El avance tecnológico demanda este tipo de capacidades desde temprana edad. Una buena noticia de cara a lo que será el futuro laboral de niños y adolescentes. Pero plantea a los padres el desafío de supervisar que sus hijos vayan por el buen camino.
A principios de este año, un adolescente hackeó la base de datos de su colegio para cambiar sus notas.
Por Gary Davis
Aunque inglés y matemáticas siguen siendo esenciales en la educación escolar, la codificación como materia se está convirtiendo rápidamente en la elección para los estudiantes de países desarrollados. De acuerdo con el estudio «Las Realidades de la Ciberpaternidad”, de Intel Security, 60% de los niños entre 8 a 16 años están interesados en programar o codificar para nuevas aplicaciones o sitios web.
En general, se trata de buenas noticias. La codificación es una habilidad importante en el mercado laboral de la actualidad. Se convertirá aún más importante con el paso del tiempo. Y eso es algo en que los padres deben prestar atención.
Aunque un cuarto de los padres encuestados (25%) tiene la esperanza de que su hijo/a esté aprendiendo a programar o a escribir códigos informáticos en pro de obtener un futuro empleo, solo el 12% se preocupa de que esas habilidades puedan ser usadas para actividades ilegales. Ese número debería ser mayor: a principios de este año, un adolescente hackeó la base de datos de su colegio para cambiar sus notas. Probablemente no será el único en intentar hacerlo. Así que la pregunta sorpresa para los padres es: ¿Cómo puede asegurar que su hijo codifica responsablemente, y no ilegalmente?
Es una pregunta difícil de responder. Aprender a programar permite que los niños ejerciten la forma de resolver problemas y expresarse. Brinda un sentido de confianza. Brinda una base para aprendices. También brinda un ambiente donde los futuros programadores pueden influenciar el ambiente digital alrededor de ellos. Es emocionante, pero aún necesita sus límites.
Enseñar a los niños y adolescentes a permanecer seguros en línea es una de las cosas más importantes que los padres y las escuelas pueden hacer. Nosotros, en Intel Security, les compartiremos algunos consejos para que los padres a su vez lo hagan con sus hijos. Deben ayudar a los futuros programadores a saber dónde están los límites de la codificación ética, cómo es un código bueno y las mejores prácticas para una carrera en ciberseguridad.
Aquí algunos consejos:
- Crear un código que sea seguro y bien documentado. Los niños deben comprometerse a aprender cómo documentar códigos con comentarios para ayudar a otros a entender su propósito y meta. Esto también asegurará que otros entiendan su propósito en desarrollar aquel código.
- Nunca utilice un código con mecanismos ocultos. Las “puertas traseras” (backcodes/backdoors) son un riesgo de seguridad y esencialmente una forma no documentada de obtener acceso a un programa, servicio online o un sistema informático entero. Son mecanismos ocultos que evitan las medidas de acceso controladas. Al usar backcodes para acceder intencionalmente a información privada o para permitir a otros ignorar autenticaciones de seguridad, puede crear una serie de actividades dañinas incluyendo spam o ataques de malware.
- No sea llevado al lado oscuro del hacking. Los «Script Kiddies» son hackers jóvenes de “sombrero negro” que frecuentan sitios de la web ocultos para usar programas prestados para atacar a redes como sus escuelas en un intento de inventar nombres para ellos mismos. Se debe desalentar este tipo de actividad, y se debe educar a los niños sobre cómo esto puede llevar a implicaciones legales.
- Use códigos para hacking ético. Si los niños quieren usar sus habilidades para hackear, deben buscar empresas que contraten hackers de “sombrero blanco” para ayudarles a entender dónde se encuentran las debilidades de seguridad. En este escenario, los niños usarán sus habilidades para exponer las vulnerabilidades de una empresa para permitirles crear sistemas más fuertes.