Fuente: El Tiempo
Mientras la expedición de nuevos plásticos cayó 81 % en el cuarto mes, el gasto se redujo en 50 %
Los colombianos le están haciendo un poco el quite al uso de sus tarjetas de crédito en medio de la pandemia, pues al tiempo que han reducido bastante su consumo con estas, también las están cancelando de forma masiva, en parte, para evitar la tentación de pagar sus compras con este medio y no endeudarse ante el creciente desempleo.
Solo en abril pasado salieron de circulación 541.353 tarjetas de crédito, a razón de 18.045 cada día, con lo que el número de estas pasó a cerca de 15,8 millones en ese mes, esto es una cantidad similar a la que había en octubre del año pasado.
No obstante, en marzo del 2020, cuando el país apenas comenzaba a enfrentar la pandemia, se había logrado un máximo cercano a los 16,4 millones de plásticos activos, según cifras recientes de la Superintendencia Financiera.
A partir de este punto no solo la cancelación de tarjetas por parte de sus titulares se hizo más evidente, sino también la expedición de nuevos plásticos por parte de las entidades.
De 350.793 tarjetas de crédito que se expidieron en enero pasado se pasó a 262.570 en marzo, cuando se evidenció la pandemia en Colombia. Pero apenas un mes después (abril), ese volumen llegó a solo 53.205 nuevas tarjetas expedidas, reflejando una caída cercana al 81 por ciento.
En abril también se elevó en 82.146 el número de tarjetas de crédito bloqueadas de manera temporal hasta las 1,94 millones, entre otras razones, por reportes de robo o pérdida y mora en el pago de la cuota mensual.
Este efecto lo han sentido los principales emisores de plásticos en el país. En Bancolombia, la colocación de nuevas tarjetas de crédito ha caído un 50 por ciento en los primeros meses de la cuarentena.
Cristina Arrastía, vicepresidenta de Negocios del banco, explica que la covid-19 “ha generado impactos importantes en la colocación de productos, sobre todo de crédito.
Esto se debe a que muchas personas han perdido sus empleos o simplemente son más cautelosas a la hora de realizar gastos no esenciales debido a la incertidumbre del momento”, incluso a sabiendas de que este medio se ha convertido en la opción más segura e ideal para hacer pagos y compras en línea.
Este impacto en el español BBVA ha sido del 80 por ciento, según Alejandro Ramírez, director de Medios de Pago de la entidad en Colombia.
“Tuvimos un primer trimestre muy positivo en cuanto emisión de nuevos plásticos, pero en abril y mayo la venta de tarjetas cayó a mínimos históricos por la pandemia. En junio hemos tenido un repunte de emisión, pero seguimos en un 50 por ciento de nuestra actividad”, agregó.
Jaime Alberto Upegui, presidente de Scotiabank Colpatria, también reportó un bajonazo fuerte en este frente. “Las medidas de aislamiento preventivo decretadas para evitar la propagación del virus han disminuido la colocación de tarjetas afectando principalmente la venta de tarjetas en tiendas, donde tenemos alianzas con los principales minoristas del país, y oficinas de la red propia”, dijo.
El dato de reducción de tarjetas activas en el mercado se suma a la fuerte caída del consumo con estas, pues en ese mismo mes la facturación (compras y avances en efectivo) se redujo en un 50 por ciento, al pasar de 5,66 billones a finales de marzo a 2,81 billones solo 30 días después.
El año había empezado con una dinámica de consumo con tarjetas bastante alto, pues en enero se registró un gasto de 7,4 billones de pesos, el más alto visto en el país en un inicio de año, revelan los datos oficiales.
Sin embargo, a medida que avanza el año ese gasto de los hogares con sus tarjetas se ha ido atenuando en medio de las restricciones impuestas por la pandemia, que, a su vez, ha hecho que el país tenga su tasa de desempleo más alta desde cuando se hace esta medición, 21,4 por ciento en mayo, según lo reveló el Dane.
Así, mientras en abril las compras con tarjeta de crédito cayeron 44,2 por ciento frente a marzo y 58,5 por ciento respecto a enero de este año, los avances de efectivo lo hicieron a razón de 66,9 y 72,6 por ciento, respectivamente.
Vale decir que en enero pasado los tarjetahabientes obtuvieron liquidez por 1,86 billones de pesos con sus plásticos, cifra que se redujo a solo 510.000 millones al cierre de abril.
Estrategias de contención
Aunque la situación para miles de hogares sigue siendo crítica en medio de la pandemia, las entidades no se han quedado de brazos cruzados y comienzan a desplegar sus estrategias para tratar de contener y recuperar el terreno perdido en este frente.
“Nuestro centro de fidelización cuenta con un equipo de asesores que brindan a nuestros tarjetahabientes que manifiesten su intención de cancelar sus tarjetas diversas alternativas, diseñadas para cada uno de ellos, según sus necesidades”, señaló Cristina Arrastía, de Bancolombia.
En Scotiabank Colpatria, por su parte, ajustaron la propuesta de valor de sus tarjetas, ofreciendo traslados gratuitos a citas médicas para adultos mayores, rediseñaron procesos para que los clientes pudieran realizar sus transacciones a través de los canales digitales y domiciliaron el pago de servicios públicos y privados con cargo a la tarjeta de crédito a través de la página web.
“Hemos desarrollado alianzas con compañías ofreciendo descuentos y beneficios, que van desde domicilios gratis hasta descuentos en el pago de servicios de telefonía móvil, y les estamos ofreciendo alivios financieros a todos los clientes que se han visto afectados por la covid-19, entre muchas otras medidas que garantizan”, señaló Upegui, presidente del banco.
Ramírez, del BBVA, dijo a su vez que su estrategia tiene tres componentes. El primero, encaminado a brindar alivios a los clientes afectados por el covid-19, a quienes se les ofreció hasta dos meses de gracia para pagos de intereses y capital. Así mismo, tasas de interés especiales para compras de primera necesidad. El segundo consiste en otorgar una asesoría financiera completa en este momento de incertidumbre, mientras el tercero se encaminó a la prestación del mejor servicio a través de los canales digitales.