Por: Ramón Heredia, Director Ejecutivo de Digital Bank Latam
Comienzo mi mañana tomando un café, luego de mi sesión de nado matutino. Miro la cafetería, el hall central del hotel y el acceso a los ascensores. Sólo veo espacios vacíos, sigo mirando alrededor y pienso en este desperdicio de recursos, mesas y sillas clásicas, grandes espacios con terminaciones doradas. Me imagino que, en algún tiempo, todo este diseño clásico fue de gran valor para las personas y tal vez aún hay mucha gente que lo aprecia.
Espacios Vacíos, se quedan estas palabras en mi mente, me llegan más imágenes de este vacío. Camino hacia la oficina y el centro de Santiago en febrero, también representa el vivo ejemplo de espacios vacíos. Los cafés, los automóviles, las tiendas, la gente.
Pienso en cómo los emprendedores están aprovechando y generando una revolución en los negocios, centrándose en estos espacios vacíos. Airbnb, por ejemplo, está usando los espacios vacíos en las casas de las personas para crear la empresa de hotelería más grande del mundo, dándole vida a estos espacios. Uber es otro gran ejemplo de la utilización de los espacios vacíos, no sólo en el uso del espacio en los autos, sino que también en los espacios vacíos en la vida de las personas. Muchos conductores de Uber tienen sólo ese trabajo, pero muchos otros con los que he conversado, son personas jubiladas o personas solas que aprovechan Uber para conversar y conocer gente. Una y otra vez espacios vacíos.
Esta reflexión la escribo desde un Work Café del Banco Santander, el nuevo formato de oficinas del Banco, donde cualquier persona puede entrar y ocupar los espacios, conectarse a Internet y tomarse un café. Esto es un muy buen ejemplo del uso de los espacios vacíos. Antes, cuando tenía que hacer un trámite y visitar a mi ejecutivo, había muchos lugares sin uso y desperdicio de recursos. Hoy entro a un lugar lleno de vida, personas hablando, estudiando, leyendo, haciendo negocios, ejecutivos con clientes, sonidos de tasas, las máquinas del café, ruido. En definitiva, vida.
Los visionarios que se sentaron a pensar en estos espacios vacíos crearon por ejemplo la virtualización de computadores, que permite aprovechar la capacidad de las CPU de las máquinas y simular varios computadores en un solo servidor. Esto lo pudieron lograr, analizando el uso de las CPU y se dieron cuenta de que su uso era muy bajo.
La revolución digital de la que tantas veces me toca hablar y que me apasiona, en últimas, es la revolución de los espacios vacíos. No es sólo tecnología, es también sentarnos a pensar en identificar todos esos espacios que hay en la vida de las personas y también en nuestras vidas. Hay espacios vacíos en los lugares más obvios, como los activos fijos, por decirlo en lenguaje contable, esas cosas que podemos tocar, las oficinas, los edificios, los automóviles, los aviones, los camiones, los restaurantes, los cafés, las máquinas, los computadores. Pero también hay espacios vacíos en cosas intangibles, como el tiempo de las personas, los intereses, los grupos de amigos, la plata en tu cuenta, las deudas, los sueños, el dolor.
El desafío del siglo 21 y de esta revolución de los modelos de negocio, es identificar esos espacios vacíos, mirar dónde están, quién los tiene, quién los necesitaría usar, cómo los podemos conectar, cómo generar energía a partir de ellos. No sólo los activos fijos, sino que también los intangibles. Hay personas que tienen tiempo y conocimiento, también hay personas que no tienen tiempo y que necesitan ese conocimiento. Nuestra era deja de ser transaccional y paso a paso se transforma en una era relacional, la era de las conexiones, la era de la inmediatez. Cada vez queremos menos cosas, lo que queremos es la experiencia que nos dan esas cosas. En el fondo no queremos un auto, queremos transportarnos cómodamente.
Durante el siglo 20 consumimos recursos naturales para tener cosas, el cerebro humano con su infinita capacidad ha creado artefactos para que la construcción de cosas sea cada vez más rápida y automatizada. El desafío de nuestra generación y de nuestros emprendedores, es el buen uso de esas cosas, la utilización de los espacios vacíos, la conexión de los que tienen los espacios, con los que los necesitan, ahí, en ese punto, “uno de los puntos del espacio que contiene todos los puntos” como decía Borges en El Aleph, ahí tienes el inicio de un negocio.