Fuente: cincodias.elpais.com
Las pequeñas y medianas empresas se ponen en marcha tras meses de confinamiento que han dejado sin liquidez a todo tipo de firmas y han afectado a todos los sectores de la economía en España. El coronavirus ha hecho sufrir especialmente a las pymes, que constituyen el 99% del tejido productivo español y que crean el 72,4% del empleo del país, seis puntos por encima de la media europea, según datos del Ministerio de Industria.
Aunque países como Chipre, Malta, Bulgaria, Letonia, Lituania, Eslovenia, Grecia, Portugal e Italia tienen más empleo en pequeñas y medianas empresas que España, los datos sitúan a la economía española como una de las más dependientes de las compañías de hasta 250 empleados de toda Europa.
A su vez, en la Seguridad Social hay inscritas un total de casi tres millones de pymes que son responsables del 61% del Valor Agregado Bruto nacional. Son cinco puntos más que la media europea. La gran relevancia del sector en España implica que la incertidumbre sobre la recuperación económica tras la pandemia del Covid-19 se refleje directamente en los desafíos a los que se enfrentan las pymes, más frágiles que las empresas de mayor tamaño.
Según el último barómetro de Cepyme, el 98% de las pymes ha visto reducido el volumen de sus ingresos debido al Covid-19 y el motivo para casi la mitad de ellas ha sido la falta de demanda. Además, más del 90% de las pymes mantienen malos pronósticos sobre la viabilidad de sus negocios a un año vista tras la crisis. El 60% valora que tendrá que reducir el número de empleados en los próximos 12 meses y el 86% afirma que está en riesgo la supervivencia de su negocio si la crisis se prolonga en el tiempo.
“Son datos tremendos, vinculados directamente a la configuración del tejido empresarial español que está formado en más del 90% por micropymes, compañías de menos de 10 empleados. En España faltan medianas empresas”, afirma Luis Aribayos, director de economía y transformación digital de la patronal.
Tras la difícil coyuntura económica que deja el coronavirus, los expertos ven necesario potenciar la capacidad de crecimiento de las empresas de menor tamaño para favorecer la solidez financiera del conjunto del tejido empresarial. “El verdadero problema comienza ahora, en la fase de reapertura”, advierte Aribayos. Según la patronal, los empresarios se enfrentan a una reducción de la demanda, a un aumento de los costes fijos por las medidas obligatorias de seguridad que ha impuesto el virus y a la incertidumbre por el riesgo a una segunda oleada.
El rizo lo ponen el mercado y los consumidores, que han cambiado en la era postcovid. “Si antes eran las empresas las que llevaban la iniciativa con medidas para acometer su transformación digital, ahora es el cliente el que ha cambiado su forma de relacionarse y de consumir, se ha digitalizado”, argumenta Aribayos. “La transformación digital es cultura de empresa, gracias al Covid hemos hecho un curso acelerado, pero eso no significa que hayamos transformado todo el tejido”, añade.
Para garantizar la continuidad de las pymes, reactivar la economía tras la crisis y generar empleo, los expertos abogan por acelerar el proceso de digitalización, poco desarrollado en España frente a otros países europeos. Según Eurostat, la proporción de empresas innovadoras españolas se situaba en el 36,9% en 2016, muy lejos de los porcentajes observados en Francia, Italia o Alemania (el 57,7%, el 53,8% y el 63,7%, respectivamente). En esta misma línea, el peso de la inversión en actividades de investigación y desarrollo sobre el PIB español, tanto del sector público como del sector privado, es un 26% y un 54% inferior al del promedio de la UE, respectivamente.
De acuerdo con el estudio de PwC Industria 4.0: Global Digital Operations Study 2018, se estima que dos de cada tres empresas españolas se están quedando atrás en el proceso de digitalización, y solamente el 20% de sus ingresos procede de productos y servicios digitales. España solo cuenta con un 5% de empresas digitalmente punteras en comparación con el 10% de media mundial. Y según Cepyme, solo el 14% de las empresas tenían un plan de transformación digital antes de la crisis.
En la opinión de las principales consultoras de Recursos Humanos, fomentar las capacidades digitales del personal es fundamental para acelerar la transformación digital. “El nuevo entorno laboral más digital que nunca ha venido para quedarse”, explica Rubén Castro, el director comercial de Adecco. De hecho, muchas empresas dedicadas a ofrecer soportes digitales a pymes, prevén un aumento de su negocio en la era postcovid.
Es el caso de Payfit, una startup que digitaliza los trámites administrativos de las empresas. “Nuestros clientes se han dado cuenta de que es mucho más interesante el proceso de digitalización ahora, porque los equipos han tenido que trabajar a distancia por primera vez”, explica Lucía Castro, responsable de marketing. También han sido capaces de adaptar su producto a la nueva legislación de los ERTE. “De manera manual, con un gestor tradicional, no se podría haber hecho con esta flexibilidad y rapidez que permite la digitalización del proceso”, añade Castro.
La digitalización podría elevar un 11% los ingresos de las empresas españolas y reducir sus costes en una quinta parte, según el informe La Sociedad Digital 2019, editado por Fundación Telefónica. Este matiza que el panorama no es tan positivo para todo el tejido empresarial. Aunque un 23% de las compañías grandes y medianas hacen un uso regular del cloud computing (trabajar en la nube), esta cifra cae hasta el 9% en el caso de la microempresa, el grueso del tejido industrial.
El uso de análisis a través de big data en el sector productivo es aún más anecdótico: poco más de una décima parte de las pymes y un 2% de las microempresas. Paro llegar a las firmas de menos de 10 trabajadores, son necesarias que las administraciones se involucren con planes de ayuda y acciones concretas, según Cepyme. “La transformación digital necesita de tecnología, talento e información”, resume Aribayos.
A la necesidad de digitalizarse que tienen las pymes le llega ahora la oportunidad que brinda el nuevo fondo de recuperación europeo, con recursos específicos para este campo gracias a los cuales el Gobierno sufragará parte del reciente plan de digitalización de la economía a cinco años en el que la pequeña empresa puede ser protagonista.
Las empresas pequeñas son más vulnerables
El Banco de España, en su último informe anual, explica que las empresas pequeñas tienen mayores dificultades para acceder a la financiación debido a que la inversión en estas compañías suele percibirse como más arriesgada, a problemas de información asimétrica (entre inversores y la propia empresa) y de escala reducida.
“Todo ello hace que, en general, las empresas pequeñas presenten una estructura de financiación menos diversificada que sus competidores de mayor tamaño. Con frecuencia, esta financiación es especialmente dependiente de los préstamos bancarios, lo que hace que las compañías de menor tamaño sean más vulnerables a perturbaciones que incidan sobre este canal financiero, como se puso de manifiesto durante la última crisis financiera”, reza el organismo.
Para luchar contra los efectos de la nueva crisis del coronavirus, el Gobierno facilitó 100.000 millones en avales del ICO para dar liquidez, reservando siete de cada 10 euros a pymes y autónomos. Sin embargo, esta medida ha probado no ser suficiente. “A pesar del programa de avales, existe el riesgo de que algunas empresas sufran problemas de solvencia, como consecuencia del deterioro de su rentabilidad durante esta crisis”, alerta el Banco de España mientras el Gobierno amplía su plan.