Pallavicini Consultores ha investigado sobre este importante tema y utilizando Internet como fuente, ha extraído lo siguiente:
¿Qué es la Internet oculta y qué hay en ella?
Los sitios web que visitan la inmensa mayoría de las personas son sólo una parte de Internet. Esta compuesta por páginas conocidas o que son capaces de encontrar buscadores como Google. Pero «debajo» de esa Internet hay otra escondida a la que pocos entran y muchos ni conocen. También se le llama Internet o web profunda (Deep Web en inglés). Suele compararse con un iceberg. Su punta, la pequeña parte que está por encima de la superficie, es la Internet normal que miles de millones de personas visitan a diario. La parte oculta bajo el agua es la Internet profunda. Como en un iceberg, se cree que esa parte «sumergida» es mucho mayor que la otra (al menos 40 veces más grande).
Pornografía infantil, drogas, armas, terrorismo, la lista de acciones posibles en la «Web Profunda» parecen sacadas de un libro de ciencia ficción y plantear regulaciones sobre ella podría ser el reto más grande para los gobiernos actuales.
«La red rastreable es la punta del iceberg», decía Anand Rajaraman, cofundador de Kosmix, compañía de motores de búsqueda en la Deep Web (DW), cuyos inversores incluyen nada menos que a Jeff Bezos, CEO de Amazon.com. Rajaraman parece saber lo que dice, su ejemplo del iceberg es muy gráfico, elocuente y no menos llamativo. ¿Cómo será posible que todo lo que conocemos hoy en día en la World Wide Web representa sólo una mínima porción del total de internet?
La Deep Web es la porción no visible de internet, o dicho de una forma simple, son los lugares en internet donde los motores de búsqueda no pueden indexar: donde Google no llega ni llegará. Por lo tanto, son «oscuros», de acceso muy limitado.
«La DW está compuesta por la gran cantidad de información que se ha subido (y sube) históricamente a internet y que por una incapacidad técnica, no ha sido catalogada o actualizada por los mencionados motores de búsqueda», nos relata Alfonso A. Kejaya Muñoz, Security Researcher de McAfee Chile. Estudios afirman que cerca del 90% de internet corresponde a DW.
Para quienes hayan navegado por los comienzos de internet, antes de la existencia de motores de búsqueda, o de grandes portales de información, navegar por la Deep Web es como dar un salto al pasado. Es muy difícil encontrar lo que buscas, necesitas un nivel de conocimientos informáticos por lo menos de nivel medio, y tendrás que anotar las direcciones de los sitios que logras encontrar o guardarlos muy bien en favoritos, porque recordar páginas con nombres como SdddEEDOHIIDdddgmomiunw.onion (formato acostumbrado en estos territorios), no va a ser muy fácil.
“La Deep Web comenzó en el año 1994 con el nombre de “Hidden Web” que en el año 2001 fue rebautizada como la conocemos hoy, y que contempla todo el contenido de internet que no es accesible utilizando un motor de búsqueda convencional”, dice el experto de McAfee Chile. “Sin embargo, hay quienes postulan que el origen de la Deep Web o Internet Profunda, se origina en los años 90 con la creación del proyecto “Onion Routing” por parte del Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos, que fue el primer paso para lo que hoy conocemos como el Proyecto Tor (The Onion Router).
Tor es la puerta de entrada principal para la Deep Web. El grupo funciona estableciendo una herramienta que encripta sucesivamente la información del usuario, y la envía a gran cantidad de servidores a lo largo del mundo. Esta técnica permite que tanto la información como el usuario sean casi imposibles de rastrear. Tor, además, cuenta con un repositorio de direcciones útiles para comenzar a desplazarse por las profundidades de la DW, sin el que es muy difícil ver algo más que una pantalla en blanco.
De esta manera, con el anonimato y la libertad, la DW se ha transformado con los años en un profundo, casi inhóspito y poco explorado, repositorio de información que puede alojar desde lo más inocente hasta lo más despiadado e impensado que se pueda imaginar. En la DW están las intranets privadas, páginas protegidas con contraseña, documentos en formatos no indexables, enciclopedias, diccionarios, revistas, etcétera. Pero no sólo eso.
Una fosa oscura
Para Satnam Narang, Gerente de Symantec Security Response, las características ocultas de la Deep Web la hacen un lugar especialmente atractivo para actividades que desean permanecer en la oscuridad, por lo que muchos criminales cibernéticos se reúnen en lugares como foros privados donde el acceso está restringido.
Muchos usuarios estarán familiarizados con el lado más oscuro de la internet tradicional: cómo descargar música de forma ilegal, dónde encontrar el último estreno del cine sin tener que pagar nada, o incluso cómo conseguir medicamentos con receta pagando un poco de dinero extra. Pero la Deep Web va mucho más allá, casi impensablemente más allá.
Pornografía infantil, tráfico de armas, intercambio de drogas, contratación de asesinos a sueldo, prostitutas contactos de terrorismo y un largo etcétera que constituye el más largo mercado negro que se haya visto hasta ahora.
“En la Deep Web se pueden encontrar sitios que venden tarjetas de crédito robadas, equipos de clonación de tarjetas a través de los ATM (cajeros automáticos) , drogas como la cocaína y otras.”, dice Dmitry Bestuzhev, Director del equipo de analistas de Kaspersky Lab.
Claro que no todos los usos son eminentemente «malignos», la Deep Web ha servido largamente a ciudadanos que encuentran sus libertades personales amenazadas, o que están siendo vigilados fuertemente por organismos de gobierno. Wikileaks es un caso emblemático de uno de los usos de la DW. En sus inicios, y durante mucho tiempo, el sitio de liberación de información operó en un ecosistema DW, antes que se hiciera público. Incluso ahora, para quién desee hacer una denuncia de algún tipo de posible delito, o información a Wikileaks puede hacerlo publicando en la Deep Web.
Otro caso también es el grupo Anonymous, que mediante Tor han organizado masivos ataques a todo tipo de organizaciones, y que utilizan la red tanto para organizarse como para realizar acciones más «directas». (Ver reportaje Anonymous: detrás de la máscara)
Por supuesto, no iba a pasar mucho tiempo para que este tipo de red pasara a estar en la mira de los organismos de seguridad de distintos gobiernos. ¿Cómo dejar libre una organización en la que fácilmente pueden conseguirse todas las cosas que la sociedad civil censura?
Uno de los más claros ejemplos al respecto es Silk Road, la web secreta de compra y venta de todo tipo de drogas. Se estima que Silk Road presenta ganancias por más de US$22 millones anuales, y detectives de todo el mundo están intentado diseñar estrategias para detener el tráfico en línea.
Recientemente, la unidad de control de drogas de Australia comenzó a realizar operativos para interceptar las transacciones realizadas por Silk Road. «Desde el 5 de septiembre de este mes, hemos logrado requisar 30 paquetes, conteniendo 0,5Kg de cannabis, 200g de cannabis sintética, 5g de metanfetamina, 1 gramo de cocaína, alrededor de 400 tabs de LSD y 30 tabletas de éxtasis», cuentan los detectives al medio australiano Border Mail. En abril de este año también se reportó la acción de la DEA contra la red de tráfico de drogas.
El problema aquí radica en que pueden interceptar las transacciones, pero desmantelar la red o rastrear a sus usuarios se hace casi imposible.
Acciones para regular la Deep Web y Tor ya se han visto. Recientemente el gobierno de Etiopía dijo instalar sistemas de seguridad que bloqueaban el acceso a Tor en su país, para evitar las actividades ilegales y las conexiones a Skype (que tiene algunas regulaciones en aquel país). Pero aún no se conoce la efectividad de aquellas tecnologías.
El año pasado, en medio de la vorágine de información y protestas que desató el proyecto de ley SOPA, pasó medianamente desapercibida la sección que hacía «ilegales los intentos de circunvalar o acceder a sitios bloqueados mediante herramientas de encriptación». Algo que afectaba directamente a Tor, cuyos miembros expresaron preocupación frente al tema.
Pero la preocupación de gobiernos y policías no va sólo por destruir y restringir estas redes. Según reportó Wired, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés), tiene planes para utilizar estas redes incluso para hacer ciberespionaje. «En la maraña de información que puede rastrearse en la Deep Web es posible incluso encontrar documentos secretos de enemigos potenciales y declarados, el truco es lograr separar los cientos de miles de millones de unidades de información que es posible encontrar y extraer información útil de ahí», indicaba un reporte de seguridad.
Finalmente, estamos preparados a nivel país, para evitar almacenamiento de datos en los servidores de empresas, ¿sin que nadie se percate?