación digital, la organización debe cambiar, porque cambia la forma de generar y apropiar valor. En ese sentido, es clave que las empresas comiencen a replantearse su propósito y con ello alinear el negocio.
-¿Cuál es el rol de Baufest dentro de esta transformación?
El propósito de Baufest es mejorar la vida con tecnología, dejando una huella positiva en la sociedad. En ese sentido, cuando hablamos de transformación digital, nuestro rol es apoyar a una organización a definir y hacer realidad una estrategia de transformación digital. Hacerla realidad significa bajar la estrategia, implementarla y hacer todo el acompañamiento generando una transformación positiva en las personas.
