Según el ranking GEM 2023, Chile ocupa el tercer lugar mundial en emprendimiento femenino. Alejandra Winter aborda lo avanzado a nivel local y los desafíos pendientes para seguir promoviendo el empoderamiento femenino.
Sin la participación femenina, el emprendimiento no sería lo que es hoy. A medida que más mujeres eligen emprender -ya sea por iniciativa propia o la necesidad de generar ingresos extra-, se activa un motor clave para la economía gracias a la creación de negocios que responden a las necesidades de sus comunidades, generan empleo, promueven la innovación y fortalecen el desarrollo local.
Además, otra gran ventaja es que las mujeres aportan una perspectiva única y enriquecedora que ayuda a construir mercados más diversos y soluciones que responden a problemáticas reales, que van desde productos específicos para la salud, la familia y el bienestar, entre otros, hasta servicios que promueven el impacto social y el desarrollo sostenible.
En nuestro país, es un área que ha crecido con fuerza. El último informe “Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Chile 2023” reveló que el emprendimiento femenino ha experimentado un notable auge post-pandemia, con un aumento del 12% en el porcentaje de mujeres involucradas en la creación de nuevos negocios. Incluso, según una encuesta realizada el año pasado por Mujeres Emprendedoras, los emprendimientos liderados por mujeres subieron un 35% en los últimos tres años, gracias a motivaciones como obtener ingresos, poder manejar sus tiempos y mejorar su calidad de vida.
Este logro es reconocido incluso internacionalmente, ya que según el ranking GEM 2023, Chile ocupa el tercer lugar mundial en emprendimiento femenino con un 25,2%, siendo superado únicamente por Togo con un 25,4% y Guatemala con un 28,2%.
Pese a estas impresionantes cifras, hay un factor importante a considerar y es que muchas mujeres se ven obligadas a emprender debido a las desigualdades existentes en el mundo laboral. Muchas veces emprender obedece a una vocación genuina, pero también son numerosos los casos en que las tasas se disparan debido a oportunidades de trabajo insuficientes para las trabajadoras. Otro gran obstáculo es la falta de acceso a capacitación, redes de contacto y financiamiento. El reporte “Female founder factor” de Startup Chile muestra que aunque cada vez existen más mujeres liderando startups, muy pocas logran levantar capital. Un 77% de las mujeres en Chile deben usar sus ahorros como método de financiamiento y sólo 14% logra acceder a co-financiamiento por parte de programas públicos o privados.
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Por eso, este 19 de noviembre, fecha en que celebramos el Día Internacional de la Mujer Emprendedora con el objetivo de visibilizar a las mujeres y seguir contribuyendo al empoderamiento femenino en todo el mundo, hacemos bien en destacar los logros, pero no podemos dejar de lado los desafíos pendientes. El ecosistema emprendedor requiere de mujeres dispuestas a contribuir en sus comunidades y familias, generando un ciclo de desarrollo que beneficia a más y más personas, pero para que esto se cumpla, debemos ofrecer las mismas condiciones de base y reducir las brechas de género en el acceso a capital e iniciativas de capacitación.
El impulso al emprendimiento femenino es esencial para promover la igualdad y nivelar el campo de juego. Favorece el desarrollo personal y también a la economía en su conjunto. Invertir en el talento de las mujeres emprendedoras es apostar por un crecimiento inclusivo, algo que en los tiempos actuales se requiere con urgencia.
*La autora es Directora de CIC Connect
Fuente: Forbes Chile