Por Guillermo Torrealba, CEO de Buda.com
El Bitcoin y las criptomonedas en general, se encuentran en su mejor momento en términos de adopción masiva y regulatoria. Entre sus causas se encuentran que hoy existen empresas de criptomonedas en Estados Unidos -las cuales tienen licencia bancaria-, Bitcoin es la moneda de un país, PayPal y todos los principales bancos del mundo entraron a la carrera y legendarios de Wall Street admiten que tienen hasta un 50% de su patrimonio en criptomonedas. Sin ir más lejos, Nasdaq calcula que alrededor de un 20% de los adultos norteamericanos tienen algún tipo de exposición a Bitcoin u otra criptomoneda.
En los últimos meses, hemos visto una corrección del precio que alcanzó un 50%, desde los USD 69.000, en noviembre del año pasado, hasta los USD 32.000, a mediados de enero de este 2022. Desde entonces se ha recuperado hasta el rango de los USD 44.000.
Es importante recordar que, en un mercado que crece tan rápido, estas correcciones no solo son normales, sino que son además esperables y positivas; ya que permiten que el mercado se enfríe y vuelva a recapacitar sobre el precio justo del activo subyacente.
Las noticias recientes sobre Bitcoin nos hace pensar que el 2022 será un buen año y si bien no tenemos cómo saber el precio de acá a 12 meses, sí podemos notar que el interés institucional está más vivo que nunca, con administradoras como Fidelity -una de las más grandes del mundo- anunciando que son fanáticas de la principal criptomoneda.
Si esto continúa, no sería raro que volvamos a los máximos históricos en un plazo no tan lejano.
Bitcoin todavía no alcanza el 1% de su precio potencial, por lo que aún estamos en las fases iniciales de una tecnología que probablemente nos acompañe por mucho tiempo.
