Fuente: EFE
Aplicaciones para invertir en línea, bancos 100 % digitales o billeteras virtuales son algunas de las soluciones desarrolladas por la emergente industria tecnofinanciera o «fintech» de Latinoamérica que crece a pasos agigantados con una ola de nuevos negocios.
La industria creció más del 66 % en la región desde la última medición del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hasta alcanzar un total de 1.166 empresas, según el reporte «Fintech América Latina 2018: Crecimiento y consolidación».
Aplicaciones para invertir en línea, bancos 100 % digitales o billeteras virtuales son algunas de las soluciones desarrolladas por la emergente industria tecnofinanciera o «fintech» de Latinoamérica que crece a pasos agigantados con una ola de nuevos negocios.
La industria creció más del 66 % en la región desde la última medición del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista, hasta alcanzar un total de 1.166 empresas, según el reporte «Fintech América Latina 2018: Crecimiento y consolidación».
Una ola imparable
Las «fintech» están respondiendo tanto a una demanda de servicios creciente como a la exclusión financiera que persiste en Latinoamérica, en tanto que el 45 % de los adultos de la región todavía están apartados de los servicios financieros formales al no contar con una cuenta.
Brasil es líder en tecnofinanzas en la región con casos como el de la aplicación Guiabolso, el banco digital Creditas o la operadora financiera Nubank, uno de los unicornios brasileños.
México tiene unas 500 empresas «fintech» y de estas 200 operan bajo la Ley Fintech promulgada en marzo de 2018.
Colombia tiene al menos 148 compañías «fintech«, una cifra que creció en 2018 un 76 % con respecto al año anterior y coloca al país en la vanguardia de la región, según la consultora KPMG.
La Cámara Argentina de Fintech contabilizó 133 empresas de este tipo en el país el año pasado y casi la totalidad puede categorizarse como pyme.
En Chile hay unas 120 empresas, número que se prevé que siga creciendo entre el 15 al 20 % anual gracias al capital de riesgo y al mayor apetito de los inversionistas, dijo a Efe el director ejecutivo de FinteChile, Ángel Sierra.
Perú suma unos 81 emprendimientos tecnológicos financieros y estos se clasifican en su mayoría como plataformas de pagos y remesas (27,2 %).
Uruguay contabiliza unas 30 empresas «fintech», la mayoría de estas con un promedio de diez empleados cada una, aunque también hay unas tres o cuatro grandes, en rubros como préstamos al consumo y sistema de pagos.
En cambio, las «fintech» en Paraguay tienen escasa proyección dada su reciente inserción que se remonta a poco más de cinco años y desde entonces funcionan unas 40 empresas.
La escasez de efectivo, la hiperinflación y la paralización de los servicios bancarios ha impulsado el surgimiento de negocios «fintech» como alternativa a la crisis en Venezuela.
En diciembre de 2018 nació la Asociación de Fintech Venezuela que agrupa a más de 100 miembros y que calcula que solo en este año han surgido al menos 10 firmas de este tipo.
«El mercado venezolano es muy receptivo. Cuando le preguntamos a la gente si estaría dispuesta a utilizar un método distinto a los ofrecidos por la banca, la gente responde que sí, siempre y cuando las comisiones sean inferiores y tengan disponibilidad 24/7», manifestó a Efe la cofundadora de Fintech Venezuela, María Elena Machado.
Bolivia no dispone de una ley que rija el funcionamiento, dé la autorización o controle a las empresas «fintech», aseguró a Efe el economista miembro del directorio del Banco Central boliviano, Abraham Pérez.
El sector en Ecuador está aún en una situación de considerable retraso con respecto a otros países en tanto que en el 2017 solo se contabilizaron 31 compañías de este tipo.
Las «fintech» están creciendo rápidamente en República Dominicana, pues tienen un millón de usuarios y mueven un promedio de 12 millones de transacciones mensuales.
Y en Puerto Rico esta expansión deriva en parte del hecho de que desde 2004 la cantidad de sucursales bancarias físicas ha disminuido de 546 a 304 para 2017.
Un panorama prometedor
Aunque la regulación sigue siendo un reto importante en mercados como Paraguay, Bolivia, entre otros, la autopista para las «fintech» se muestra despejada en Latinoamérica.
«Se está viviendo un auge de las ‘fintech’ justificado por el tamaño de la oportunidad, porque son estas las que están solucionando problemas que actores tradicionales (bancos) no son capaces de ofrecer y acercan a la gente a muchos servicios financieros que antes no tenían», destacó la colombiana Camila Castro, de la firma Ualet, reconocida como la «fintech» más innovadora de Suramérica por Finnosummit.
El BID prevé que «la internacionalización de las ‘fintech’ va a continuar expandiéndose ya que, con pocas excepciones, los mercados de cada país aún son pequeños para alcanzar la escala necesaria».
«México y Brasil parecen ser dos de los destinos favoritos de los emprendedores, principalmente por el tamaño del mercado potencial pero también por la certeza regulatoria. Algunas ‘fintech’ colombianas están expandiéndose o abriendo empresas en estos países», apuntó.
Venezuela es una historia aparte pues aún predomina el difícil acceso al financiamiento, la falta de contacto directo con la banca tradicional y se tiene el requerimiento por parte del Banco Central de tener un capital mínimo de 25.000 euros.
Y en segundo lugar el BID pronostica «la tendencia de una transición de plataformas monoproducto a multiproducto, como otra forma de crear escala y llegar a mercados más amplios. Esto viene acompañado de alianzas y fusiones con instituciones financieras tradicionales o la transición a la banca abierta, dependiendo de los mercados».
Historias de éxito
El ecosistema colombiano está abanderado por Ualet, una ‘app’ para invertir en línea en los principales fondos que ha sido reconocida como la «fintech» más innovadora de Suramérica por Finnosummit y en la que actualmente 14.000 colombianos están ahorrando e invirtiendo.
«Ualet ha logrado romper paradigmas. En primera instancia logramos una vinculación 100 % digital sin firmas, huellas o papeleos (…) así como también ser de los primeros en tener toda la infraestructura en la nube», dijo a Efe Camila Castro.
Nubank también es pionera en el segmento de servicios financieros actuando como operadora de tarjetas de crédito y banco digital en Brasil, México o Argentina. Fundada en 2013, posee un valor por encima de los 1.000 millones de dólares y alcanzó los 12 millones de clientes en Brasil y los 1.700 colaboradores.
Entre las «fintech» mexicanas destaca Bitso, una empresa dedicada a las transacciones mediante la criptomoneda bitcóin que actualmente cuenta con más de 600.000 usuarios.
En Argentina está la empresa Ripio, que ofrece servicios basados en «blockchain» y que ha desarrollado una red de créditos globales basada en contratos inteligentes lanzada en 2017.
El director ejecutivo de FinteChile resalta la historia de Cumplo, una empresa de «crowdfunding», que nació hace cinco años y que en su opinión ya es una de las más importantes de la región.
El Salvador cuenta con tres «fintech» en un país que en junio de 2018 formalizó su adhesión al acuerdo-marco de colaboración, consulta e intercambio de información sobre proyectos de este tipo con el Instituto Iberoamericano de Mercado de Valores.
Una de las más grandes en República Dominicana, con una década en el mercado y 800.000 clientes, es Tpago, una billetera electrónica y recopilador de cuentas bancarias que se gestiona desde una ‘app’.