Fuente: tribunasalamanca.com
Las palabras “Big” y “Data” están en todas partes. Y seguro que también ha oído o leído en algún sitio “Máster en Big Data”, o una expresión similar. Pero, ¿por qué? ¿Qué es el Big Data? ¿De verdad es tan importante como para estar inundándolo todo? Sólo cabe una respuesta: sí.
En resumen, el Big Data es la capacidad de recopilar y analizar cantidades no cuantificables de datos para su posterior aplicación a cualquier ámbito: empresarial, sanitario, productivo… Cualquiera. Y la relevancia que está adoptando cada día, casi a cada segundo que pasa, se multiplica. Porque el mundo de posibilidades que ofrece su desarrollo en cualquier actividad imaginable, justifica sin contestación su importancia.
¿Estás pensando a qué dedicarte? ¿Quieres ampliar tu formación sin desvincularte de tu sector? ¿O sencillamente buscas una ocupación que te garantice un empleo (y a poder ser bien remunerado)? Para cualquiera de estos tres casos, el Big Data es la solución. Las razones son evidentes: según el estudio Tráfico global de datos móviles: Pronóstico 2016-2021, elaborado por la multinacional de redes y tecnologías de la información Cisco, en apenas tres años habrá 11.600 millones de dispositivos conectados en el mundo, de los que el 75% serán inteligentes y generarán el 98% del tráfico móvil de datos. Por si fuera poco, el informe también apunta a que el número de smartphones en activo en 2021 (5.500 millones) superará al de cuentas bancarias (5.400 millones), al de personas con acceso a agua potable (5.300) y casi doblará al de teléfonos fijos (2.900).
El Big Data se centra en recoger y tratar todos los datos para optimizar los procesos que dependan de ellos. ¿Cómo? Los ejemplos son innumerables. Un proyecto para reforestar hasta 100.000 árboles al día cuya primera fase, pionera a nivel mundial, se ha desarrollado en el Parque Natural del Alto Tajo. Gracias al análisis de las peculiaridades de cada ecosistema –el tratado de datos como el clima, las especies arbóreas o el tipo de suelo- y el uso de una semilla especial, se puede desarrollar esta actuación. El Big Data en acción.
Otro ejemplo: el Big Data salta a la palestra en la esfera médica, de modo que facilita el diagnóstico temprano de enfermedades, la optimización de los tratamientos o la posibilidad de modelar en 3D órganos para una operación. ¿Es posible? No sólo lo es, sino que ya está sucediendo. Si se emplea el análisis de datos, pueden desarrollarse modelos de probabilidad en los que reflejen porcentajes de éxito para determinados tratamientos en poblaciones concretas.
Una más. Sensores, drones y satélites. ¿Dónde? En el campo. ¿Para qué? Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), para incrementar la productividad anual en un 1% durante las siguientes tres décadas. ¿Cómo? Extrayendo la información de la tierra, como cuánta agua necesitan o cómo están evolucionando, y procesándola para actuar en el momento adecuado y utilizando las cantidades precisas de agua, pesticidas y fertilizantes. ¿Resultado? Hay estimaciones que apuntan a que el sector de la llamada agricultura inteligente alcanzará los 4.800 millones de dólares en dos años. Big Data. Mucho más que muchos datos.