Fuente: Diario Financiero
El último incidente de filtraciones de datos de tarjetas vuelve a poner en el tapete el tema de la ciberseguridad. Recientemente una de las compañías multinacionales más importantes a nivel global sobre el tema, Fortinet, informó los resultados de su estudio sobre seguridad informática y arrojó que Chile recibió, sólo durante el cuarto trimestre del año pasado, más de 23.500 millones de intentos de ciberataques.
Con esta cifra, el país acaparó el 15% de las amenazas de América Latina, posicionándose entre los cinco mercados que más intimidados por hackers a nivel regional.
El estudio arroja también que la principal herramienta que están ocupando las bandas de cibercriminales en el país es el phishing. Un estudio desarrollado por IDC y presentado por Fortinet muestra que el número de ataques por esta vía en las empresas chilenas se da tres veces más que el resto de las ciberamenazas en el país.
El country manager de Fortinet, David Nieto, explica que el phishing consiste «cuando un delincuente envía una comunicación (correo electrónico, llamada, mensaje de texto) en la que pretende ser otra persona o empresa para acceder a credenciales, datos personales o información financiera sobre el individuo objetivo o información de la organización para la cual trabaja».
Uno de los rubros más que corren mayor riesgo de sufrir ciberataques por phishing es el sector financiero de acuerdo a Fortinet. Nieto comenta que esto se da debido «a la naturaleza de los datos que almacenan. Los cibercriminales se han dado cuenta que los ataques de ingeniería social emulando correos reales provenientes de bancos son muy exitosos porque los usuarios no están bien prevenidos o aún no hay una cultura extendida de ciberseguridad. Esto aplica tanto a los clientes de los bancos como a los empleados que trabajan en ellos».
La brecha chilena
A modo de ejemplo, Nieto menciona que «el cibercrimen ha aumentado a nivel mundial un 10.000% entre 2011 y 2017, y las inversiones en ciberseguridad en Chile solo crecieron alrededor del 10% en el 2017. Las empresas chilenas invierten menos de un 15% de su presupuesto de tecnología en seguridad».
Frente a esta realidad, el experto considera que «en Chile aún tenemos una brecha significativa en la inversión en ciberseguridad».
No obstante, tras los robos informáticos que sufrieron Banco de Chile y Banco Consorcio el año pasado, Nieto destacó que esto episodios «ayudaron a generar más conciencia en los tomadores de decisiones de las compañías. Los ciberataques dejaron de ser ciencia ficción hace mucho tiempo, son una realidad».
Al momento de mirar los desafíos del país en términos de ciberseguridad, el ejecutivo distingue tres grandes retos: «lograr la eficiencia; asegurar la integridad de la información; y administrar el riesgo y cumplimiento».
Esto, pues «las empresas están tardando un promedio de seis meses en detectar que han sido vulneradas. Eso es inadmisible en la economía digital de hoy», sostiene Nieto.
Así, señala que «el cibercrimen se está haciendo mucho más sofisticado, las empresas deben dejar de ver a la seguridad como productos aislados para prevenir determinados ataques. No solo se necesita poder ver y proteger todas las infraestructuras y dispositivos, independientemente de su ubicación o tipo, desde un único sitio, sino también coordinar los recursos para mejorar la detección, automatizar la respuesta y adaptarse dinámicamente a los cambios».
