Para una verdadera inclusión financiera es necesario que los bancos brinden una mayor oferta de productos adaptados a los segmentos bajos de la población, aseguró Guillermo Babatz de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México.
“Deben existir más productos orientados a la población de bajos ingresos, con bajos costos y sencillos para ellos, para que permitan un verdadero acceso al sistema financiero”, agregó Babatz.
En conferencia de prensa, el funcionario destacó que la mayor parte de los productos de débito y crédito bancarios están dirigidos para los segmentos de la población medios y altos, por lo que es importante que las instituciones estén desarrollando productos más adecuados al monto y a la transacción de los clientes con menos recursos económicos.
De acuerdo con el “Segundo Informe de Inclusión Financiera en México”, existen 720 tarjetas de débito por cada 1.000 adultos en México, mientras que se tienen registradas 413 cuentas de nómina por cada 1.000 adultos.
“No estamos bancarizando a las personas si sólo usan la cuenta de nómina para formarse media hora y sacar el dinero enla sucursal. Bancarizares que esta cuenta sea una verdadera cuenta para realizar transacciones y pagar servicios básicos”, aseveró el Presidente de la CNBV.
Para la Comisión, una de las soluciones por las que los bancos están apostando son las cuentas de baja transaccionalidad móviles, las cuales tuvieron modificaciones en su normatividad recientemente para simplificar su apertura, por lo que es necesario que se les dé tiempo para que madure este negocio.
Invitado para el Foro Mundial sobre Políticas de Inclusión Financiera 2011, organizado por la Alianza de Inclusión Financiera (AFI, por su sigla en inglés), Njuguna Ndung’u, presidente del Banco Central de Kenia, comentó que en dicho país existen 16 millones de personas que realizan sus operaciones bancarias básicas a través de un teléfono celular, debido a que el costo es menor a 1 dólar por operación.
Por otro lado, Alfred Hannig, director ejecutivo de la AFI, mencionó que la crisis económica no será un factor para que los bancos detengan la inversión en inclusión financiera, dado que el sector en los países en desarrollo está fuerte.
“Los sistemas financieros de las regiones de América Latina, Asia y África no tienen las preocupaciones de los países desarrollados, por lo que su solidez es fuerte y por ello no esperaríamos que se detengan los planes de inversión en este sentido. La inclusión financiera continuará”, dijo Hannig.
Existen 2.500 millones de personas sin acceso al sistema financiero, por lo que la institución formada por más de 50 países confía en que durante los próximos dos años se incluirán al sistema de 50 millones de personas.
Fuente: El Economista, México.