Roberto Valderrama, Director Comercial de VeriTran Chile
Debido a la entrada en vigencia en agosto de la convención de Budapest contra el cibercrimen, Chile actualizará por primera vez en 24 años la ley de ciberdelitos. Según informaron autoridades de Gobierno, además de tener la tasa de penetración de internet más alta de Latinoamérica, en Chile existen 37 millones de tarjetas de crédito y débito bancarias, con más de 1.700 millones de transacciones por año.
En la última década el uso de las transferencias electrónicas se quintuplicó y hoy en nuestro país hay 8 millones de usuarios de banca digital, según la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF). Por lo que una de las problemáticas que se presentan para la banca es descubrir cómo potenciar los beneficios asociados al uso de la tecnología, manteniendo los riesgos bajo control. Cerca de US$ 575.000 millones (0,5% del PIB global) es lo que el cibercrimen le cuesta al año al mundo, monto que alcanza los US$ 90.000 millones en el caso de América Latina y el Caribe. Esto es cerca del 1,2% del PIB de la región.
En este sentido, uno de los principales modelos de abuso informático del mundo digital es el phising, mediante el cual los cibercriminales adquieren información confidencial, como datos de las tarjetas de crédito, de forma fraudulenta. Esta situación afecta directamente dos de los principales activos del sector financiero, la confianza y la reputación. Por este motivo resulta primordial contar con sistemas de seguridad de avanzada sobre los canales electrónicos que protejan la valiosa información de los clientes.
Existen distintos tipos de soluciones que responden a estas necesidades, pero desde nuestra perspectiva, la más efectiva es el pago móvil basado en Smartphone, donde el mismo dispositivo se transforma en una herramienta de autenticación.
Específicamente, usar el celular para realizar pagos resulta mucho más seguro y efectivo que operar con base en el mundo físico con un medio de pago estático como las tarjetas de crédito o débito. Esto se debe a que el pago móvil asegura que bajo ninguna circunstancia los datos de los usuarios queden expuestos durante las transacciones que estos decidan realizar. En este sentido, en vez de contar con 16 dígitos fijos expuestos en un plástico, el pago móvil genera por ejemplo una tarjeta virtual con números dinámicos que tienen una duración limitada y están asociados a una transacción especifica. Es decir, sirven solo para esa transacción y por un tiempo limitado. De esta forma, no sólo se protegen los datos de los usuarios, sino que además el pago móvil previene la clonación de tarjetas y disminuye el riesgo de robo de identidad. Esta modalidad puede ser utilizada en diferentes canales de compra, como, por ejemplo, compra presencial pagando con el celular con NFC hacia un POS o en eCommerce introduciendo los datos de la tarjeta virtual, con la seguridad de que esos datos no pueden ser reutilizados ni re direccionados con otros fines.
Por otro lado, es importante contemplar la seguridad de los dispositivos móviles para proteger al 100% la funcionalidad del pago móvil y acceso a los datos. Hoy en día los teléfonos móviles cuentan con diferentes innovaciones que generan mayores medidas de seguridad para evitar el fraude. Una de ellas es la biometría donde los sistemas de reconocimiento facial, de voz o huella dactilar, logran una precisión tan alta que hacen posible identificar a una persona en tan sólo segundos.
Si bien la ley ayudará a tipificar los delitos de manera más precisa y contribuirá a perseguir criminalmente a los responsables, los costos seguirán siendo los mismos para las empresas e instituciones financieras si no se toman acciones concretas de prevención. Tanto reforzar los sistemas de seguridad de las transacciones como implementar mecanismos de generación de códigos y claves dinámicas, son condiciones fundamentales para poder eliminar el fraude y dar mejores y mayores servicios transaccionales a sus clientes. Es por esto que el pago móvil sigue siendo una de las soluciones más seguras y, al mismo tiempo, una de las más inclusivas para los usuarios.