Por Rodrigo García de la Cruz. Director del Prog. de Innovación y Tecnología Financiera del IEB.
Nuestro país siempre ha sacado pecho en relación a nuestras grandes entidades financieras, en especial a las dos más grandes e internacionalizadas: BBVA y Santander. Su rivalidad por mejorar, al más puro estilo Cristiano-Messi, comenzó hace ya unos años con su internacionalización, cuando ambos pusieron su foco en conseguir tener presencia en Iberoamérica. Luego vino su expansión a otros continentes con diferentes apuestas cada uno de ellos. En el caso de Banco Santander, en 2013 Iberoamérica generaba el 47% del beneficio del grupo. Por su parte, BBVA es la primera entidad financiera de México, segunda en España y Perú, y tercera en Venezuela, y cuenta con una importante presencia en EEUU y Turquía.
Pero la nueva competición que se avecina no llega por el número de empleados o de oficinas, sino que se focaliza en la creación de la nueva Banca Digital. Esto se traduce en cómo deben transformarse desde el tradicional mundo analógico a un nuevo entorno mucho más tecnológico y digital.. Hace solo unos años nadie podía imaginarse vivir sin Whatsapp o salir de viaje sin consultar la opinión de miles de viajeros en Trypadvisor sobre el alojamiento, el restaurante o el lugar que se va a visitar. Por tanto, la carrera por la digitalización del sector financiero no ha hecho más que comenzar. La forma de afrontar esta transformación, que ya ha tocado a otros sectores, es uno de los grandes desafíos a los que ya se están enfrentando todos los directivos del sector.
En BBVA su estrategia es clara desde hace ya tiempo, siendo su presidente un pionero en la apuesta por la innovación y por las tecnologías de la información, buscando la necesidad de reinventar la banca tradicional para poder competir con los gigantes nativos digitales como Google, Facebook o Amazon. Santander se hizo en noviembre con el 5,1% de la compañía británica Monitise especializada en servicios financieros de pago vía móvil dentro de su estrategia de innovación en servicios financieros. Además acaban de situar a José María Fuster, que fue la mano derecha de Ana Patricia Botín cuando presidía Banesto, en la función corporativa de Innovación para asumir las nuevas estrategias en innovación aplicada a la banca.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que están sucediendo en las dos principales entidades españolas que, a buen seguro, liderarán en gran medida el cambio digital a nivel mundial. Y tampoco podemos olvidarnos de otros importantes participantes nacionales como Caixabank, Sabadell y Bankinter, que están creando constantemente iniciativas y proyectos únicos a nivel mundial.
Esta transformación, que va a durar unos cuantos años, estará repleta de grandes retos y desafíos para todos los jugadores del sector. La innovación interpretada como la generación de creatividad que aporta valor es complicada de establecer en un sector como el financiero, y la única solución es fragmentar su cadena de valor y recomponerla para introducir el ADN de la innovación desde dentro.
Fuente: IEB.