Por Roberto A. Pérez
Aun cuando la recesión no da señales consistentes de mermar, con la inflación todavía en modo azote (el gobierno dice que retrocede; según la gente, solo toma impulso) y mientras el tembladeral político contribuye alegremente con la confusión y al desaliento generales, esta semana que acaba de terminar nos ha brindado a los argentinos (y a toda la región) dos estupendas noticias.
Ha tenido sanción definitiva en el Congreso una norma legal conocida como “Ley de Economía del conocimiento”, y tiene características muy especiales. El Secretario de Pymes y Emprendimientos Mariano Mayer (actor fundamental en este proceso) destacó el proceso de aprobación de la ley… “por su doble impacto; va a hacer crecer a un sector significativo en exportaciones y empleos, y también beneficiará al resto de los sectores tradicionales de la economía mediante la innovación, una mayor productividad, mejor tecnología y transformación digital”.
Sucede que su aprobación ¡por unanimidad! (49 votos a favor y 0 en contra en el Senado; anteriormente había sido aprobada en la Cámara de Diputados por 182 votos a favor y solo 2 en contra) constituye una suerte de milagro en esta convulsionada Argentina preelectoral, atribulada por “La grieta”, esa insidiosa división entre facciones políticas que parece insalvable. Pero esta novedosa norma ha sido, para más rareza, originada en la iniciativa de tres legisladores de tres distintos partidos…
Veamos con más detenimiento de qué se trata: Teníamos ya una “Ley de software” sancionada en 2004 y prorrogada en 2014, que daba notorias facilidades fiscales al sector de TICs. Pero hubiera vencido en Diciembre de este año. Ante eso (y máxime luego del golpe asestado al sector por la imposición de ciertas exóticas “retenciones” que también soporta toda exportación argentina) los Diputados redactores decidieron actuar, y en coordinación con la Secretaria de Mayer, otras dependencias del Ministerio de Producción y Trabajo y los empresarios del sector, no platearon prorrogar lo que ya existía sino crear una norma enteramente nueva y mucho más abarcativa.
Hoy, el sector argentino de productos y servicios basados en la inteligencia cuenta con 35 clusters activos en todo el país, 100.000 empleados y unos U$S 6.000 millones en exportaciones en 2018. Con las facilidades impositivas e incentivos para invertir de esta nueva ley, se espera llegar a 2021 con 215.000 empleos y U$S 15.000 millones de ventas al exterior y que sea el 15% de las exportaciones nacionales en 2030.
Según expertos consultados, se trata de un cálculo muy conservador. Piénsese que solo nuestro gigantesco vecino Brasil importa cada año U$S 12.000 millones en servicios basados en el conocimiento, y Argentina le vende apenas 150 millones… el espacio para crecer es inconmensurable.
Estos servicios basados en conocimiento (SBC) son hoy tan importantes para el país como los cereales (¡Incluyendo a la famosa soja!). En los últimos 3 años fue el sector con mejor desempeño de sus exportaciones al marcar un alza del 14%, el doble de la que presentaron las de bienes. Se temía mucho por el futuro de este sector, pero tras la sanción de esta norma queda un extenso campo para crecer a velocidad “exponencial”, tal como hacen nuestras queridas tecnologías digitales. Que por cierto, no debemos olvidar que ayudan a todas las industrias: software e impresión 3D para la manufacturera, Realidad Aumentada para la publicidad, robótica para la maquinaria agrícola, inteligencia artificial para el comercio, biotecnología para el agro y la salud, Realidad virtual para la producción audiovisual, etc. No hay sector productivo donde la economía del conocimiento y sus tecnologías disruptivas no esté transformando la manera de hacer las cosas, y nadie mejor que quienes estamos inmersos en la dinámica “Fintech” para atestiguarlo.
En resumen, las actividades incluidas en el nuevo esquema legal que les garantiza menos costo laboral e impositivo, fomento para encarar nuevos desarrollos y una estabilidad fiscal inédita en nuestro país son: Software y servicios de informática en general; Producción y postproducción audiovisual; Biotecnología, neurotecnología e ingeniería genética; Servicios geológicos y de prospección; Inteligencia artificial, robótica y IOT; Servicios profesionales de exportación; Nanotecnología y nanociencia; Industria aeroespacial y satelital; Actividades de ingeniería ciencias exactas naturales y agropecuarias; Ciencias médicas vinculadas a las tareas de investigación y desarrollo experimental, etc.
Los pocos requisitos que las empresas deben cumplir para acceder a los beneficios establecidos son: Tener al menos 3 años de antigüedad (aunque esto no es excluyente, ya que se plantean algunas excepciones) contar con certificación de calidad, invertir en I+D al menos 3% de su facturación y/o en capacitación de empleados al menos el equivalente al 8% de su masa salarial.
La otra gran noticia que mucho nos alegró la semana que pasó es la de un nacimiento: Nada menos que el del ¡Quinto! Unicornio de origen argentino. Recordemos que hay unos 10 de ellos en LATAM y desde el pasado jueves 5 son orgullosamente argentinos.
En este caso se trata de Auth0, una tecnológica fundada por Eugenio Pace y Matías Woloski en 2013 y que desarrolla esas plataformas de autenticación y autorización que utilizan los sitios web y aplicaciones móviles para que sus usuarios se registren, también conocidos como “Identity as a Service” ((IDaaS) Hoy la compañía tiene 7.000 clientes corporativos en 70 países, 500 empleados y cuenta con oficinas en Japón, Londres, Sidney y la Argentina. «Aseguramos de forma ininterrumpida más de 2.500 millones de inicios de sesión por mes«, dicen.
Y siguen contando sus felices fundadores que en la última ronda de inversión que protagonizaron pudieron recoger 103 millones de dólares, con el liderazgo de Sapphire Ventures, más otros fondos de inversores. Y llegó a un valor de U$S 1.100 millones. De ese modo hoy acompañan al coloso del e-commerce y los pagos electrónicos Mercado Libre, a la manufacturera de Software Globant, al operador turístico Despegar y a la plataforma de intercambios OLX, todas de origen argentino, de base tecnológica y que en una década alcanzaron la cotización de “One Billion” que les da la codiciada categoría de “Unicornio”.
El “Core” del negocio de Auth0 es “La cajita de login. La que todos conocemos, la que usamos cuando ingresamos a un servicio en Internet, pago o no, en el que hay que registrarse. Todos odiamos los passwords: bueno, nosotros proveemos esa plataforma para hacerles el trabajo más fácil a los programadores y para que sea más seguro para los usuarios«, explica Matías Wolosky. Eso de “La cajita del login” puede parecer muy simple, pero no lo es. «Detrás de lo que se ve en la pantalla hay un gran mecanismo, engranajes complicados como si fuera un reloj. Porque hacer el login parece simple, pero hay eventos, como el robo de millones de passwords a Sony Playstation en 2011, que muestran que es mucho más complejo» afirma Woloski.
Y abunda: “Hoy hay más de 2.000 millones de usuarios y passwords que cualquier hacker con un poco de conocimiento puede obtener. Todos usamos decenas de aplicaciones, algunas pagas, como Spotify y Netflix. Lo que hacen los hackers es tratar de obtener esas cuentas y venderlas por la mitad del precio. Entonces pasa a ser un negocio y hay mucho interés. Nosotros somos 500 personas que estamos dedicadas a resolver eso, a darle herramientas al desarrollador. Dentro de lo que es Identity and Access Managment, que sería nuestro rubro, hay muchos competidores que hacen foco en la gente de IT de una empresa, el nuestro está en los que crean el software”
Los nuevos inversores comprendieron eso, y valoraron muy positivamente la escalabilidad de la empresa, tanto como la calidad técnica de sus soluciones, su cartera de clientes, y quienes habían sido los primeros inversores, los que aportaron el capital-semilla: Nxtp, Cygnus y otros, que vieron multiplicada por 45 su apuesta inicial.
Es decir que, en solo una semana, dos grandes noticias ayudaron a renovar el enrarecido aire que se respira en Argentina. Afortunadamente.