Fuente: Reuters
La aplicación latinoamericana de entrega Rappi planea casi duplicar para finales del año el número de ciudades en las que opera, dijo su cofundador, luego de una inyección de 1,000 millones de dólares del SoftBank de Japón que muestra un creciente interés extranjero en la región.
El acuerdo convirtió a SoftBank en el accionista mayoritario de la empresa, que desde hace cinco años se especializa en entregas a pedido para restaurantes y supermercados, dijo el cofundador y presidente de Rappi, Sebastián Mejía. «Estamos cerca de 55 ciudades, ocho países», dijo. «Planeamos acelerar eso», añadió.
Fundada en 2015 en Colombia, Rappi también opera en Brasil, México, Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Costa Rica. La compañía planea llegar a cerca de 100 ciudades para finales de año, dijo una portavoz de Rappi.
La vinculación con otras empresas nuevas en el portafolio de SoftBank podría ser una posibilidad en el futuro, dijo Mejía, nombrando sectores como la salud, la hospitalidad, los viajes y la automatización como posibles áreas por considerar.
Por ahora, Rappi está en conversaciones con al menos otras 10 empresas respaldadas por SoftBank en varios sectores, incluyendo Estados Unidos y Asia, para compartir ideas y mejores prácticas, dijo Mejía.
SoftBank también ha invertido en la plataforma digital de transporte compartido Uber y en el proveedor de espacio de oficinas WeWork en Estados Unidos, así como en el gigante de comercio electrónico Alibaba y en el gigante de viajes compartidos Didi Chuxing en China.
El acuerdo con Rappi fue la primera incursión significativa de SoftBank en Latinoamérica después de crear un fondo de 5.000 millones de dólares enfocado en la región. Ha invertido también cantidades más pequeñas en otras empresas de nueva creación. «Rappi (…) es básicamente su inversión ancla en la región», dijo Mejía sobre SoftBank.
Además de su expansión geográfica, Rappi está trabajando para agregar servicios bancarios que podrían incluir préstamos, créditos y seguros, dijo Mejía. La medida se dirigirá a la vasta población de América Latina que carece de cuentas bancarias y a los muchos otros que desconfían de las compras en línea. «No somos sólo una empresa de logística», dijo Mejía. «Tenemos una amplia gama de visión que incluye la tecnología y la banca», agregó.