Fuente: IproUP
La transformación digital se ha convertido en materia excluyente para las empresas que buscan un lugar dentro de la nueva economía. Pero también ha sido una misión casi imposible para algunas firmas durante 2018.
Sin importar el tamaño, todas las compañías han mostrado problemas para adecuar su negocio a las cambiantes demandas de un «consumidor 4.0» que exige más agilidad y propuestas innovadoras.
Las cifras son más que elocuentes: el 93% de los grandes empresarios reconoce que su organización tendrá dificultades para satisfacer a sus clientes en el mediano y corto plazo.
Tal es así que las compañías temen perder terreno ante una competencia que se anticipa será feroz en 2019. En efecto, el 43% de los ejecutivos locales expresa su preocupación por ser superado en el mercado por sus rivales, según un informe desarrollado por Dell Technologies e Intel.
En este marco, el 2019 será clave. Las empresas deberán acelerar su carrera hacia la innovación para no quedar rezagadas o «heridas de muerte». Parte de la solución pasa por saber dónde arrancar.
Plan digital 2019
A la hora de crear un programa de transformación digital, el principal punto que subrayan los expertos es el compromiso de los líderes.
«Es esencial que los ejecutivos senior estén convencidos y alienten el cambio. De esta manera, se envía el mensaje de que la transformación es vital, urgente e inevitable», remarca Rubén Belluomo, gerente comercial para el Cono Sur de Infor, una multinacional de software empresarial con sede en Nueva York.
El segundo punto es la capacitación integral de todo el personal de la organización. «Si una empresa quiere una transformación digital, todos deben hablar el mismo idioma. Es la única manera de asegurarla», subraya Federico Giesenow, managing partner de YopDev, dedicada a brindar soluciones digitales a compañías de la talla de Coca Cola y Unilever.
Otra cuestión de gran importancia es la flexibilidad. Según los ejecutivos consultados, es la principal característica que permite escalar a los emprendimientos y competir contra empresas más grandes.
«Deben implementarse metodologías ágiles para funcionar de forma similar a las startups, desarrollar un estilo de liderazgo ‘open-minded’ y estar dispuesto a trabajar en la incertidumbre», resume Ismael Briasco, fundador de BigSmartLabs, una consultora que ofrece asesoramiento en transformación digital.
Otra cuestión insoslayable es el foco en el consumidor. Desde utilizar el autoservicio o el envío de productos al domicilio hasta un feedback bidireccional o medios de pagos online servirán para eliminar fricciones con el cliente y lograr una mejora continua.
Giesenow agrega que en el equipo de la empresa «hay que contar con ‘líderes digitales’. Es decir, gente que tiene el foco para empujar esa acción, autoridad, presupuesto, credibilidad y, además, respaldo desde arriba».
En 2019 –según los expertos– se verán estrategias más agresivas en cuanto a la transformación digital de las empresas. Y señalan que las principales tecnologías a las que apostarán lon las siguientes:
1 – Inteligencia artificial: será vital en la atención al cliente para ofrecer respuestas ágiles a través de chatbots, por ejemplo.
2 – Machine learning (aprendizaje automático): analizar los datos y predecir necesidades, para ahorrar en costos y anticiparse a la demanda, será otro punto fundamental.
3 – Internet de las cosas: otro aspecto crucial para eficientizar el proceso de producción y la logística de los productos, entre otros factores.
4 – Herramientas de Business Inteligence: requeridas para seguir resultados en tiempo real y ejecutar acciones que repercutan en los clientes.
5 – Pagos digitales: tras su masificación entre el público, implicarán un recursos indispensable para impulsar las ventas.
6 – Blockchain: agiliza el traspaso de datos de manera segura. También será clave para el seguimiento de transacciones y trazabilidad de alimentos en sector retail.
Más allá de las tecnologías que pueden ser utilizadas, los expertos siempre ponen por delante el «factor humano» y la creación de un plan que permita usar la innovación para reformular el negocio.
Cultura digital
La transformación digital llegó para quedarse. Los expertos del sector coinciden en que ya no es opcional, sino que el mercado está obligando a las compañías a actualizar sus modelos de negocios.
«Vemos que el consumidor va con un Fórmula 1 y la mayoría de las empresas están corriéndole con un Ford T. Llegan un día tarde», dispara Giesenow.
Para el directivo, lo peor que pueden hacer las compañías es «quedarse inmóviles», al tiempo que también alerta que no hay que «jugar al catch-up». Es decir, mirar lo que hacen los jugadores digitales para imitarlos. «La clave es ver cómo refundar la operación», afirma.
Briasco acota que el primer paso es «reconocer que los modelos de negocio han cambiado drásticamente y se requiere de una adaptación».
Pero la tecnología es apenas una arista del problema. Belluomo asegura que las compañías necesitan «una nueva perspectiva, una forma totalmente nueva de considerar las oportunidades de negocio». Es decir, una transformación cultural.
Sobre este punto, un informe de Dell-Intel subraya que la «cultura digital inmadura» es el principal escollo y afecta al 30% de las 600 empresas relevadas. Se trata de una nueva forma de pensar en la que deben estar involucrados todos los integrantes de una organización, desde el CEO hasta el cadete.
«Debe abarcar el cambio, aceptar riesgos y recompensar al personal para una resolución creativa de los problemas. Refleja los valores de la empresa y surge desde arriba», se explaya Belluomo.
«Hay que comenzar planificando el modelo de negocio, los flujos de facturación y cómo brindar una oferta diferencial. Luego, mapear puntos de contacto con los clientes y su recorrido por los sistemas de la empresa desde que solicitan el servicio», señala el ejecutivo.
Y completa: «A partir de ahí, se pueden identificar qué herramientas, conocimientos y lineamientos se requieren para la toma de decisiones para apoyar los procesos».
Para generar este cambio, según Giesenow, «es clave sentarse, reflexionar y tener una visión de cómo reformular el negocio», para «dar pasos en esa dirección y ver la respuesta». Claro que cada rubro tiene su propia problemática.
«Las compañías fabricantes deben transformar sus productos en servicios más holísticos, para ver lo que busca el cliente», ejemplifica.
«Las firmas de servicios tienen que mejorar la personalización», añade Giesenow y completa: «Salir de la segmentación a la hiperpersonalización, al servicio uno a uno, que es lo que ofrece la tecnología».
Briasco remarca que las empresas que todavía no arrancaron con la transformación deben encarar este tema de manera urgente.
«Hay una industria en particular que hoy está en el ojo de la tormenta: el retail», señala el experto.
Ante un año recesivo que se aprovechó –según Belluomo– para informase sobre las posibilidades de la transformación digital, las empresas deben saber que el partido más importante se jugará en 2019. Y que ya no hay tiempo que perder.