Tras un 2023 marcado por las dificultades económicas, 2024 se presenta con desafíos tecnológicos y organizativos para las entidades digitales.
Mangopay, la plataforma modular de pago, considera en sus previsiones para el sector fintech en 2024 que la Inteligencia Artificial, la dependencia de la nube y la necesidad de desarrollar líneas de negocio sostenibles serán los principales retos el año que viene. Las empresas, tras un 2023 complicado por el frenazo en la captación de fondos, el descenso de su valor y el revés económico, esperan remontar, pero tendrán que adaptarse a cambios tecnológicos y de compliance.
La inteligencia artificial marcará la línea a seguir en innovación
Sin duda la inteligencia artificial seguirá marcando el paso de cómo se trabaja y cómo se evalúan los productos. Hemos visto que más de la mitad de las empresas de tecnología financiera utilizan ahora la IA para ofrecer nuevos productos y servicios como diferenciadores clave. Ahora que esta tecnología se ha hecho más barata, veremos a las Fintech redoblar en su inversión y utilizarla para tareas como la evaluación de la solvencia crediticia, servicios de asesoramiento robótico, negociación algorítmica y evaluación y gestión de riesgos, a semejanza de lo que va a hacer la banca. Esto hará subir los estándares de los productos de cara a los clientes y cambiará la cultura de las empresas, que con menor equipo será capaz de sacar adelante innovaciones más rápidamente, ahora que la búsqueda y retención de talento es cada vez más difícil.
En contrapartida la Inteligencia Artificial traerá consigo retos como la proliferación de chatbots, deepfakes y clonadores de voz que serán utilizados para engañar los controles de autenticación de los clientes y robar datos y dinero. Además la IA podrá desarrollar malwares más sofisticados que robarán la información de pago de los consumidores. Por ejemplo, ha aumentado el uso del malware de «screen scraping», que puede registrar todo lo que un usuario teclea en la pantalla de su ordenador, incluida dicha información de pago.
La regulación medioambiental, uno de los principales retos en 2024
Sostenibilidad será otro de los vectores que marcarán el 2024 para las Fintech. La reciente directiva de la UE que obliga a las empresas a ser más transparentes con su huella medioambiental es un paso positivo para que los clientes tomen decisiones informadas. Afortunadamente para muchas Fintech, gracias a su naturaleza digital, están ya un paso por delante en sostenibilidad. Promocionar el pago digital, por encima de otras opciones menos sostenibles como el efectivo o las tarjetas, forma parte de una tendencia que va a seguir incrementándose, sobre todo a medida que bancos y entidades se comprometan a garantizar que sus emisiones de carbono sean neutras en los próximos años.
Es probable que estas tendencias tengan un impacto positivo en las decisiones de compra de los clientes. A medida que los clientes toman conciencia de la importancia de la sostenibilidad, es más probable que elijan entidades financieras comprometidas con la responsabilidad social y medioambiental.
Las fintech reorientan sus inversiones a la tecnología en la nube
Otra de las protagonistas de este 2024 será la nube, ya que se verá que las Fintech se inclinan por soluciones de software llamadas SaaS (Software as a Service), reduciendo su inversión en software tradicional. Esto va a permitir mayor escalabilidad y flexibilidad en los productos, repercutiendo en el cliente. La flexibilidad también se va a ver en la integración de los servicios financieros en empresas no-financieras: por ejemplo, ahora hay experiencias de seguros, inversión y financiación integradas en e-commerce, especialmente en los negocios B2B.
Además, la banca como servicio (Banking-as-a-Service, BaaS) y la cartera como servicio (Wallet-as-a-Service, WaaS) están reconfigurando la forma en que los comerciantes aceptan los pago. En este sentido las stablecoins dejarán de estar solamente en las carteras de los traders y poco a poco, gracias a muchas Fintech innovadoras, empezarán a ser aceptadas en transferencias internacionales y entrarán dentro del abanico de pagos para los consumidores y negocios, que tendrán cada vez más opciones para realizar sus compras.
fuente: Siglo XXI