El camino de disruptor: Evolución

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Por: Oscar González Legorreta, Managing Partner de InSureMate

el diálogo entre los monjes, maestro y aprendiz, conversando sobre disrupción

  • El aprendiz: Maestro, ahora que da inicio un nuevo año, qué mejor forma de empezarlo que con mi proyecto disruptivo, ¿no lo cree así?
  • El maestro: ¡Cuánto disfruto tu entusiasmo muchacho! Sí. Efectivamente es buen momento. El primer gran paso, la primera gran reflexión para arrancar, es acerca de qué problema quieres resolver. ¿Tienes ya alguno en mente?
  • El aprendiz: ¡Sí Maestro! Tengo varios, pero quiero estar seguro de que al menos alguno resulte apropiado para aplicar la disrupción, porque si he entendido bien hasta ahora, la disrupción no aplica a cualquier cosa.
  • El maestro: Ciertamente, puede aplicarse, pero es frecuente que se confundan conceptos como innovación o transformación; mejora, reingeniería u optimización, con disrupción. Todos esos conceptos efectivamente implican, en alguna medida, modificaciones a la forma en que llevamos a cabo alguna actividad o tarea. La forma en que decidimos, ejecutamos o convivimos con un fenómeno o concepto. Pero, como ya lo hemos comenzado a vislumbrar, la disrupción consiste en un cambio drástico, dramático, brusco. Es un evento agudo.  
  • El aprendiz: Sólo para estar seguro Maestro, ¿qué distingue la disrupción de la innovación, por ejemplo?
  • El maestro: Qué acertada pregunta. Es básicamente un tema de velocidad. La diferencia entre la disrupción y otros modelos de evolución es qué tan rápido se transforman los hábitos y el entorno. Lo podemos ejemplificar con la propia teoría de la evolución de las especies. La transformación de un mamut en lo que hoy vemos como un elefante ocurrió en un larguísimo periodo de tiempo. Los hábitos de la escritura, los lenguajes, la cultura del ser humano se han transformado significativamente, pero a lo largo de varios cientos e incluso, miles de años. La disrupción ocurre en plazos cortos. El ya tan reiterado caso de Uber® lo hace evidente. Apenas hace poco más de 10 años, un pestañeo en la historia humana moderna, era impensable solicitar lo que llamábamos un Taxi a través de un teléfono inteligente y hoy, es una realidad para prácticamente todo el mundo.
  • El aprendiz: Ya veo. Disruptir, si es que así existe como verbo, sería entonces el acto de cambiar un hábito, un producto o una industria, pero a una gran velocidad. 
  • El maestro: Sí, por ello, para lograrlo hay que hablar de dos variables muy relevantes, las cuales, curiosamente son muy comunes y utilizadas en el Sector Asegurador que tanto te atrae. Son frecuencia y severidad. Ya hablaremos de ello.

Este diálogo continuará…

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