Por Ramón Heredia | Director Ejecutivo Digital Bank Latam
La privacidad, el uso de nuestros datos, el petróleo del siglo XXI, los dilemas éticos de influir en las acciones de las personas. He visto mensajes de personas en las redes sociales pidiendo a los otros usuarios salirse de la misma red en la que ellos publican. “Nos manipulan”, “son herramientas para hacer el mal”, “voy a quitar los celulares a mis hijos”.
Un tremendo impacto está causando el documental de Netflix, con testimonios de muchos de los ingenieros que desarrollaron las herramientas digitales que usamos hoy. El foco en enganchar al cliente, el mantenerlo conectado con notificaciones, colores llamativos, corazones, botones de “me gusta” y otros inventos celebrados por la industria del marketing.
Hoy podemos hacer marketing uno a uno, podemos saber los gustos de las personas con sólo analizar sus interacciones en redes sociales. No necesito ser un científico de datos para hacer esto, hoy existen plataformas que hacen mucho del trabajo de análisis, diseño y pruebas masivas de mensajes, para ver cual es el que engancha de mejor forma al cliente. Las imágenes de Instagram, los vídeos cortos de TIk Tok, los GIF animados, los efectos de Snapchat y muchos otros inventos, que hoy se han transformado en nuevos lenguajes. A veces pienso que cada vez nos acercamos más a los jeroglíficos de las civilizaciones antiguas, dejamos de comunicarnos con letras y volvimos a comunicarnos con dibujos, tal vez sea más óptimo, porque con un par de dibujos puedo expresar una mezcla de conceptos que llegan directo al corazón de las personas.
En cada una de estas interacciones, vamos dejando un poco de nuestras almas en forma de datos. Cuando tu miras Tik Tok, Tik Tok te mira a ti y muchas veces te conoce mejor que tú mismo. No deja de ser escalofriante el poder de los algoritmos y lo estratégico que se han vuelto. Sin ir más lejos, una de las condiciones que impone Donald Trump para que Tik Tok pueda seguir operando en Estados Unidos, es que sea vendida a una empresa americana con todos sus algoritmos, condición con la que el gobierno Chino no está de acuerdo.
!¡Dios! ¿A dónde hemos llegado?, lo que comenzó como un juego de Mark Zuckerberg de su dormitorio de Harvard hoy se transforma en un asunto entre las potencias más grandes del mundo. Pero lejos de alarmarse y contra lo que muchos comentan respecto al documental de Netflix, creo que lo fundamental y lo que está de fondo en todo este asunto, es la educación. Las personas en general no leen y sólo se alimentan de la información que miran en las redes sociales o antes de la creación de estas, en la televisión.
La crisis actual no es digital, la crisis actual es educacional. La tecnología es solo una herramienta y el marketing siempre ha usado herramientas para llegar a nuestros corazones. Hay muchas herramientas educacionales en sus celulares, uselas, no vuelva a las cavernas, lea y no se deje llevar de primera por lo que ve en la televisión o en las redes sociales o en Netflix.