Por: Luis Battilana, director de Servicios para la Industria Financiera de Baufest Latam.
Hace apenas un par de años, Latinoamérica mostraba un lento avance en la transformación digital de sus servicios financieros. Sin embargo, tras la modernización de las áreas de TI que impulsó la pandemia en toda clase de organizaciones, este sector vive hoy una reinvención que dará como resultado un nuevo ecosistema digital fuerte e innovador.
Muestra del momento que atravesamos en la región es que Chile, Ecuador y México son los países más digitalizados en su sector financiero, de acuerdo con el Estudio de Madurez Digital 2022 de la consultora EY, el cual también revela que entre 2021 y 2022 el presupuesto que destinaron las empresas de este sector para su digitalización creció 67.8 por ciento.
Estos datos demuestran que cada día se incrementa el interés de la banca por adoptar más y mejor tecnología para dar más eficiencia a sus procesos y brindar una buena experiencia al cliente, por ello -sin duda- continuará el boom de herramientas como el onboarding digital, la biometría y la tokenización de pagos.
Además, seguirán cobrando mayor relevancia los nuevos jugadores del ecosistema financiero digital, como lo son las billeteras digitales y las fintech, las cuales han demostrado ser claves para la inclusión de aquellas personas que han estado fuera del sistema financiero durante muchos años.
Y es que en general, la penetración bancaria en Latinoamérica es baja, al situarse en torno al 50% frente a un 97% de los mercados más maduros como el europeo, señala un reciente estudio de Boston Consulting Group (BCG). Por ello, es necesario seguir direccionando los esfuerzos para hacer que más ciudadanos accedan a los servicios financieros a través de soluciones tecnológicas innovadoras.
Atender y resolver este pendiente que tienen desde hace años el sector público y privado, es preponderante ya que la bancarización es considerada por el Banco Mundial como un factor determinante para tener una vida digna, ya que permite el uso de créditos, seguros e inversiones para mejorar la calidad de vida de las personas.
Otros elementos que sin duda serán fundamentales para lograr una inclusión financiera y alcanzar la madurez digital en este sector son las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), porque aportarán y garantizarán un mayor acceso, eficiencia, transparencia y seguridad al sistema financiero local, regional e internacional.
Si bien en Latinoamérica el camino aún es largo para realmente contar con un ecosistema financiero digital maduro que se destaque por ser ágil, flexible, colaborativo e inclusivo; sin duda avanzamos en su transformación a un ritmo constante y con la suma de esfuerzos de gobiernos e iniciativa privada, estoy convencido que lograremos construir soluciones que con tecnología impacten de manera positiva en la vida de las personas.