Por: Mauricio Ríos Martínez, CEO everis Chile NTT Data
Recientemente leí un artículo de Jeanne Ross, destacada investigadora del MIT, que habla sobre las acciones que tiene que realizar una empresa para obtener una estrategia digital exitosa.
Deben considerar siempre las necesidades de los clientes y la valoración de las soluciones por parte de ellos.
Los empresarios deben responder dos interrogantes: ¿qué pueden hacer los datos y las tecnologías digitales para resolver los problemas de mis clientes? Y ¿qué soluciones son valoradas por los clientes?, pues está claro que poner foco en aspectos que no valoran los clientes es un esfuerzo en vano.
Ahora bien, ¿cómo lograr que una empresa sea exitosa como las grandes compañías? Hay que comenzar con la disposición al fracaso. Además, hay que ser consciente de que toda experimentación requiere de un “trade off”: estar dispuesto a una inversión que puede ser vista como gasto en el corto plazo para obtener una ganancia de largo plazo.
Pero ¿cómo creamos una cultura abierta a la experimentación? Existen diversos pasos que podemos dar para lograrlo. Favorecer el ambiente de “testing” al interior de la compañía, invitar a mirar los procesos, revisar la estrategia, mejorar los ambientes de trabajo y la forma en que las áreas se relacionan son algunos de los desafíos, donde la propia gente de la empresa puede colaborar para mejorar.
También se debe aceptar el fracaso como una instancia propia de los procesos de cambio, crecimiento y mejora. Fuimos criados para buscar el éxito y la aprobación por las cosas bien
hechas, por eso el fracaso nos asusta tanto. Debemos cambiar nuestro foco y entender que el fracaso es una oportunidad de mejora.
Además, es necesario que todo cambio sea “top-down”. Si el liderazgo de las empresas no está comprometido y no demuestra el interés, el cambio jamás será posible. La cultura empieza por la
cima de la pirámide y sólo a través del ejemplo se logra la adhesión consciente y verdadera.
Por último, resulta de interés considerar que estas recomendaciones no son más que parte de la receta para que las empresas empiecen a “actuar como Start Up”. Las Start Ups tienen una relación muy sana con el riesgo. No temen probar, ni equivocarse, porque todo aquello les deja enseñanzas para lanzarse nuevamente a la aventura y “sacar la lotería”. Creando ambientes de experimentación y testeo estamos insertando en nuestro ADN tradicional una porción de Start Up que resulta muy sana para no perder competitividad en industrias cada vez más exigentes.