Por María Eugenia Fuentes, Directora People de NTT DATA Chile.
La mayoría de los biólogos y científicos ha llegado al consenso que para la existencia del planeta como lo conocemos hasta ahora y la supervivencia de la humanidad es vital la biodiversidad, encargada de garantizar un equilibrio perfecto en la Tierra.
En el mundo organizacional, la diversidad de personas, ideas, nacionalidades, género, edades y culturas entrega una riqueza única a los equipos de trabajo. Porque los grupos humanos con sus distintas experiencias y visiones del presente y futuro enriquecen la gestión, en contraste con los conjuntos de personas similares, donde predomina una sola visión.
Naturalmente, las personas tendemos a agruparnos con otros con los que compartimos cosas en común. Es una conducta humana, pero que cuando queremos potenciar la innovación y la disrupción, debemos gestionar de forma intencionada y estratégica. Por eso, contar con equipos humanos diversos debe ser parte de la gestión estratégica de las compañías. La diversidad vista como un valor, como un aporte concreto a la innovación y la mejora continua.
¿Y cómo hacer esto? Pues lo primero es que los liderazgos de las organizaciones estén convencidos de ello y actúen en consecuencia. No es suficiente contar con los mejores talentos que provengan de diferentes orígenes o tengan distintas visiones dadas por su formación, experiencia, etc. Se debe generar un entorno de confianza donde sientan que pueden aportar, que son imprescindibles para el proyecto común, donde sus ideas son escuchadas, con la finalidad de empoderar a cada una de las personas para que pongan en valor lo mejor de su talento.
En este contexto, son los líderes quienes deben fomentar una comunicación horizontal, buscando espacios para las diferentes propuestas, incluso para aquellas que puedan parecer muy diferentes o que cuestionen elementos supuestos como verdades únicas.
Además, para cautivar y retener a esta diversidad de talentos se debe considerar que no se trata solamente de dinero. La fidelización tiene que ver con la experiencia que el ecosistema es capaz de brindar, desde el día que es contactado para la entrevista hasta el momento que deja la empresa, sea por la razón que sea. Asimismo, la retención se relaciona también con las oportunidades de carrera, de formación, de participar de proyectos desafiantes, de vivir experiencias internacionales. También otras cosas como la posibilidad de realizar un aporte activo a la sociedad como, por ejemplo, a través de programas de voluntariado, de vinculación con el entorno, causas sociales, entre otros.
Así es como el futuro nos invita a tomar un gran desafío: generar entornos donde los talentos encuentren el espacio para marcar la diferencia, donde estén expuestos a un equipo y condiciones que potencien al máximo sus habilidades, y donde las mejores ideas sean escuchadas e impulsadas. Desde aquí, aportaremos al país al generar espacios innovadores y disruptivos, que apunten a buscar soluciones en el mismo sentido para las distintas necesidades.