Fuente: Diario Financiero
La Asociación de Bancos publicó un informe en el cual indican que, de acuerdo a cifras entregadas por Visa, la tasa de fraudes en tarjetas de crédito en Chile disminuyó de 4,6 a 3,4 puntos base entre el cuarto trimestre de 2016 y el primer trimestre de 2018.
Esto significa que de cada $100.000 transados solo $34 equivalen a operaciones fraudulentas.
Según el gremio presidido por José Manuel Mena, «esta cifra no sólo ha disminuido en el tiempo, sino también es tan solo un tercio del promedio mundial y un cuarto de la tasa de fraude en Latinoamérica».
En lo que respecta a transferencias electrónica de fondos la cifra sería menor, a marzo llegó a 0,2 puntos base, lo que representa que de cada $100.000 transferidos, solo $2 equivalen a fraudes.
Otro de los aspectos que abordó el documento de la industria fueron las amenazas cibernéticas. Un aspecto sensible para la banca teniendo que en cuenta que en mayo lleva pérdidas acumuladas por eventos de riesgo operacional por $ 25.872 millones, lo que ya representa al 59,2% a lo informado al término del año pasado según cifras de la Comisión para el Mercado Financiero.
Según la ABIF, Chile está entre los países que reciben más ataques informáticos del mundo. El estudio de Kaspersky Lab expone que el país enfrenta en promedio 215 mil ataques a redes informáticas al día (equivalente a 150 ataques por minuto o 2,5 por segundo) y el 13,63% de las empresas y personas usuarias de los productos de Kaspersky Lab en Chile ha sido objetivo de intentos de ataque en un período de referencia de 30 días, siendo el 14° país más atacado entre un total de 188 jurisdicciones analizadas.
La estadística, además, sitúa a Chile en el segundo lugar de los países OCDE más atacados y en el tercer lugar de Latinoamérica.
En lo que respecta a la banca según Kaspersky Lab, el 0,8% de los usuarios en Chile ha sido atacado por malware financiero —programas maliciosos destinados a robar dinero o acceder de forma indebida a cuentas bancarias— siendo el quinto país más atacado entre los países OCDE y el octavo en Latinoamérica.
Frente a esta situación, la ABIF asegura que la industria «ha respondido mediante la implementación de protocolos de coordinación y diversas medidas tecnológicas tanto a nivel de industria como a nivel de cada institución».
Además, afirmaron que su rol «reside en proveer una infraestructura robusta y velar porque se apliquen los mejores estándares de seguridad».
