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«Hoy en día más de 140 países en todo el mundo disfrutan de los beneficios de las tarjetas de prepago. Chile cuenta desde 2014 con una ley aprobada para emisión de estos plásticos por parte de entidades bancarias, pero recién estamos viendo una apertura a este medio de pago, beneficiando a miles de personas que están fuera del mercado bancario”. Así describe Patricio Vega, especialista en medios de pago de Worldline, lo que está sucediendo con este nuevo sistema de pagos que se está desarrollando en el país.
Si bien la ley lleva más de seis años vigente, esta innovación se ve hoy más necesaria que nunca, principalmente por el aumento de los comercios que están operando a través de sistemas electrónicos, el explosivo aumento de inmigrantes y la dificultad que muchos tienen para ser aceptados como clientes bancarios.
Los principales usos del sistema de prepago son:
- Pagar las cuentas en línea.
- Comprar por Internet.
- Comprar combustible.
- Girar efectivo en cualquier cajero automático.
- Entregar mesadas a hijos de manera segura, sin efectivo.
- Pagar el transporte público.
- Controlar el presupuesto familiar, porque se gasta solo el dinero cargado en la tarjeta.
En tanto, las empresas pueden adquirir tarjetas de prepago para entregarlas a sus colaboradores y así realizar las siguientes operaciones:
- Pagar sueldos sin necesidad de entregar efectivo.
- Entregar bonos.
- Entregar viáticos para viajes, combustibles y alimentación.
- Pagar fletes y seguros.
- Pagar cotizaciones de AFP Pagar planes de salud.
Un uso que genera mucha expectativa es que el Gobierno podría entregar todos sus bonos y beneficios sociales mediante tarjetas de prepago, sin poner en riesgo la seguridad de las personas que van a cobrar sus bonos en efectivo por el temor de ser asaltados.
“Nuestro país es muy adelantado en innovación y tecnología, por lo cual es fundamental poner acento en estos desarrollos que de alguna forma democratizan el acceso de todos a un sistema más seguro, inmediato y fácil de usar”, concluye Vega.