Fuente: Pauta.cl
Mayor inclusión financiera generan estos nuevos productos sin exigencias de renta, que se abren en cinco minutos y se operan desde el celular o el computador.
Aunque desde hace unos años los clientes bancarios vienen prefiriendo operar por canales digitales en vez de acudir a una sucursal o un cajero automático, en la pandemia esta tendencia vive un boom. Hoy el banco está en el teléfono inteligente y el computador, y se opera con tarjetas y medios de pago digitales.
Según cifras de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), el 90% de los montos totales transferidos en 2020 -incluyendo las ayudas estatales a los hogares y los retiros de los fondos de pensiones- se hicieron a través de la banca online, que cumplió «un rol primordial al canalizar los pagos de manera ágil y eficiente», afirman. Esto significa que su participación aumentó en ocho puntos porcentuales respecto de 2019, superando los mil millones de transacciones, agregan desde el gremio.
En este contexto comienzan a masificarse las cuentas digitales (que se abren y operan 100% online), que en el caso de la banca «ya suman más de 4,2 millones, con un marcado crecimiento en el ultimo año», dice la ABIF.
Estos productos no piden requisitos de renta, porque operan únicamente con el dinero que el propio cliente aporta. Así, pueden ser abiertas por cualquier persona mayor de 18 años y, en algunos casos, también por extranjeros. Así, son un importante paso para la inserción financiera de grupos hasta ahora no bancarizados. Considerando solo el número de clientes, superan largamente a quienes tienen cuentas corrientes, que exigen rentas o abonos mínimos mensuales y que a noviembre de 2020 llegaban a 597 mil en todo el sistema, según cifras de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
Rápido, fácil y sin deuda
Aunque hay distintas fórmulas, las cuentas digitales en general operan con una cuenta vista y tarjetas de pago con provisión de fondos (de débito y sin cuenta bancaria). Ambos productos funcionan con el dinero que el cliente carga, de modo que no generan deuda. Además, no es necesario ser cliente del banco o entidad financiera que respalda la cuenta.
Abrirlas toma cinco minutos si tiene su cédula de identidad a la mano. Para confirmar su identidad pueden requerir su ClaveÚnica del Registro Civil (si no la tiene, puede solicitarla online) o pdirle que active la cámara del celular para usar la tecnología de reconocimiento facial.
En su operación cumplen las regulaciones bancarias habituales y garantizan la seguridad de la cuenta, aunque por cierto el cliente es reponsable de la privacidad de sus claves tal como ocurre con cuaquier otro producto.
Descargando una aplicación al teléfono o computador se puede operar en forma fácil a la hora de pagar cuentas de servicios básicos, realizar transferencias, comprar online en Chile y el extranjero y también pagar servicios digitales como delivery, juegos, transporte y tiendas. Muchas además ofrecen acceso a la infraestructura digital del banco que la respalda.
Lo que hay en el mercado
Las más conocidas hasta ahora tienen nombres cortos: MACH, Life, FAN, Chek. BCI lidera el mercado con MACH, una aplicación que además permite enviar links de cobro o de pago a las personas que figuran como contactos en el teléfono. Esa opción también la tiene Check de Banco Ripley, la única que no está asociada a una procesadora de transacciones global como Visa o Mastercard. Ambas no cobran comisión de apertura ni de mantención.
Santander ofrece la cuenta corriente Life, sin línea de sobregiro y con costos de mantención de $2.300 para quienes tienen entre 25 y 69 años, $1.000 entre 18 y 24 años y completamente gratis para los mayores de 70. Pero también ofrece Superdigital, a costo cero hasta diciembre de 2021 y que combina una cuenta y una tarjeta virtual de prepago.
A mediados de 2020 el Banco de Chile lanzó FAN, una cuenta vista sin costos de mantención ni comisiones por transferencias, consultas de saldo, pagos automáticos y compras con la tarjeta de débito. Permite girar dinero desde cualquier cajero del banco sin tarjeta y tiene la opción de una tarjeta física a retirar en la sucursal si se desea.
La cooperativa Coopeuch es la únida entidad financiera no banco que ofrece un producto de prepago. Se han sumado también a esta tendencia emisores no bancarios, como la Caja Los Héroes y el grupo Credicorp con Tenpo, que se promueve como «la puerta de entrada a la Financracia».
Según cifras de la CMF a diciembre de 2020 para las tarjetas con provisión de fondos, respecto de los saldos lidera el mercado la tarjeta MACH de BCI (47% de participación), seguido de Prepago Los Héroes (28%), Superdigital de Santander (26%) y Chek de Ripley (8%), y mucho más atrás Tenpo y Coopeuch.
Los aliados de la digitalización
En todos estos desarrollos la banca no ha estado sola. «Muchos bancos de Latinoamérica -y Chile no es la excepción- han estado más dispuestos a probar, experimentar, innovar y colaborar con terceros para crear nuevos servicios», afirma Patricio Silva, director general de Digital Bank Latam, una plataforma que conecta al mundo financiero con los emprendimientos tecnológicos que les generan solucientes eficientes, masivas y baratas.
Estos emprendimientos, conocidos como startups Fintech, «están jugando un rol fundamental, no sólo por sus modelos de trabajo ágiles, sino que también por la rápida adopción de tecnología y muy buenos niveles de seguridad. Esto genera mayor competencia, calidad e integración en beneficio de los clientes», añade.
Como ejemplo, menciona los altos estándares de seguridad y protección de datos de procesos como la apertura de cuentas, pago de servicios, trasferencias e, incluso, la portabilidad financiera de forma online y simplificada, «que es hoy una realidad en el mercado local». Destaca que si bien Chile siempre ha estado entre los países mejor posicionados de la región en estas materias, la crisis sanitaria «ha obligado a repensar y reestructurar muchas estrategias que mejorarán aún más este ámbito».