Fuente: Expansión
En los últimos años, los servicios que ofrece la banca a nivel global se han ido transformando gracias a la digitalización, lo que ha hecho que la forma en que atiende a los consumidores cambie de manera vertiginosa. Y esto lo hemos visto en la transición en los servicios que se ha ofrecido a través del tiempo: desde los que se brindan en una sucursal, a la banca por teléfono, la banca electrónica y ahora en dispositivos móviles.
Esta misma digitalización llevó de la mano a la creación de las fintech, ofreciendo oportunidad de servicios financieros a sectores que históricamente han sido olvidados por los bancos.
El crecimiento de estas empresas ha sido tal en los últimos años que en la actualidad se calcula que existen cerca de 15,000 en todo el mundo, de acuerdo al informe “Fintech, innovación al servicio al cliente”, elaborado por el Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG.
En cuanto a México, ha tratado de consolidarse como un país líder en el sector a nivel Latinoamérica; hoy ocupa el primer lugar de la región con más empresas de este tipo. De acuerdo a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), existen más de 500 plataformas que operan en México, de las cuales 201 operan bajo las figuras que reconoce la Ley Fintech.
En materia de empleo, el reporte Termómetro Fintech: Los retos de la regulación, realizado por el área de Intelligence de Endeavor México, indica que el ecosistema ha creado 3,600 empleos directos y beneficiado a más de 4.5 millones de usuarios registrados en sus servicios.
Pero volvamos al punto principal, ¿Por qué las fintech dan a miles de personas en el mundo oportunidades bancarias? La respuesta es sencilla: Los bancos no están llegando a millones de personas que no cuentan con servicios financieros, las startups fintech sí lo hacen por medio de tecnología y modelos de negocio innovadores. Gracias a esto, estas empresas avanzan en la carrera por ganar usuarios.
Ahora bien, el uso de los servicios financieros nos puede dar una idea de qué tan desarrollada está una sociedad, destacando variables como el número de personas que tienen una cuenta bancaria, acceso a crédito, contrataciones de seguro y algún otro producto financiero.
Tomando a México como ejemplo, podemos ver que el porcentaje de la población mayor de 18 años que cuenta con al menos un producto financiero pasó del 56% en 2012, al 68% en 2018, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF 2018) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En cuanto a los productos empleados como medios de pago, se observa que el 34% de los mexicanos cuenta con una tarjeta de crédito, mientras que el 47% posee una tarjeta de débito asociada a una cuenta bancaria.
Como podemos ver, durante los últimos seis años se han dado grandes avances en materia de inclusión financiera. Pero la realidad es diferente, pues es importante tener en cuenta que 6.5 millones de adultos reciben algún tipo de apoyo gubernamental otorgado por estos medios.
Retomando datos de la ENIF 2018, podemos darnos cuenta que el efectivo es el medio predominante de pago para todo tipo de transacciones. A nivel nacional, el 87% de las personas lo utiliza para realizar compras mayores a 500 pesos; mientras que solo el 10% de los adultos efectúa pagos de bienes y servicios mediante su cuenta bancaria y apenas el 2.7% utiliza smartphones, a pesar de que el 93% de la población total en México se conecta a internet por medio de su celular, de acuerdo con datos del INEGI.
Esto explica por qué el mercado de consumidores y Pymes sub-bancarizados y no bancarizados es el principal objetivo de las fintech, además de dejar en claro que la llamada “inclusión financiera” únicamente ha servido como un medio por el cual la gente accede al efectivo, lo que incentiva la corrupción en países como Chile, Brasil, Argentina y México. Aunque justo aquí entran las empresas fintech que compiten con los métodos financieros tradicionales en la prestación de servicios y que, de alguna forma, están democratizando la forma en la que circula el financiamiento al utilizar tecnología e innovación para mejorar las actividades del sector.
Su área de acción incluye créditos, inversiones, pagos, blockchain , inversiones en la Bolsa de Valores, uso de Big Data , bienes raíces y finanzas, entre otros. Además, son capaces de proporcionar servicios especializados a menores costos y pueden involucrarse en el desarrollo y uso de criptodivisas.
Al tener a su disposición la tecnología y todo un abanico de posibilidades, es natural que esta tendencia compita con las entidades financieras tradicionales, que ahora buscan alianzas con las mismas fintech para poder conservar sus cuotas de mercado.
La consultora PWC refleja en sus publicaciones los movimientos de las entidades financieras tradicionales para adaptarse a la nueva situación de mercado. En su informe Fintech 2017, refleja que el 53% de la banca comercial ya tiene alianzas con estas empresas para actualizar los medios de pago y las transferencias de fondos.
A su vez, esta explosión de fintech a nivel mundial ha propiciado la aparición de asociaciones internacionales que buscan afianzar la posición de estas empresas. Entre ellas, se encuentra la Fintech Iberoamérica, que engloba 12 asociaciones repartidas por 20 países.