La telefonía móvil llegó para gestar una transformación radical en el ecosistema financiero de América Latina, preparando el escenario para un cambio fundamental en la experiencia del consumidor. Hasta hace poco, la región iba a la zaga de pioneros como Asia y África, pero hoy América Latina está experimentando un rápido crecimiento en el universo del dinero móvil.
Pocos servicios en la región han tenido el alcance que tiene la telefonía celular. El porcentaje de latinoamericanos que poseen un celular se ha disparado a un 80% en los últimos años y, a este ritmo, para el 2020, la penetración celular en la región alcanzará un 117%. Hoy, mientras los operadores de telefonía móvil buscan ofrecer nuevos servicios que brinden valor agregado, y los gobernantes tratan de conseguir mayor inclusión financiera para la región, están surgiendo oportunidades de crecimiento para perfeccionar los servicios básicos diarios de voz y datos, con la posibilidad de acceder a servicios financieros.
El dinero móvil ha llegado.
Se estima que sólo el 35% de los adultos en América Latina tiene cuenta bancaria, comparado con más de dos cuentas por persona en los países desarrollados. En la región, especialmente en las áreas rurales, el acceso a los servicios financieros puede ser costoso y limitado.
Sin embargo, la experiencia de otras regiones, particularmente África y Asia, ha demostrado que la telefonía celular puede ser una manera sumamente efectiva de proveer servicios financieros a los no bancarizados.
De los 460 millones de suscriptores de telefonía móvil en la región, más de 240 millones viven con menos de US$ 300 por mes. Con la implementación del dinero móvil, considerando un promedio de tres transacciones por mes -incluyendo el pago de un micro-crédito, un pago de servicios y una transferencia de dinero- este último grupo podría realizar 620 millones de transacciones por mes, o sea más de 7 billones de transacciones por año. Adicionalmente, el dinero móvil aumenta la seguridad ofreciendo la posibilidad de no llevar dinero en efectivo -una realidad diaria para aquellos que no tienen acceso a servicios financieros formales.
América Latina tiene todas las características de un mercado de dinero móvil tan fascinante, si no más, que el de los mercados emergentes de Asia y África. Como sucede en todas las regiones en vías de desarrollo, la penetración de PC, Internet fi ja y teléfonos de línea es y continuará siendo mucho más baja que en los Estados Unidos o Europa, lo que significa que para los países latinoamericanos el teléfono celular es el medio para acceder a Internet y consecuentemente a la banca remota. Además, otra de las ventajas es que en América Latina y el Caribe hay menor diversidad de lenguas -español, portugués, francés e inglés- que las que se hablan en Asia o África, donde el dinero móvil ha prosperado.
Con 578 millones de habitantes, América Latina se parece mucho más en tamaño a las de América del Norte con 352 millones y Europa con 733 millones, que a las de África y Asia que suman entre sí 5 billones de personas y, tal como sucede en Asia, las remesas a América Latina representan una importante fuente de ingresos.
Mercado de remesas
De acuerdo con el análisis realizado por Pyramid Research, el mercado de remesas vía telefonía celular en América Latina ronda aproximadamente los $ 60 mil millones. Las cifras hablan por sí mismas: sólo Guatemala recibió el año pasado $ 4.1 mil millones en remesas, lo que representa el 9.8% de su producto bruto interno; y el dinero móvil ya juega un rol crucial para que estas remesas se reciban en forma más fácil y segura.
Comparado con Sudáfrica, que tiene un ingreso similar per capita, México tiene niveles relativamente bajos de acceso a los servicios financieros formales.
Sin embargo, con su amplio mercado, alta penetración de telefonía movil y la actividad de banca móvil existente, el país está muy bien posicionado para crecer en modelos de dinero móvil.
Por su parte, Perú está actualmente trabajando en reformas regulatorias que permitan a sus innovadoras instituciones financieras, tener excelentes niveles de impacto a través de la banca móvil y, en Ecuador, existe una fuerte decisión política en favor de una mayor inclusión financiera y social.
Hasta el momento, la mayoría de los desarrollos en la región se han enfocado en remesas, recarga de tiempo aire, pago de servicios y pago de préstamos, pero el verdadero impacto transformador del dinero móvil vendrá con la segunda generación de servicios financieros tales como micro-ahorro, microcrédito y micro-seguros, especialmente en países con baja penetración de banca de consumo.
De acuerdo con el estudio realizado por Juniper Research, los volúmenes de pagos móviles a nivel mundial alcanzarán este año los $ 240 mil millones. La cada vez mayor utilización de esta modalidad por parte de los consumidores en mercados en desarrollo como el de América Latina incrementará esta cifra a $ 670 mil millones para el 2015.
No hay duda de que la propuesta del dinero móvil es muy interesante y que es un mercado en constante crecimiento. De acuerdo con estimaciones, para 2014, habrá en la región 75.3 millones de usuarios de pagos móviles, con transacciones financieras que rondarán los US$63 mil millones.
Para 2015, el dinero móvil será lanzado como una nueva forma de moneda corriente en América Latina, mejorando la calidad de vida de los no bancarizados y de los sectores menos favorecidos de la sociedad, permitiéndoles el acceso a los servicios financieros e impulsando la transformación de una economía de dinero en efectivo en una economía electrónica a la que se accederá a través de los tan divulgados teléfonos celulares.
Fuente: Listin Diario, República Dominicana.