Fuente: Infobae
Un informe explica la interacción que hacen los usuarios entre los servicios bancarios y los de las fintech, con las apps telefónicas como canal predilecto de atención.
En la Argentina existen 117 millones de cuentas bancarias (con CBU) y otros 30 millones de cuentas virtuales (con CVU), según datos de Coelsa. Tanta cantidad de cuentas da señales que existe una inevitable interacción entre ambos segmentos. Según un relevamiento privado 7 de cada 10 personas en la Argentina que tienen una o más cuentas en el sistema bancario tradicional, tiene además al menos una cuenta en una billetera electrónica provista por una fintech.
El punto de contacto entre ambos mundos es el auge de las aplicaciones para celulares como vía principal para hacer operaciones. El 82% de las personas encuestadas eligió a las aplicaciones móviles de los bancos como el principal canal financiero para realizar sus operaciones diarias. Así lo indica un estudio de más de 600 usuarios bancarios realizado por Kantar para Veritran, una empresa que provee tecnología para el desarrollo de canales de atención digitales a nivel global.
El estudio encontró que el 65% de los encuestados poseen una billetera digital, un número que creció en los últimos años en base al cambio de hábitos que trajo la pandemia. A la vez, el 90% cuenta con al menos una tarjeta de crédito o débito, y el 81% tiene una cuenta en una entidad bancaria -caja de ahorro, cuenta corriente, etc.-. Es decir, entre los distintos canales, las personas encuestadas poseen en promedio 3 productos financieros (tarjetas, cuentas, billeteras virtuales).
Ir a una sucursal bancaria es algo que cada vez queda más restringido a la realización de transacciones importantes, que involucran mucho dinero
Si bien los resultados confirman que el uso de los canales digitales lidera los hábitos, un 24% de los consultados aseguró que aún concurre a la sucursal física para operaciones “que considera de mayor envergadura, como la transferencia de grandes montos, la solicitud de préstamos o la suscripción de plazos fijos”.
Con ese uso específico para las oficinas bancarias, el informe destaca que cada transacción puede ser asociada a un canal de atención particular: “El 69% de las personas encuestadas respondió que realiza transferencias de bajos montos a través de billeteras virtuales, mientras que en las compras online ese porcentaje sube al 71%. En cambio, para otras transacciones como consultas de saldo o pagos de servicios e impuestos, es más frecuente el uso del homebanking o bien desde aplicaciones bancarias para el celular”.
“Lo importante para las empresas es brindar un servicio que consiga el equilibrio entre las medidas de seguridad y la buena experiencia para el cliente” (Marcelo Fondacaro, Veritran)
Los usuarios frecuentes de billeteras virtuales crecieron del 18% al 47% tras la pandemia, según el estudio. El 59% de los consultados afirmó que las considera seguras. En cuanto a las aplicaciones móviles de los bancos o el home banking, este porcentaje se eleva a más del 70%, “ya que se trata de canales digitales que también ofrecen la seguridad de tener el respaldo de un banco detrás de sus operaciones”.
Esa diferencia viene reduciéndose. Según Marcelo Fondacaro, CCO de Veritran, en términos de seguridad, el público hace cada vez menos diferencias entre bancos y fintech: “Los temores se van perdiendo. Tampoco existen diferencias entre los distintos canales de atención. Cinco años atrás, el homebanking era percibido como mucho más seguro que las apps para celulares. Hoy esa diferencia es cada vez menor”.
Mientras que en la Argentina un 70% de los usuarios de bancos tienen cuenta en una fintech, el mismo estudio fue realizado en México, donde el porcentaje se redujo al 31 por ciento. Para el ejecutivo, la explicación para esa diferencia reside en la regulación. Si bien los mexicanos cuentan con una “ley fintech” que regula su actividad que en la Argentina no existe, no hay una expansión tan relevante de la actividad ni tampoco una interoperabilidad tan desarrollada entre los bancos y las fintech, como existe en la Argentina en base al programa Transferencias 3.0.
“Lo importante para las empresas es brindar un servicio que consiga el equilibrio entre las medidas de seguridad y la buena experiencia para el cliente. Para las fintech es más fácil, porque en general no tienen tantas prestaciones en su aplicación como tienen los bancos,” explicó Fondacaro.