Los principales avances de los últimos cinco años en: La industria financiera chilena

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Fuente: El Mercurio

Banca móvil

«Hace ya varios años que la Banca chilena viene innovando fuertemente en su forma de operar, bajo el desafío de avanzar a una banca «no presencial» y digital, realizando esfuerzos que permitan a los clientes llevar en sus bolsillos los servicios financieros de su banco, utilizando para ello las diversas plataformas móviles de que estos disponen. Esta innovación está disponible ya hace varios años en Chile, incluso, somos líderes en la región en la capacidad que tienen los clientes de realizar transferencias electrónicas de fondos (TEF) en forma instantánea desde sus dispositivos móviles».

Ricardo Matte, gerente general de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF)

 

Ley de tarjetas de prepago

«La reciente aprobación de la ley de tarjetas de prepago es la innovación que marcará más a la industria financiera, ya que significará una revolución de los medios de pago en Chile. Las tarjetas de prepago se convertirán en el monedero electrónico de los chilenos. La gran versatilidad de estas tarjetas permitirá su uso masivo en todo tipo de comercio; así como también, podrá ser un medio de pago viable en los peajes de las carreteras; estacionamientos urbanos, y en los sistemas de transporte, como el metro y los taxis, entre otros. Se espera que en el futuro este medio de pago reemplace al dinero físico. En tanto, respecto de su implementación en Chile, esperamos que a mediados de 2017, las distintas empresas emisoras comiencen a emitir estas tarjetas en el país, por lo que los principales efectos de esta innovación los veríamos recién hacia fines de 2017».

Claudio Ortiz, vicepresidente ejecutivo del Comité del Retail Financiero

Digitalización

«Una de las innovaciones más relevantes en la industria financiera y que ha impactado muy positivamente en los clientes, ha sido la digitalización de las operaciones. Por digitalización nos referimos a generar un proceso continuo y fluido, sin interrupciones, en que todos los procesos que intervienen en la cadena de valor relevante para los socios/consumidores son realizados en plataformas tecnológicas que no precisan de firmas físicas, autorizaciones de personas por correo u otro tipo de participación que obliga a pasos presenciales que implican mayores tiempos o costos. Algunos actores nacionales ya han implementado en forma parcial esta tendencia en sus operaciones. Sin embargo, la transformación completa puede tardar algún tiempo, según los expertos, de tres a cinco años».

Rubén Ulloa, gerente de estudios, políticas públicas e institucionales de Coopeuch

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