Recurrir a un micropréstamo, al financiamiento colectivo o al formato de inversión regulado en Bolsa son algunas de las opciones extrabancarias para conseguir fondos y arrancar un negocio. Las ventajas de cada uno. Cinco casos comparten su experiencia.
Por María Gabriela Ensinck
Al poner en marcha un negocio, la falta de financiamiento es la principal barrera para el 50% los emprendedores, según la ONG Inicia. Ante ello, muchos recurren al bootstrapping, el autofinanciamiento: invertir poco capital propio, ir testeando sus productos y servicios y crecer en forma orgánica, pero sin endeudarse ni perder el control del negocio a manos de inversores o socios externos.
Fue lo que hizo José Rodríguez Paz, al lanzar Más Que Huertas, donde produce y comercializa mesadas y canteros para huertas urbanas. ?Mi primer contacto con la actividad fue con un emprendimiento previo, en turismo sustentable. Con un socio, organizábamos visitas a Pardo, un pueblo en la provincia de Buenos Aires, donde se podía participar de tareas al aire libre, como la huerta. Por no poder compatibilizar el emprendimiento con mi trabajo en una telco, tuve que abrirme, pero quise seguir haciendo huerta en mi casa?, explica.
Rodríguez Paz empezó a diseñar canteros y cajones de cultivo elevados (para ganar profundidad y evitar el acceso de mascotas, que suelen escarbar y comerse los plantines). En 2013, se asoció con su suegro, para empezar a fabricarlos y venderlos online.
?Llevo invertidos unos $ 15.000; mi suegro aportó su garage y herramientas?, dice. A fin de 2013, los socios se inscribieron a los premios Mayma para emprendimientos sustentables, que los ayudó a completar el plan de negocios, analizar potenciales clientes y hacer proyecciones. ?Hice alianzas con otros emprendedores, como una maderera y un productor de plantines, y mejoré los diseños. El próximo paso, generar stock y empezar a buscar revendedores y distribuidores?.
?La primera inversión corre por parte del emprendedor?, dice Facundo Latorraca, creador de Agrolinked, una red social para agronegocios. ?Si querés conseguir un inversor, tenés que llevarle un buen plan de negocios o una versión beta de tu idea. Y armarlo requiere tiempo y dinero?, apunta. Para desarrollar Agrolinked, Latorraca y su socio, Rubén Bagattín, invirtieron $ 100.000 (ahorros) y 18 meses de trabajo. La plataforma, similar a LinkedIn pero acotada al mundo del agro, suma 500 usuarios, entre fabricantes de maquinaria, distribuidores, productores, arrendatarios y profesionales que buscan intercambiar experiencias y hacer negocios. ?La idea es que los contenidos sean aportadas por los usuarios y toda la información aparece georeferenciada en un mapa?, explica Latorraca.
Aunque no descartan presentarse ante inversores o aplicar para obtener un Fondo para la Industria del Software, del Ministerio de Ciencia, el primer objetivo es triplicar la cantidad de usuarios y posicionar el sitio. Recién ahí saldrán a buscar fondos para expandirse a nivel regional.
Con ayuda familiar
Luego del propio bolsillo, los fondos más usados para arrancar un emprendimiento son los de familiares y amigos. Para filmar Fermín, la película, protagonizada por Héctor Alterio y Gastón Pauls, Oliver Kolker (codirector con Hernán Findling), recurrió al apoyo de la marca Ken Brown, codirigida por su hermano Patricio Kolker.
La brand nacional de notebooks y tablets fue uno de los sponsors (además del Incaa), al aportar $ 200.000 en equipos para la producción y post producción.
?Ya habíamos esponsoreado un corto. Lo que nos presentan, en vez de un plan de negocios, es un guión, un elenco y la proyección de espectadores. Más que el retorno económico, obtenemos posicionamiento de marca y satisfacción?, dice Patricio Kolker.
Micropréstamos en red
Tras más de 10 años capacitando a emprendedores para poner en marcha sus negocios, la Asociación Civil Inicia lanzó este año, con la empresa Bondarea, una plataforma privada de micropréstamos. Se trata de Red de Capitales, ?una comunidad en la que los emprendedores más consolidados financian los proyectos de otros, a cambio de un retorno mensual, pero sin adquirir participación?, explica Juan Padilla, uno de los fundadores de Inicia.
La actividad principal de Bondarea es ?poner en contacto a las personas que tienen proyectos con las que tienen algún dinero disponible?, define Antonio Zavalía, socio de la firma. Comenzó a funcionar hace dos años como una plataforma de micropréstamos de persona a persona. Hoy, tiene 1.100 usuarios que han obtenido u otorgado financiación para comprar un auto, hacer refacciones en su domicilio o equiparse tecnológicamente, bajo la premisa de que ?muchas personas le prestan a una a cambio de una tasa de interés?, aporta Juan Viglione, otro de los socios.
A partir del acuerdo con Inicia, esta comunidad podrá financiar proyectos productivos bajo el mismo esquema: se presenta el proyecto, suma solicitada y plazo de devolución, y los emprendedores interesados en financiarlo ofrecen el monto y la tasa que esperan cobrar. Se hace una subasta y el emprendedor obtiene financiación a las menores tasas ofrecidas. Por la intermediación entre emprendedores e inversores, Bondarea cobra una comisión. ?Parte de la población que tiene capacidad de ahorro, pero la mayoría opta por guardar el dinero en su casa o gastarlo?, dice Zavalía. Según un estudio de Gallup para el Índice de Expectativas Económicas de la UCA, estas son las opciones elegidas por el 54% de las personas. Sólo un 5% dice que prefiere comprar dólares y guardarlos y un 3%, que depositaría sus ahorros en un banco.
Otra opción, y exclusiva para vendedores en MercadoLibre, es Mr.Presta, una plataforma de inversión apoyada en un fideicomiso privado, que otorga préstamos a vendedores activos en MercadoLibre ?con un plazo máximo de 12 meses y una tasa del 40% al 60%, según el perfil vendedor (la calificación que le otorgan los usuarios) y su perfil crediticio (Veraz)?, explica César Manduca, creador del aplicativo.
Finanzas colaborativas
Para concretar emprendimientos culturales, el crowdfunding (financiamiento colectivo) se instaló, a partir de plataformas como Idea.me o Panaldeideas. Pero también se pueden financiar proyectos científicos de este modo. Es el caso de Sensar, un proyecto de biología sintética para desarrollar biosensores que detectan arsénico en el agua.
Todo comenzó cuando un grupo de estudiantes, docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas (UBA) se anotó en el IGEM, un concurso internacional de Biología Sintética. ?El desafío era modificar una bacteria, levadura o célula para que cumpla una función determinada?, explica el doctor en Química Alejandro Nadra, docente, investigador del Conicet y coordinador del proyecto. ?Queríamos que la bacteria resolviera una problemática social, como la presencia de agua contaminada con arsénico en el centro y norte del país?.
Planteado el problema, el grupo diseñó un dispositivo de medición para uso hogareño, que podría adaptarse para medir otros contaminantes. ?La idea es que sea económico y fácil de usar?, dice Nadra. ?Para viajar a la competencia y presentarlo ante un jurado, necesitábamos $ 20.000 y uno de los estudiantes sugirió que subir el proyecto a Ideame. Fue un desafío porque teníamos que comunicar la idea al público y entusiasmarlo. Aunque no logramos recaudar el monto total, llegamos a un 40% y tuvimos una gran difusión, nos llamaron de varios medios y hubo empresas que colaboraron con el monto que faltaba?, cuenta el investigador.
Gracias a esos aportes y al apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el grupo pudo participar de la competencia en la sede del MIT en Boston y traerse una medalla de oro. Con el apoyo del Ministerio de Educación, el equipo trabaja en el desarrollo de un prototipo, para más adelante transferir la tecnología a alguna empresa que pueda fabricarlo.
Mercado bursátil online
Las empresas que necesitan una inyección de capital mayor en sus inicios (generalmente, proyectos de base tecnológica, que apuntan a mercados globales), cuentan con la posibilidad de financiarse a través de un formato de inversión regulado en bolsa (Startup Stock Exchange, SSX), que permite que cualquier persona pueda ser accionista o inversor en empresas con potencial. ?Inversores globales pueden comprar acciones de firmas jóvenes y participar de su crecimiento?, comenta Ian Haet, CEO de SSX Ventures, subsidiaria de SSX Holdings Corp, que vehiculiza estas operaciones. El SSX, corredor y asesor de bolsa con licencia y registro en la Bolsa de Valores del Caribe Holandés, en Curacao, fue creado para la compra y venta de acciones en el capital de firmas en su etapa inicial.
Desde su lanzamiento en 2013, seis empresas (entre ellas, la española FancyBox, con operaciones en la Argentina, y la aceleradora local Nxtp Labs), recibieron más de u$s 1 millón por medio de SSX Ventures. Las firmas que aspiran a recibir inversiones bajo este mecanismo ?deben someterse a una evaluación (due dilligence) en los aspectos financieros y de proyecciones del negocio?, explica Haet. Para fin de año, proyecta contar con una cartera de 20 empresas, cuya inversión ronde los u$s 300.000.
?No hay un mínimo ni un tope para invertir. Los inversores deben registrarse online y pasar por una serie de verificaciones, que, en el caso de Argentina, son más complejas, por las restricciones para operar en dólares y las leyes antilavado?, destaca Haet.
FancyBox, un sitio de e-commerce de cosméticos surgido en 2012 en una incubadora en Barcelona y con presencia en Colombia, Chile, la Argentina y Perú, presentó en marzo de este año una IPO (Oferta Pública Inicial) por u$s 420.000 a través de este vehículo. La firma ofrece más de 5.000 productos de 200 marcas y proyecta facturar u$s 5 millones en 2014. ?Con la inversión que esperamos obtener, continuaremos la expansión regional?, afirma Marc Sorli, CEO de la firma.
La aceleradora de empresas Nxtp Labs también busca financiarse a través de esta modalidad. Fundada en 2011, por Ariel Arrieta, Marta Cruz, Martín Hazán y Francisco Coronel, tiene un portfolio de 142 start-ups y ha invertido a razón de u$s 25.000 en cada uno. ?Buscamos una capitalización de u$s 375.000 para replicar su negocio en América latina, haciendo pie en México como primer paso?, apunta Ariel Arrieta.
De pequeñas a grandes sumas, las opciones para financiarse en el circuito extrabancario son muchas. Cuando hay buenas ideas, la falta de fondos no es motivo para dejar de emprender.
Fuente: Cronista.