¿Deben tener los países un Ministro de Inteligencia Artificial? Komal Dadlani responde a esta pregunta y revela los desafíos que implica este nuevo cargo.
La semana pasada tuve la oportunidad de participar en el Global Future Council* del Foro Económico Mundial, que agrupa a equipos multidisciplinarios para discutir sobre los desafíos y oportunidades del futuro y que van desde el metaverso, la inteligencia artificial (IA), el futuro de las ciudades, el espacio o quantum computing, entre otros.
La revolución de la IA es similar a lo que ocurrió hace más o menos cien años, cuando nadie hubiera pensado que fuese necesario contar, por ejemplo, con autoridades encargadas del funcionamiento de las telecomunicaciones. Lo mismo con la energía, que recién en las últimas décadas opera con ministerios exclusivos dentro de los gobiernos. Por eso, hace unos días tuve una grata sorpresa cuando, en el marco de Consejo del Futuro del World Economic Forum 2023, pude conocer al ministro de IA de Emiratos Árabes, el primero con esta categoría en el mundo y referente de un cargo que sin duda se implementará gradualmente en muchos más países. Incluso hace pocos días la administración del alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, publicó un plan para la adopción y regulación de la IA dentro del gobierno local.
Y es que a medida que la IA avanza, se requiere de autoridades con esa visión de futuro y el caso de Emiratos Árabes es digno de destacar, porque se trata de un país nuevo con poco más de cincuenta años, pero que cuenta con la certeza de que la IA es parte del crecimiento y pensando en el largo plazo, ya está trabajando en las normas necesarias para potenciar su impacto.
La inteligencia artificial permite automatizar y agilizar tareas en todo tipo de áreas, pero también puede ser mal utilizada para promover la manipulación y desinformación, e incluso vulnerar la privacidad de las personas. Tampoco olvidemos que muchas de las bases de datos o datasets con que fueron entrenados los modelos de IA tienen sesgos de género que podríamos perpetuar si no hacemos algo al respecto.
A un nivel macro, un cargo de este tipo debería liderar la formulación de políticas y estrategias de cada país en torno a la IA y definir los objetivos, prioridades y recursos requeridos para impulsar su adopción en sectores clave, como la educación, la salud, la industria, el gobierno, etc. Además, puede promover la inversión en investigación y desarrollo mediante programas de financiamiento en colaboración con el sector privado y académico. Dentro del ecosistema, es fundamental apoyar a startups y empresas de tecnología que se dedican a la IA a través de incentivos fiscales, financiamiento y programas de aceleración.
En materia de legislación y ética, un ministro de IA debe velar por el desarrollo tecnológico considerando aspectos éticos, además de prevenir y combatir los delitos digitales relacionados. Se necesita a alguien visionario, que tenga la capacidad de mirar hacia adelante y contar con atribuciones que le permitan actuar de inmediato ante el surgimiento de irregularidades. Un ejemplo concreto podría ser en época de elecciones, donde la creación y masificación de noticias falsas puede tener un impacto significativo en la opinión pública y en el resultado de los procesos. En este caso, un ministro de Inteligencia Artificial podría actuar como comisario, teniendo la responsabilidad de supervisar y controlar el contenido que se difunde en los medios de comunicación y redes sociales, asegurándose de que sea verídico y objetivo, estableciendo reglas y regulaciones para la recolección y el uso de datos y asegurando que se respeten los derechos de privacidad y propiedad intelectual de los usuarios.
Discutir y debatir sobre el futuro de las tecnologías y su impacto es sin duda fundamental para enfrentar con mayor conocimiento estos nuevos desafíos. Pero tal como hizo Emiratos Árabes, tenemos a la mano la oportunidad de ir un paso más allá y crear cargos que nos permitan estar mejor preparados para orientar el uso de la tecnología de manera responsable y ética. No es mala idea imaginar en Chile un ministerio o Unidad de Inteligencia Artificial, con profesionales que trabajen imaginando cómo será el mundo en cincuenta años más y cumplan un rol clave en el país que queremos forjar en el mañana.
* El Global Future Council surgió en el año 2000 como una iniciativa que representa y reagrupa los intereses de las futuras generaciones, ubicándolos en el centro de las decisiones políticas. La idea es que este consejo se encuentre integrado por personalidades íntegras en el plano ético, respetadas y reconocidas por la opinión pública.
Fuente: Forbes Chile