Por Pablo Iturbe, gerente general de Tigabytes
La digitalización llegó para quedarse en todos los ámbitos de la vida moderna, y uno de los aspectos más fundamentales de la misma, es la educación, pues sin ella no sería posible encaminar ninguna de las acciones necesarias que impulsan el crecimiento o desarrollo que caracterizan los distintos caminos de la innovación humana.
Por ello la tecnología digital no puede estar ausente de los actuales procesos educativos, dado que todo lo que hoy conocemos como Cuarta Revolución Industrial o Revolución 4.0 nace precisamente de la necesidad de comprender, internalizar y aplicar en nuestra vida conceptos clave como eficiencia, sustentabilidad y amabilidad con el medio ambiente. Pero no sólo debemos hacerlo como un paradigma que se repite en forma robotizada, sino también llevarlo a la práctica en el día a día y muy especialmente, inculcar dichos valores desde pequeños en las diversas instituciones de educación al servicio de la comunidad.
¿Y cómo logramos esto? Pues aplicando iniciativas que nos permitan ofrecer todos los beneficios de la Nube al sector educativo e implementando acciones tendientes a facilitar la tarea educacional mediante herramientas de gestión eficientes y que permitan acercar la relación de los estudiantes tanto con sus profesores como con las diversas instituciones a las cuales asisten.
Piensen tan sólo lo maravilloso que sería que cada estudiante en Chile no tuviese que perder el tiempo en la búsqueda de contenidos dispersos, sino que pudieran descargar en sus computadores, material de biblioteca, textos de estudio, libros complementarios o referencias bibliográficas para hacer sus tareas o trabajos académicos. O que con un simple click accedieran a una carpeta donde archivan todas sus materias o que pudiesen compartir con sus profesores sus apuntes y responder dudas o entregar a tiempo los deberes asignados.
Y todo esto es posible, y más que factible, si se aunaran por ejemplo, las políticas educacionales con la actual disponibilidad de soluciones digitales y virtuales que nos brinda la nube, donde aplicaciones innovadoras como Google Apps for Education, entregan un servicio gratuito para escuelas, integrando herramientas colaborativas para docentes y alumnos.
Y no se trata sólo de permitir que los estudiantes y profesores tengan un correo personal, sino de poner a su disposición una solución real de comunicación interactiva y con alto nivel de seguridad en el almacenamiento de datos, para que tanto alumnos como docentes resguarden sus datos personales y los contenidos académicos que se incorporen a la nube.
Por ejemplo, la educación del presente y del mañana hoy tiene a su disposición, además del tradicional servicio de Gmail y Documentos, la herramienta Classroom, que permite crear y compartir tareas con facilidad, mantener organizado y seguro el contenido de estudio, y mejorar la comunicación de los estudiantes entre sí con el objetivo de ahorrar tiempo y simplificar todas las funciones o tareas conjuntas que se quieran llevar a cabo.
Además, Google actualmente dispone de programas para educadores y estudiantes acordes con todas sus necesidades específicas, para obtener máximo provecho a herramientas innovadoras, empleos y pasantías para estudiantes, contribuyendo a su formación empresarial y optimizando todo su desarrollo profesional, entre otras múltiples opciones.
Ya no hay excusas para negar el evidente aporte de la digitalización en materias educativas, ni tampoco razones para no recurrir a todos sus beneficios en materia de ahorro de tiempo, accesibilidad universal y seguridad, y mejoramiento en la comunicación.
Estamos ante un pilar fundamental para asegurar el éxito en toda política educativa que desee avanzar hacia la eficiencia y el desarrollo, en beneficio de toda la población, y como tal tenemos el derecho y la oportunidad única de aprovecharlo en toda su dimensión.