Fuente: www.elboletin.com
La decisión de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) de prohibir el denominado raspado de pantalla o ‘screen scraping’ ha levantado ampollas en el sector de las fintech, que consideran que la institución está favoreciendo a los bancos restringiendo el acceso de nuevos competidores en los servicios de pagos.
Una coalición de 62 fintech, incluyendo firmas como Klarna y Trustly y organizaciones como el lobby European Fintech Alliance (EFA) firma un manifiesto contra la prohibición del ‘screen scraping’, una técnica de programación consistente en recolectar datos de la pantalla de una aplicación para poder mostrarlos en otra, recoge la CNBC. Esto se realiza normalmente para capturar datos de una aplicación heredada, como un ordenador central de IBM, por ejemplo, con el fin de mostrarlo utilizando una interfaz de usuario más moderna, como un PC o un móvil. Sin embargo, también puede ser utilizado para robar datos, según teme la EBA.
Estos temores serían los que habrían llevado a la EBA a apostar por una prohibición del ‘screen scraping’, una apuesta que sin embargo se ha encontrado con una resistencia feroz por parte de las fintech. En su manifiesto, las tecnológicas argumentan que el texto tiene el “potencial de impactar negativamente en los modelos de negocio de nuestras empresas”, y podría “revertir lo que se ha logrado por las empresas fintech en los últimos años en Europa”.
El manifiesto sostiene que la enmienda, que se incluiría en la directiva europea de servicios e pagos (PSD2), convertirá a los bancos en “guardianes del sector fintech” permitiéndoles luchar contra la competencia de los recién llegados al mercado.
Se supone que PSD2 aumentará la competencia y la innovación en los pagos los servicios bancarios minoristas europeos, al abrir el acceso a los datos de los clientes a proveedores no bancarios alternativos, a menudo compañías tecnológicas. Pero la enmienda introducida por la EBA propone permitir a los bancos que nieguen acceso directo si proporciona una puerta trasera a una interfaz de programación de aplicaciones (API) no aprobada.
Los bancos sostienen que es necesario para garantizar la seguridad y la protección de los datos de los clientes, que podrían ser los que tuviesen que dar su permiso para compartir estos datos. Para las fintech, sin embargo, los “estándares propuestos no sólo son inconsistentes con PSD2”, sino que además “obligarán a las fintech a ser tecnológicamente dependientes de los bancos”, ya que requerirán de su aprobación.
El manifiesto pide a los responsables políticos que “no excluya tecnologías específicas, como el acceso directo, y preserve la neutralidad tecnológica y la elección del consumidor en el espacio de pago”.