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La pandemia aceleró el proceso de digitalización en las empresas, en un momento en que avanzar en esta materia aún no era la prioridad de ellas. Sin embargo, en Latam aún existen obstáculos en la implementación de procesos tecnológicos.
El escenario actual de crisis sanitaria en el que nos encontramos, aceleró la transformación digital en las comunicaciones y procesos de las empresas. Situación que ha empujado a fomentar la cultura digital dentro de las compañías, quienes se dieron cuenta que la digitalización es una herramienta que ayuda desde simplificar procesos a tener nuevas formas de llegar a los clientes, generando nuevas experiencias de servicio.
Enríque Ortúzar de Editrade e integrante del G100 afirma que “de todo lo negativo de esta pandemia se puede rescatar algunas cosas positivas, el caso de la digitalización acelerada de las empresas es uno de estos aspectos. La digitalización no solo ha demostrado que puede bajar costos y hacer más eficientes los procesos, también ha demostrado que mejora la calidad de vida a los trabajadores. Este es un camino sin vuelta atrás”.
“Por otro lado, en líneas generales vemos cada vez más la aplicación de nuevas tecnologías con tendencia a simplificar la vida de los pueblos integrándolos y facilitando el acceso a ellas. Claramente aún queda camino por recorrer, en soluciones de conectividad, reconocimiento facial y la integración y desarrollo de soluciones en todo el ecosistema de pagos”, afirma Pablo Torija, Gerente de Servicios de Adexus.
En América Latina, la situación a nivel de digitalización identifica una brecha de desarrollo digital entre las grandes y las mipymes de cada país, especialmente dentro de sus factores habilitantes, nivel de inversión y capital humano, las cuales han diferenciado drásticamente cómo han avanzado durante los meses de pandemia. Por ejemplo, las grandes empresas han logrado acelerar años de trabajo en unos pocos meses a partir de grandes inversiones y equipos de transformación digital que han trabajado arduamente para lograr características requeridas por la pandemia y la gran cantidad de personas
conectadas a la red. Este es el caso del comercio electrónico, donde las empresas han mejorado notablemente sus sitios web y estabilidad, procesos de logística y el delivery.
Sin embargo, las mipymes deben optar por opciones más económicas, sumarse a grandes plataformas de marketplace y utilizar fuertemente las redes sociales para capturar a los clientes que se movilizan a los sitios y plataformas de marcas más digitalizadas.
En poco tiempo, la región ha sabido tomar la digitalización como una prioridad, sin embargo aún falta mucho por recorrer porque aunque la balanza en Latinoamérica está más inclinada hacia la transformación digital, todavía hay pasos importantes en deuda.
“Especialmente en lo que concierne a alfabetización y cierre de la brecha digital. De nada sirve a las empresas prestar servicios por medio de tecnología, si en la región el 33% de la población no tiene conexión a Internet (BID, 2020). Si no hay un avance en paralelo entre sociedad civil, empresas y sector público, América Latina se quedará en un avance medio comparado con el resto de regiones”, sostiene Julián Sandoval Director Gobierno de Apiux Tecnología.
Las verdaderas trabas en el proceso de digitalización
El contexto latinoamericano es importante para entender por qué la ausencia de ciertos factores que ayudarían a avanzar en el proceso de Transformación Digital en las empresas, pero ¿Cuáles son las falencias según los expertos?
Según Julián Sandoval de Apiux Tecnología el problema radica en “la falta de inversión en tecnología, la resistencia al cambio y la brecha de talento cualificado para el escenario actual, son algunos de los desafíos que las empresas deben superar y que encontramos constantemente cuando apoyamos procesos de transformación digital”.
Para Enrique Ortúzar integrante del G100 “el desafío de hoy es que los gobiernos entiendan que la integración electrónica de procesos entre gobierno y privados es una necesidad urgente, que necesitan abrir canales electrónicos para que los sistemas de los privados interactúen y conversen con los sistemas de los gobiernos. Para las empresas es un tremendo freno y un desincentivo a la digitalización interna el tener que vaciar la información de sus procesos digitándola en una página web cuando dicha información ha sido confeccionada, trabajada y procesada por su propio sistema de información”.
Ricardo León de Fundación País digital afirma que “por un lado, a pesar de los avances, aún hay dificultades en la identificación de nuevas tecnologías y acceso a la información técnica respecto de los procesos productivos y de soporte, lo que genera problemas para acceder a proveedores de dichas tecnologías, asesorar su funcionamiento y proporcionar la respectiva asistencia técnica, así como una escasez de personal interno capacitado para el uso de tecnologías dentro de la empresa. Por otro lado, uno de los efectos de la pandemia y lo riguroso del aislamiento, según el último informe de la OCDE y datos del Banco Mundial más Facebook, se observó que en Chile y Colombia alrededor del 60% de las pymes incrementaron su nivel de digitalización, lo cual también es indicador de la disponibilidad de la tecnología y el uso de plataformas digitales es posible rápidamente sumarse al carro de la digitalización. La tecnología siempre estuvo presente, pero nunca antes tomó tanta importancia”.
“La transformación digital es en esencia el desarrollo de una nueva cultura. Aquí radica el principal reto, la adopción requiere sociabilización, desarrollar curvas de aprendizaje, atender situaciones sociales que en nuestro región siguen latentes y por resolver. En definitiva la transformación se continuará acelerando y evolucionando puesto que las nuevas generaciones nativas digitales cada vez más irán liderando este desarrollo como parte de su cultura de vida”, concluye Pablo Torija, de Adexus.