Por Claudio Torres, Country Manager de D-Link Chile
Uno de los hitos que presenciaremos durante 2015 -año en el que en el que se presentarán innovaciones tecnológicas de todo tipo-, será la transición del concepto de Internet de las Cosas (IoT, en inglés) desde una tendencia futurista a una realidad que se materializará de forma masiva.
La implementación de esta tendencia supone llevar la conectividad a un nivel superior, permitiendo a una gran cantidad de artefactos comunicarse e interactuar entre sí, sin restricciones de espacio y tiempo; proporcionar información valiosa para el análisis de planes de negocios, desarrollo de aplicaciones, estadísticas, entre otras variables útiles para la toma de decisiones.
En la actualidad, una persona está rodeada por cuatro o cinco dispositivos tecnológicos -en promedio, los cuales son imprescindibles para continuar con día a día. Por lo que el desarrollo de IoT no sólo impactará la vida de las personas, sino que supone una revolución que modificará las reglas del juego del sector industrial.
El nuevo escenario incrementará exponencialmente la interconexión a través de internet, lo que proyecta un aumento de personas, dispositivos y datos conectados. Para esta situación, la industria TI deberá mejorar la capacidad de acceso a internet y también la conectividad necesaria a una gran cantidad de dispositivos que actuarán entre sí y los usuarios con ellos.
El nuevo ecosistema de dispositivos en hogares y empresas -tales como, smart TVs, consolas de juego o dispositivos de Domótica, sistemas de control de temperatura, de apertura de puertas, interruptores de Luz-, ayudará a simplificar la vida de los usuarios, ya que la tecnología que se está proporcionando es sólida, segura, estable y rápida.
Por su parte, el cloud computing y las redes físicas de telecomunicaciones serán componentes fundamentales en el desarrollo de este nuevo escenario. No sólo bastará con disponer de una buena conexión, sino que también con la capacidad de soportar y analizar la información generada (Big Data), brindar los recursos necesarios para la creación de nuevas soluciones (movilidad) e implementar redes de seguridad, que protejan los datos de situaciones de riesgo. De esta manera, se podrán disminuir los requerimientos de respuesta y habilitar una movilidad sin brechas.
Sin duda, un verdadero reto para toda la industria de la tecnología, quienes deberán desarrollar posibilitar la interactividad de los productos y familiarizarse con los nuevos modelos de conectividad, almacenamiento y servicios en la nube; con el objetivo de mantener la competitividad en el mercado y acelerar el proceso de transición hacia la era del Internet de las Cosas.