Cómo las fintech han acelerado la inclusión financiera en Latinoamérica, según nuevo estudio

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Diego Szteinhendler, vicepresidente de fintechs, socios digitales y comercio de Mastercard, detalló en entrevista con Forbes los hallazgos del estudio de inclusión financiera adelantado por la compañía de pagos.

Hace una década, hablar de bancos sin sucursales sonaba a ciencia ficción en América Latina. Hoy, millones de personas hacen pagos con su celular en el transporte público, compran por internet con una tarjeta emitida por una fintech y tienen acceso a crédito sin haber pisado una oficina bancaria. Lo que parecía una promesa futurista es ahora parte de la vida cotidiana.

Ahora, hay datos concretos que demuestran que el impacto es real.

Mastercard, que junto a su competidor Visa controla cerca del 90% de los pagos con tarjeta que se hacen en el mundo, acaba de publicar un informe sobre inclusión financiera en la región, y entre sus hallazgos destaca que más del 80% de los encuestados tiene una cuenta financiera o tarjeta de débito, y que un 28% accedió por primera vez a una cuenta de ahorro a través de una fintech.

“Esa intuición de qué han hecho las fintech para la inclusión financiera fue el motivo del white paper”, explica Diego Szteinhendler, vicepresidente de fintechs, socios digitales y comercio de Mastercard para América Latina y el Caribe, en una entrevista con Forbes.“¿Realmente ha habido un impacto real en la población que no tenía acceso? Lo ves claramente en los datos”.

Un 50% de los encuestados dijo que la tarjeta de débito ha tenido el impacto más positivo en su calidad de vida financiera.

Szteinhendler lo confirma con una anécdota: “Mi primer trabajo con Mastercard fue en 2008, manejando el producto de débito para Latinoamérica. En esa época la gente lo usaba solo para sacar el dinero del cajero. Hoy en día vemos ese producto usándose constantemente, por la confianza, la seguridad y la conveniencia que brinda”.

Sin embargo, todavía hay un largo camino de coexistencia con el efectivo. En la región, el 63% de las personas sigue usándolo semanal o diariamente.

“Eso nos habla de la oportunidad que todavía existe de digitalización”, dice Szteinhendler. “Pero al mismo tiempo, ya el 61% usa la tarjeta de débito con esa misma frecuencia. Se empieza a equilibrar”.

Parte del éxito de esta transformación radica en haber eliminado viejas barreras. Durante años, los costos, los procesos burocráticos y la desconfianza alejaban a muchos latinoamericanos del sistema financiero. Las fintech atacaron esos puntos débiles con tecnología, experiencia de usuario e innovación.

“Hace 10 años, los pain points eran los mismos que en los ochentas”, recuerda Szteinhendler. “Pero la penetración de smartphones empezó a cambiar el juego”.

Hoy, más de la mitad de las personas en países como Brasil, Colombia y Perú afirma que las fintech les dieron acceso a productos que antes no tenían.

“Estas nuevas empresas están usando tecnología como medio de distribución, bajando barreras y llegando a una población más joven y de menores ingresos”, explica el ejecutivo.

En la región, los avances no vienen solo de los jugadores nativos. Los bancos tradicionales han tenido que adaptarse, y en muchos casos lo han hecho con fuerza. “Más que físico o virtual, lo importante es que ahora hay opciones”, dice Szteinhendler. “La digitalización del onboarding, el uso de data alternativa, todo eso ha permitido traer nuevos clientes que antes hubieran sido rechazados”.

Uno de los próximos grandes pasos es el uso inteligente de los datos, sobre todo con inteligencia artificial. Mastercard dice haber invertido en empresas de IA e identidad para ayudar a mejorar la oferta de productos y proteger la información del usuario.

“La seguridad es crítica. La data es vital para la inclusión financiera, pero debe estar resguardada y usada con consentimiento”, recalca Szteinhendler.

El objetivo ahora es llevar los pagos digitales a donde aún no llegan. Las remesas —que suelen cobrarse en efectivo—, los programas gubernamentales y el transporte público son tres frentes en los que Mastercard está invirtiendo.

“Hemos visto que digitalizar el transporte público es un catalizador de uso. Si alguien empieza a usar su tarjeta para subirse al bus o al metro, genera un hábito”, dice Szteinhendler. En México ya digitalizaron el metro y en Nueva York eliminaron la MetroCard.

Otro esfuerzo clave es la educación. Programas como Strive buscan digitalizar hasta un millón de pequeños comercios en la región y enseñarles los beneficios de aceptar pagos digitales. “En México, 97% de los comercios son mom and pop shops”, dice Szteinhendler. “Tenemos que enseñarles no solo a aceptar pagos, sino a manejar su negocio con herramientas digitales”.

La inclusión financiera ya no es solo tener una cuenta bancaria. El verdadero objetivo, dice Szteinhendler, es que cada persona pueda acceder a una gama completa de productos: crédito, inversión, seguros, ahorro. “Es la salud financiera de una persona y su familia lo que está en juego”, concluye.

Con más usuarios conectados, más opciones de acceso y nuevas tecnologías como la IA y la tokenización, el futuro de las finanzas en América Latina se está construyendo.

Fuente: Forbes Colombia

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