Columna de opinión: Banca para el desarrollo es más que un banco

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Por Pedro Muñoz.

Su mismo nombre lo hace explícito, pero creo que ni así lo tenemos claro: el Sistema Banca para el Desarrollo (SBD) no es un banco, es un sistema.

¿Eso qué quiere decir? En primer lugar, que no es una única entidad a la que se va a pedir préstamos, sino que hay varios bancos, cooperativas y otras entidades financieras que integran ese sistema a las que se puede acudir para aprovecharlo y, en segundo lugar, que no se creó para obtener financiamiento, únicamente, sino también asesoría en temas que son necesarios para emprender proyectos viables.

Opinion-Pedro_Munoz-Banca_para_el_desarrollo-pyme-emprendedores-avales-garantias-credito_ELFIMA20150213_0013_1Así, no basta con ser una pyme, ni con ser parte de alguno de los sectores que son prioritarios para el sistema (mujeres, minorías étnicas, personas con discapacidad, jóvenes, cooperativas, empresas que quieren tener una producción más limpia o que están en zonas de menor desarrollo relativo).

El SBD se enfoca en los proyectos que son viables, o sea, factibles de emprender.

Eso quiere decir que tener una buena idea y una necesidad de financiamiento no será suficiente para recibir apoyo del sistema. Es necesario tener información sobre la situación de la empresa (si ya existe y lo que requiere es un empujón para crecer o innovar, y no un fondo de rescate) o sobre las necesidades del mercado y del tipo de negocio (si se trata de un emprendimiento).

Además, hay que definir un modelo de negocio, establecer un plan de negocios (y buscar inversionistas) y formular un proyecto de inversión para obtener el dinero, si es que eso es lo que se requiere. Además, de ser ese el caso, es necesario saber elegir cuál de los instrumentos financieros disponibles es el más adecuado a las necesidades de financiamiento requeridas.

Otras veces no se requerirá dinero, sino más bien asesoría de los especialistas que forman parte del SBD y que ofrecen servicios de desarrollo empresarial (SDE), es decir, acompañamiento y capacitación. En ese caso, es necesario saber escuchar, ser realistas, autocríticos y receptivos a la asesoría.

Instrumentos a la mano

Si lo que se requiere definitivamente es dinero, SBD tiene disponibles varias alternativas.

Quizás el más útil de todos son las líneas para avales y garantías.

Cuando se pide un préstamo, es común que el banco solicite algún tipo de garantía, que le permita confiar en que su deuda será saldada. La garantía puede ser real, como una hipoteca sobre una propiedad propia o ajena, o fiduciaria, es decir un pagaré o letra de cambio, con la firma del deudor o de fiadores que responden en caso de no pago por parto de un deudor.

También está la opción de prenda sobre activos; sin embargo, si se está empezando de cero, sin tener otro ingreso fijo, sin propiedades ni fiadores para emprender un negocio, ¿qué se puede ofrecer como prenda o garantía para ese propósito?

Estas líneas para avales y garantías del SBD son justamente ese respaldo que necesitan los emprendedores para poder acceder al financiamiento que requieren para materializar su idea de negocio.

En el caso de los emprendedores, el sistema también contempla opciones de capital semilla, que es la inversión inicial que requiere un proyecto durante las etapas tempranas de la gestación y puesta en marcha.

intraemprendedoresAsí, puede abarcar desde el afinamiento del modelo de negocio, hasta la etapa de desarrollo de productos y constitución de la empresa.

El sistema ofrece líneas para financiamiento son créditos empresariales dirigidos a Mipymes que requieran capital de trabajo, como maquinaria, equipo, edificios, etc. Sus tasas de interés rondan entre el 11% y el 15%.

También hay disponibles instrumentos de inversión para las que quieran generar innovación y transformación productiva.

Otra alternativa de financiamiento son los microcréditos por montos menores a los ¢5 millones para microempresas y autoempleo, cuyas tasas rondan el 23,25%. Se dirigen a la población no bancarizada y son muy útiles para emprendimientos de subsistencia.

Además, hay descuentos de facturas y arrendamientos financieros, que son otros instrumentos que pueden servir a los empresarios que requieren liquidez.

Que un país mejore su desarrollo requiere que sus habitantes logren desarrollarse también. A veces se necesitan subsidios, pero otras veces, son necesarias las oportunidades.

Banca para el Desarrollo es justamente uno de esas herramientas que tienen el potencial de permitir a las personas crear desarrollo para su bienestar y el del país que habitan.

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Juan Pablo Traverso, Ingeniero Civil Industrial y MBE de la Universidad de Chile.

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