En un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo acelerado, la industria bancaria enfrenta un desafío sin precedentes: adaptarse a las demandas de los consumidores por productos y servicios digitales que eliminen la fricción asociada con la banca tradicional. Esta transformación es crucial no solo para satisfacer las cambiantes expectativas de los clientes, sino también para mantener la relevancia y la competitividad en un mercado globalizado y cada vez más digitalizado.
La importancia de la banca componible nativa en la nube
En el informe «Cloud-Native Composable Banking: A Guide for Leaders,» preparado por expertos de Thoughtworks y Amazon Web Services (AWS), se destaca la importancia estratégica de adoptar un enfoque de banca componible. Este enfoque implica la capacidad de ensamblar tecnología, personas y procesos de manera modular y desacoplada, permitiendo a las instituciones financieras ofrecer servicios personalizados y eficientes a sus clientes de manera ágil y estable. Además, esta estrategia permite a los bancos centrarse en sus capacidades principales, como la prestación de servicios bancarios, mientras subcontratan servicios no esenciales, como KYC, a terceros.
Bill Gates, en una declaración que resuena en el contexto actual, mencionó una vez: «La banca es necesaria; los bancos no lo son.» Esta declaración subraya la urgencia con la que las instituciones financieras deben evolucionar y adoptar modelos de negocio más ágiles y centrados en el cliente, similares a los de las fintechs y bancos disruptivos que operan con una mentalidad orientada a la tecnología y al servicio.
Innovación ágil y estabilidad
Uno de los pilares fundamentales de la banca componible es su capacidad para innovar de manera rápida y estable. Según el documento mencionado, este enfoque permite a las instituciones financieras integrar bloques de capacidades tecnológicas de manera flexible, obtenidos tanto de proveedores externos como desarrollados internamente. Esto no solo facilita la personalización de los servicios, sino que también optimiza los procesos operativos y reduce el tiempo de lanzamiento al mercado de nuevas soluciones financieras mediante la reutilización de muchas capacidades ya desarrolladas. Por ejemplo, ayudamos a un banco a construir una plataforma de préstamos digitales y lanzamos el primer producto en solo cuatro meses.
La adopción de la nube pública juega un papel central en esta estrategia, proporcionando la infraestructura necesaria para habilitar la computación bajo demanda, la automatización de procesos y la escalabilidad ilimitada. Estas capacidades son esenciales para que los bancos respondan eficazmente a las fluctuaciones del mercado y a las demandas variables de los clientes, mientras gestionan eficientemente los costos operativos y aseguran la resiliencia contra posibles interrupciones del servicio.
Consideraciones estratégicas y prácticas
En el proceso de transformación hacia un modelo de banca componible nativa en la nube, es esencial considerar tanto los aspectos estratégicos como prácticos. Por un lado, establecer una gobernanza sólida y una orientación arquitectónica permite a las organizaciones financieras tomar decisiones informadas sobre tecnología y estructuras organizativas. Evaluar la efectividad de los principios, patrones, políticas y estándares implementados asegura la consistencia y eficiencia en la ejecución de la estrategia digital.
Por otro lado, la implementación de métricas de entrega y operativas proporciona una evaluación objetiva de los resultados obtenidos durante la transformación, facilitando la identificación de áreas para la mejora continua y la toma de decisiones ágiles basadas en datos.
Estrategias de adaptación para los bancos tradicionales
En el contexto de la transformación digital en la banca, surge la pregunta de cómo pueden adaptarse eficazmente los bancos tradicionales a este nuevo paradigma. Una estrategia comúnmente adoptada es el establecimiento de unidades bancarias digitales independientes, que operan con tecnología y modelos de negocio completamente nuevos. Este enfoque permite a las instituciones combinar la agilidad característica de los bancos emergentes con la base de clientes y la experiencia en el mercado de los jugadores establecidos.
Ejemplos como Mettle de NatWest y Chase UK de JP Morgan ilustran cómo es factible operar un «banco a dos velocidades» en el entorno digital actual. Estas iniciativas no solo ayudan a los bancos a capturar nuevos segmentos de mercado, como los clientes nativos digitales, sino que también fortalecen su capacidad para competir con las fintechs ágiles y otros disruptores en el sector.
Integración y migración gradual
Transformar una institución bancaria heredada en una nativa digital implica un proceso gradual de transferencia de capacidades. Mediante el uso de gateways de API y arquitecturas de microservicios, los bancos pueden reducir el riesgo y mejorar la agilidad operativa integrando nuevas funcionalidades y capacidades de manera incremental. Estudios de caso como Kinetic de HSBC destacan la importancia de converger los servicios bancarios comerciales con aplicaciones que no solo simplifican las operaciones sino que también ofrecen características líderes en el mercado.
El futuro de la banca digital
La banca componible nativa en la nube no solo representa una tendencia emergente en la industria financiera, sino también una necesidad estratégica para que los bancos sigan siendo relevantes y competitivos en un mercado cada vez más digital. Al combinar tecnología avanzada, procesos ágiles y un enfoque centrado en el cliente, las instituciones financieras pueden diferenciarse en el mercado y ofrecer servicios innovadores que generen un valor significativo para sus clientes.
La colaboración entre Thoughtworks y AWS en la guía «Cloud-Native Composable Banking: A Guide for Leaders» subraya la importancia crítica de la transformación digital en la banca. Esta alianza no solo proporciona pautas claras para navegar con éxito el cambio digital, sino que también ofrece un marco sólido para la innovación continua y la mejora operativa en un entorno competitivo y en constante evolución.
La banca componible nativa en la nube es más que una evolución tecnológica; es un imperativo estratégico para las instituciones financieras que buscan no solo sobrevivir, sino prosperar en la era digital. Aquellos que adopten este cambio con determinación y visión estarán mejor posicionados para capitalizar las oportunidades futuras y liderar el camino hacia una banca más eficiente, innovadora y centrada en el cliente.