Según la última encuesta Pulso de la Migración, el 73,7% de los migrantes no tienen acceso a una cuenta en una entidad financiera, microfinanzas, fintech, billeteras, entre otras.
Si bien los indicadores de desempleo y pobreza monetario entre los migrantes han mejorado en los últimos años, la realidad es que aún hay muchos desafíos por superar.
Según la última encuesta Pulso de la Migración que permitió caracterizar los retos y oportunidades de la población venezolana en el país, el 73,7% de ellos, es decir, poco más de 1,2 millones, no tienen acceso a una cuenta en una entidad financiera, microfinanzas, fintech, billeteras, entre otras.
En contraste, según esta medición, solo 26,3% sí tienen este acceso, lo que apenas sumó poco más de 435.000 ciudadanos venezolanos.
Entre las dificultades están la dificultad para regularizarse o la falta de un documento de identificación (Permiso Especial de Protección, visa o cédula de extranjería), que es indispensable para abrir una cuenta de ahorros o adquirir un producto financiero.
Al profundizar en los datos, casi 76% de las personas que no tienen este acceso a cuentas de ahorro o productos financieros son mujeres. Esto equivale a 622.562 personas del sexo femenino; mientras los hombres son 596.247 ciudadanos del vecino país.
Desempleo y pobreza
Cabe destacar que la pobreza monetaria es considerablemente más alta para la población migrante (24 p.p), lo que también implica desafíos desde el punto de vista de las estrategias de inclusión productiva.
Por ejemplo, el dato de pobreza monetaria para los migrantes en 2022 fue de 59,8 %, mientras que para el resto de la población fue de 35,7 %.
De igual forma, las dificultades para regularizarse o si quiera adquirir una cuenta de ahorros ha llevado a que esta población tenga tasas de informalidad que superan el 80%.
Al enfatizar en las tablas por brecha de edad, se observa que la mayor dificultad lo tiene el grupo de edad entre 24 y 55 años, el grueso de la población migrante y el brazo con más potencial laboral.
De las personas que dijeron que no tienen acceso, poco más de 730.000 ciudadanos, están en este rango de edad. No obstante, es el grupo poblacional más bajo en cuanto a porcentaje.
Un efecto positivo de esta lectura está del otro lado de la orilla, con las personas que sí están bancarizadas. De este pequeño porcentaje, un total de 337.831 ciudadanos de este rango de edad sí tienen una cuenta bancaria.
Fuente: Vanguardia
