Por: Marcelo Fondacaro, VP Global Sales Director de VeriTran
Durante el último año y medio mucho se ha hablado acerca de las Fintech, y dentro de estas conversaciones se ha puesto también en tela de juicio su relación con los bancos tradicionales, cuestionando si su llegada al mercado competiría o no con las soluciones que ya ofrecían las instituciones financieras a sus consumidores.
Hoy en día el abanico de Fintech ha crecido enormemente, de hecho, según Finnovista (Fintech Radar – DIC 2017), el ecosistema chileno ha crecido un 34% en los últimos años y se posiciona como el cuarto de América Latina, con 75 startups Fintech.
Este crecimiento está revolucionando el mercado y ha creado una nueva manera de afrontar uno de los desafíos más difíciles para esta industria: el de brindar la mejor experiencia de usuario.
Si bien la Banca ha evolucionado rápidamente en su transformación digital, el ritmo del cambio y las necesidades de continua innovación desbordan a las áreas de tecnología e, incluso, al ecosistema de empresas que proveen servicios tecnológicos a los bancos.
Frente a este contexto surge la pregunta si bancos y fi Fintech deben competir o cooperar. Hasta ahora, Fintech y Banca han usado herramientas propias para desarrollar su universo de clientes, compitiendo y acusándose mutuamente: las Fintech han acusado a los bancos de monopolizar servicios y ser burocráticos, y los Bancos han acusado a las Fintech de estar en el borde de la legalidad e incumplir medidas básicas de seguridad. Sin embargo, el surgimiento de nuevos ecosistemas de colaboración determina entornos en donde ambos actores pueden unirse, no sólo para ampliar la oferta de servicios, sino para mejorar considerablemente la experiencia de los usuarios y promover la inclusión financiera.
Lograr una relación cercana y eficaz entre Banca tradicional y Fintech – a través de ecosistemas abiertos que concentran la oferta y demanda de desarrollo de aplicaciones y servicios – hace posible que Bancos y Startups puedan convertirse en clientes o proveedores, de acuerdo con sus necesidades.
Para los Bancos, esta colaboración constituye un atajo en brindar los servicios innovadores que sus clientes demandan y en muchos casos derivan en una optimización de sus operaciones, así como el crecimiento en la base de usuarios finales, aliados y empresas proveedoras.
Para las Fintech emergentes, es una oportunidad de formalizar sus operaciones con más clientes y proyectos, llegando a un mayor número de usuarios finales.
En este sentido, los esquemas de “Marketplace” son de los más elegidos a la hora de pensar en cómo trabajar en conjunto para facilitar la integración de Banca y Fintech, donde ambos actores encuentran valor para asociarse e integrarse, llegando rápidamente a soluciones que satisfagan las necesidades de los exigentes usuarios finales.
La apertura y la colaboración en la industria financiera se traducirá en la innovación necesaria para desarrollar servicios que, basados en un proceso rápido de integración de mejores prácticas, resuelvan las demandas de eficiencia, flexibilidad y seguridad que el mercado exige actualmente.