Por Ivan Camargo, Especialista de Servicios Financieros de Red Hat
La tecnología ha provocado una gran disrupción en todo el planeta. Cuanto más evolucione, más opciones habrá para transformar el mercado. Internet, la nube, el blockchain y el edge computing representan la capacidad de mejorar la calidad de vida de las personas. En lo que respecta al sector financiero, la importancia de estas herramientas se torna aún más evidente. Ellas permiten ampliar el alcance de los servicios y democratizar el acceso al crédito al permitir que todas las personas participen del ecosistema, independientemente de su ubicación física o clase social.
Según datos publicados por la ONU, existen 1700 millones de personas en todo el mundo excluidas del sistema financiero, pero la tecnología está impulsando una disminución de esta cifra. Según la última versión de la Base de Datos Global Findex del Banco Mundial, en 2017, el 69% de los adultos del mundo poseían una cuenta en instituciones financieras, en tanto en 2014, el porcentaje era poco más del 50%.
El avance de la pandemia ha impulsado programas de ayuda social, en su mayoría, a través de soluciones tecnológicas. En América Latina, una investigación llevada a cabo por Americas Market Intelligence en colaboración con Mastercard reveló que, gracias a esto, la población no bancarizada se redujo en un 25%, lo que demuestra que las tecnologías promueven una inclusión financiera real, creando valor para las personas y la sociedad en su conjunto.
Invertir en el edge
Los bancos y las instituciones financieras buscan ofrecer servicios de calidad y experiencias personalizadas para captar cada vez más clientes. El uso de las API y la inteligencia artificial, por ejemplo, está cambiando la dinámica de las relaciones entre la industria y el consumidor, ampliando los horizontes del almacenamiento y el uso de los datos. Sin embargo, el mayor activo de la industria financiera es el edge computing (EC) que ayuda a transformar toda esa información en elementos estratégicos que añaden valor a los servicios y productos ofrecidos.
El edge computing se define como una estructura informática distribuida que acerca las aplicaciones empresariales a las fuentes de datos, como los dispositivos IoT (Internet de las cosas) o los servidores de borde locales. Esto aporta conocimientos más rápido, mejora los tiempos de respuesta y la disponibilidad del ancho de banda.
Aunque el concepto no es nuevo, recién comenzó a ganar protagonismo en el año 2016 y está en plena expansión. Un análisis realizado por Grand View Research estima que el mercado del edge computing alcanzará los 43.400 millones de dólares en 2027, mientras que las proyecciones de Gartner indican que, en 2025, el 75% de los datos empresariales se procesarán fuera de los centros de datos convencionales o de la nube.
El sector de finanzas comparte una larga historia con el edge computing. A modo de ejemplo, los cajeros automáticos y las aplicaciones bancarias incorporan algunos elementos del procesamiento en el borde. A medida que las instituciones transforman sus modelos de negocio, aumenta la necesidad de adoptar estructuras de datos distribuidas para gestionar la información privada al mismo tiempo que se ofrecen experiencias superiores.
Valor aportado
El edge computing permite crear formas de maximizar la eficiencia operativa, mejorar el rendimiento y la seguridad, automatizar todos los procesos y garantizar una mayor disponibilidad. Por todo eso, es fundamental para el futuro del ecosistema financiero, dado que propicia no sólo la innovación a través de la banca abierta y los pagos instantáneos, sino también el cumplimiento de las reglamentaciones asociadas a las nuevas herramientas.
El edge computing también elimina las inquietudes relativas a seguridad inherentes al proceso de movimiento de los datos ya que, cuanto más cerca estén de su origen, menores serán las posibilidades de que sufran ciberataques. Este es un dato clave para América Latina que, entre enero y septiembre de 2020, registró 20.000 millones de intentos de ciberataques, según datos provistos por Fortinet. Al permitir el análisis de cada transacción en tiempo real, el borde también reduce el fraude bancario.
Cuando la seguridad deja de ser una preocupación, la velocidad deja de ser un problema y se habilitan más opciones para la implementación del IoT, y allí es cuando la innovación termina fluyendo con mayor libertad. Esto, combinado con el ahorro potencial de costos, ayuda a las instituciones a implementar nuevas soluciones, lo cual estimula la innovación para ofrecer mayor valor al usuario final. Algunas de estas posibilidades son los cajeros automáticos interactivos, cajeros electrónicos móviles a los que se puede acceder a través de una aplicación y que pueden incluso ser equipados con medidas de reconocimiento facial para realizar transacciones seguras.
La experiencia que brinda
Uno de los principales cambios que trajo el edge computing a los servicios financieros es la posibilidad de personalizar la experiencia. Hoy en día, los bancos tienden a ofrecer productos genéricos a los clientes (soluciones universales) y, en consecuencia, han perdido terreno frente a las instituciones de banca como servicio que ofrecen ofertas específicas a cada usuario en función del análisis de datos. Gracias al borde, la comunicación más veloz entre las aplicaciones, el uso de datos basados en las interacciones con un cliente específico y el análisis en tiempo real, los bancos pueden proporcionar ofertas personalizadas más efectivas.
Las compañías de seguros también se benefician de la rapidez del intercambio de información al poder seguir todos los movimientos de los asegurados mediante un dispositivo colocado en el automóvil. Además, permite que los vehículos inteligentes accedan más rápidamente a los datos de tránsito, lo que facilita la detección de riesgos en tiempo real, hace el tránsito más fluido y, como consecuencia, reduce el número de accidentes. Las compañías también pueden detectar más rápidamente cuándo se producen accidentes y ofrecer servicios de asistencia más rápidos y precisos, generando una mejor experiencia para el usuario.
Para las empresas comerciales y las operaciones bancarias con divisas, la latencia de hasta un milisegundo en la provisión de una actualización respecto de una determinada acción o de información sobre fondos de inversión puede tener una gran repercusión en los negocios. Estas empresas pueden aprovechar el edge computing para configurar la infraestructura cerca de las bolsas de valores para así procesar los datos en tiempo real y simplificar la ejecución de algoritmos complejos.
Habilitar el poder del edge
La clave para aprovechar todos estos beneficios del edge computing es contar con una infraestructura adecuada basada en el open source. Las tecnologías propietarias no logran ofrecer la velocidad de innovación que permite el open source, ni la amplitud de adopción mediante estándares abiertos y coordinados. Un sistema operativo optimizado para el borde tiene la capacidad ya incorporada de ofrecer funcionalidades en función de la demanda (microservicios en contenedores), con la seguridad y los controles adecuados integrados.
A medida que los dispositivos del Internet de las Cosas proliferan en todo el mundo, la necesidad de que los bancos aborden la movilidad como una prioridad estratégica es más importante que nunca. En este contexto, el edge computing ayuda a impulsar la evolución del camino de la digitalización de las empresas y es considerado la base de la resiliencia, la entrega de valor y la ventaja competitiva.