El análisis, resultado de una asociación con Kayyak Ventures y CIM, muestra el impacto de la fintech chilena Galgo en ambos países, con énfasis en migrantes.
La gestora de inversiones CIM –que provee deudas a las fintech-, y el fondo de venture capital Kayyak Ventures -que provee equity-, se asociaron con la empresa de medición especializada de la industria, 60 Decibeles, para medir los cambios que las fintech generan en la calidad de vida e ingresos de sus clientes de América Latina, específicamente de Chile y Perú.
El análisis tomó como base los datos de usuarios de la fintech chilena Galgo -anteriormente conocida como Migrante- que nació en 2018 como una solución para migrantes no bancarizados con el objetivo de que pudieran establecerse en sus países de acogida.
En la actualidad, la empresa abarca un segmento más amplio de la población y le brinda acceso a crédito para adquirir motocicletas a través de su marketplace.
La idea de realizar este estudio independiente surge como una forma de testear la hipótesis de inversión de ambas empresas: que el apoyo a fintechs aumenta el acceso al crédito a un amplio segmento de la población y mejora su calidad de vida.
Según afirmó a DFSUD el CEO y cofundador de Kayyak Ventures, Andrés Pesce, se observa un “escaso interés y preparación” por parte de los bancos tradicionales en atender a esa fracción al priorizar sectores más rentables.
Además, tampoco cuentan con la estructura de distribución y de costos adecuada, modelos de riesgo actualizados y conocimiento de estos perfiles.
Frente a este escenario las fintech parecen ser una buena respuesta. Sin embargo, a pesar de que los modelos digitales de distribución de este tipo de empresas “son más eficientes para llegar a personas no atendidas por los bancos, en un marco en que la deuda privada en la región es dominada históricamente por la bancaria”, según indicó Pesce, “se debe trabajar en las condiciones de base”.
Entre ellas, generar medidas de crecimiento económico, incentivo de la formalidad laboral y la competencia en el sector financiero, una infraestructura digital robusta y velar por un correcto desarrollo de los mercados de deuda privada.
Por su parte, el partner de Emerging Markets Strategy en CIM, Bernhard Eikenberg, señaló que “además del acceso a préstamos, existen varias medidas que pueden tomarse para incentivar la inclusión financiera en América Latina”.
Entre ellas, un fortalecimiento del sistema educativo, fomentar el ahorro e inversión, desarrollar tecnologías financieras innovadoras e impulsar el emprendimiento y la formalización económica.
Según Eikenberg, países como Chile, Uruguay y Costa Rica están mejor posicionados en este sentido, debido a que “han implementado políticas y programas efectivos para promover la inclusión financiera”.
Explicó, a modo de contraste, que zonas como Honduras, Guatemala y Nicaragua enfrentan mayores desafíos, ya que “ la informalidad económica y la falta de educación e infraestructura financiera pueden contribuir a la exclusión financiera en estas naciones”.
La base del estudio
El estudio buscó responder al desafío de la migración y el difícil acceso que tiene esa población a servicios bancarios tradicionales, como es el caso del financiamiento.
“La inclusión financiera en la región se ve obstaculizada por barreras relacionadas con la informalidad del comercio y el mercado laboral, así como por los ingresos medios más bajos en comparación con los países desarrollados”, afirmó Pesce.
La muestra identificó diferencias entre la población migrante y no migrante, y en el caso de los primeros, Pesce indicó que “las barreras se ven acentuadas”.
En julio de 2023, los investigadores realizaron 408 entrevistas telefónicas con los usuarios de Galgo: 201 en Perú y 207 en Chile. La muestra fue seleccionada aleatoriamente de la base de datos de quienes adquirieron motocicletas de la compañía.
Principales hallazgos
Según el estudio, el 85% de los clientes afirmó no haber tenido acceso previo a un préstamo como el que proporciona la fintech. Cuando se ve por mercado, sólo 1 punto porcentual separa a Perú (86%) de Chile (85%).
Si se compara el universo de las personas migrantes y los no migrantes, la brecha es de 9 puntos: 88% para los primeros y 79% para los segundos.
Según Bernhard, las principales diferencias entre ambos segmentos a la hora de acceder a créditos residen en la ausencia de historial crediticio en el caso de los migrantes.
“Pueden enfrentar desafíos adicionales en términos de documentación requerida para acceder a créditos, especialmente si carecen de un estatus migratorio regular. Además, dado que pueden trabajar en sectores informales o tener empleos temporales, esto puede influir en su capacidad para calificar para ciertos tipos de créditos en comparación con los no migrantes que tienen empleo formal y estable”, dijo Eikenberg.
Las diferencias también se extienden al género. El 89% de las clientas expresaron no poder encontrar fácilmente otra buena alternativa para financiar sus operaciones, en comparación con el 80% de los usuarios masculinos.
En este caso, la brecha es más significativa en Perú (85%) que en Chile (80%), y en los migrantes (83%) como en los no migrantes (79%).
¿Qué usos le dan a sus beneficios?
Según el informe, el 65% de los clientes de Galgo utiliza su moto para transporte personal y un 29% lo hace para cumplir con la función de delivery. No obstante, Chile refleja un mayor uso personal de los vehículos (76%) por sobre Perú (53%); mientras, un 53% de los peruanos se inclina por el reparto, superando con creces a Chile (20%).
En el caso de los migrantes, a pesar de que prime el transporte personal (61%), también superan a los no migrantes en su uso para el delivery, con un 33% frente al 18% de los no migrantes.
Considerando los números obtenidos, el rol de las fintech en términos de inclusión financiera se muestra positivo, pues un 76% de los clientes afirmó que su calidad de vida mejoró con esta solución y un 40% de migrantes expresó que “mejoró mucho”.
En especial, en el tiempo de viajes reducidos (39%), el acceso a transporte conveniente (35%) y el aumento de sus ingresos (19%).
Fuente: DF SUD