Boom de la banca digital en Argentina: uno a uno, los 7 «grandes» que salen a ofrecerte dinero y nada de burocracia

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Fuente: IproUP

Con personal mínimo y sin dinero físico circulante, la banca digital ofrece una nueva opción de operar a bajo costo y con acceso inmediato a los usuarios que se encuentren dentro y fuera del sistema financiero.

Por lo pronto, este 2019 asoma con una oleada de iniciativas que marcan la antesala de la revolución que se generará en el sector.

Este nuevo tipo de bancos, de base tecnológica, surgió como respuesta a los cuestionamientos de los usuarios de las entidades tradicionales, en los cuales sus procesos burocráticos para cualquier trámite vienen siendo la queja más común.

Ante este escenario, diversos empresarios, muchos de ellos del sector financiero, se reconvirtieron en banqueros digitales a fin de transformar esas protestas en una oportunidad.

Minimizar los tiempos de respuesta y presentar una gran oferta de productos a costos menores (gracias a la ausencia de sucursales) fueron dos pilares que les marcaron el camino a seguir.

1. Wilobank

En 2016, el Banco Central le dio luz verde a Wanap, que luego se renombró a Wilobank. La entidad está al mando de Eduardo Eurnekian, de Aeropuertos Argentina 2000 y Corporación América; y Guillermo Francos, exdirector del Provincia.

Tras dos años de trabajo (debutó el 30 de junio), ya festeja 26.000 clientes y espera terminar 2019 con 150.000.

«Vimos un espacio muy grande de inclusión, que no sólo tiene que ver con las nuevas generaciones como los millenials, sino también con quienes no encuentran en la banca la respuesta adecuada», afirma Francos.

Quienes se desempeñan en la economía informal, uno de los targets buscados por Wilobank, pueden acceder a préstamos, tarjetas de créditos y cuentas en pesos y dólares, entre otros productos, además de la posibilidad de ingresar a operar vía Internet en cualquier momento.

Para estos clientes, la entidad utiliza el scoring que se realiza a través del Veraz y les ofrece una tarjeta de crédito con un límite inicialmente bajo. Sin embargo, cada usuario puede ir reconstruyendo su propio scoring para ir mejorando su historial financiero.

«Somos el primer banco 100% digital y queremos liderar un cambio de paradigma dentro de la industria», afirma Francos .

Actualmente, en Wilobank trabajan en una tarjeta de crédito virtual, que poco a poco irá remplazando a la Mastercard contactless que hoy es parte de su oferta. Además, ofrecerá cuentas a menores, a partir de los 10 años, y transferencias internacionales.

2. Brubank

En un camino paralelo se encuentra Brubank, la empresa liderada por Juan Bruchou, expresidente del Citi, quien también propone una plataforma 100% digital y móvil.

Sólo basta con bajar la app para que cualquier persona pueda comenzar a operar y obtener desde una caja de ahorro en pesos y dólares hasta armar un plazo fijo, conseguir un préstamo personal y efectuar transferencias a cualquier banco tradicional.

Pero si hay algo en lo que quieren diferenciarse es en la experiencia de usuario que, al fin y al cabo, es lo que lo hará más atractivo.

Por ello, un equipo de desarrollo propio trabaja en base a las necesidades del cliente desde el minuto cero, innovando y modificando continuamente la plataforma.

Con Brubank se lanza al mercado una tarjeta Visa con contactless, la tecnología que permite pagar sólo con apoyar el plástico en una terminal.

Sin embargo, una de las opciones más novedosas consiste en «cuotificar» las compras realizadas con débito para que puedan pagarse mensualmente.

3. Rebanking

«Hijo centenial» de la empresa de servicios financieros Grupo Trasatlántica –que cuenta con casi 50 años en el mercado–, este nuevo banco digital nació bajo la visión de hacer del modelo financiero un negocio perdurable en el tiempo.

«Rebanking está pensado como una ‘compañía de producto’ que ofrece el servicio adecuado a la necesidad de cada persona», explica Stefano Angeli, CEO de la entidad digital.

Para contar con sus prestaciones no es necesario poseer un track record (historial, en este caso, financiero). De este modo, la firma apunta a los sectores más bajos que necesitan una propuesta bancaria acorde.

El cliente se hará de una calificación que le permitirá ir logrando más beneficios, gracias a una herramienta que combina información pública con la incidencia de su comportamiento financiero.

«Nuestro objetivo no es sólo complementar la banca tradicional, sino también fomentar la inclusión de los sectores no bancarizados o informales», remarca Angeli.

Uno de los mayores diferenciales de Rebanking es su foco en segmento de las Pymes: buscará fomentar una atención más personalizada, similar a la que se le da a un individuo.

Por otro lado, la compañía será la puerta de entrada de la tarjeta de crédito American Express a la banca digital.

4. Openbank

Ante la oleada de estos nuevos jugadores, la banca tradicional no se queda atrás y también quiere dar pelea. Tal es el caso de Openbank, la entidad digital del Santander, que próximamente hará su debut en la Argentina.

La empresa ya opera con éxito en España y el mando local está en las manos de Federico Procaccini, ex CEO de Google Argentina.

En el país ibérico, la aceptación fue tal que ya cuenta con un millón de clientes que pueden operar en más de 25 mercados, en tiempo real y con más de 1.000 fondos comunes todos los días del año y en cualquier horario.

«Openbank es parte del proceso de transformación digital que vive Santander. Ofrece un día a día más simple para los colaboradores, optimiza los procesos internos y mejora la experiencia de los clientes», indican desde la empresa.

Localmente, aspira a ser el mejor banco digital del país, por lo que contará con una completa plataforma flexible y ágil, y utilizará una infraestructura tecnológica basada en la nube.

Entre los productos que ofrecerá se destacan la caja de ahorro, tarjetas de créditos, préstamos e inversiones, entre otros. Cada uno de ellos se irá lanzando paulatinamente una vez que Openbank comience a operar.

5. Naranja

Aunque nació en el mercado de las finanzas tradicionales, entró en la comunidad digital con productos y servicios –propios y de terceros– para consolidar herramientas de cobro y alianzas que apunten a facilitar la vida cotidiana.

Centrados en la inclusión financiera, potenciará esa estrategia de la mano de la tecnología.

«No vamos a dejar de ser Naranja por incorporar una capa mucho más digital. Tenemos que basarnos en nuestro ADN, que son las personas», dice Gustavo Fazzio, director de Servicios Financieros de Naranja.

Y agrega: «Las relaciones humanas, físicas o digitales, seguirán siendo la clave del éxito, independientemente de que su foco esté puesto en desarrollar nuevos negocios, mejorar procesos internos o generar nuevas experiencias».

Pero son las cifras las que sustentan este objetivo: hoy, Naranja cuenta con 1.137.000 usuarios digitales activos por mes y 2,2 millones de resúmenes virtuales.

Es precisamente la App Naranja y el Botón de Pago lo que les permitió crecer en cantidad de clientes, que se vinculan a través de sus canales online.

También va en esa dirección el reciente lanzamiento de Naranja Pos, que posibilita a comerciantes y profesionales operar desde una aplicación y cobrar con un dispositivo (dongle) que acepta todas las tarjetas y no tiene costo de mantenimiento.

6. Wenance

Con una propuesta más abarcativa, Wenance permite manejar las finanzas personales de manera ágil y rápida. Bajo su paraguas funcionan dos tipos de servicios.

– El primero es Welp, una plataforma financiera pensada para acompañar a personas del segmento medio a lo largo de su vida, respondiendo a diversos tipos de demandas. Está diseñada para quienes se encuentren en zonas en las que no existen sucursales bancarias y tengan la necesidad de operar financieramente.

También apunta al público subbancarizado, es decir, que dispone del acceso pero no lo aprovecha. Dentro de la oferta de Welp se destacan los créditos personales y las tarjetas de crédito.

– Por otro lado, está Mango, un servicio basado en la inclusión financiera tradicional, orientado a la población que no está bancarizada, pero que a través de un celular puede obtener estos servicios.

«Pese a ser una empresa tecnológica con todos los procesos digitalizados, contamos con un seguimiento de personal capacitado para responder a cualquier problema que puedan tener quienes busquen acceso financiero», explica Adrián Mastronardi, CTO de Wenance.

«La digitalización viene de la mano de la evangelización y la educación», remarca Mastronardi, quien además sostiene que «hay que romper con las ventanas de espacio y tiempo, ya que los bancos operan con procesos de hace 40 años y hoy hay que ofrecer productos que sean personales de verdad».

7. Ualá

Con 14 meses en el mercado, es una aplicación móvil de finanzas personales asociada a una tarjeta Mastercard prepaga gratuita, que permite realizar compras por Internet y en comercios. Su meta es «todo aquello que una persona hace en un banco».

La firma acepta a cualquier individuo desde los 13 años, contribuyendo así a brindar educación financiera a edad temprana.

«En nuestro primer año, llegamos a emitir un récord de 4.000 tarjetas por día», asegura Pierpaolo Barbieri, fundador de Ualá.

«Apuntamos a contar con una tarjeta de débito para que más argentinos accedan al crédito», completa.

Su lanzamiento más reciente es el pago de servicios y de más de 3.000 proveedores directamente desde la aplicación. De este modo, con sólo escanear el código de barras de las facturas con el celular se podrán abonar de forma rápida, simple y gratis, en pesos o en dólares al cambio del momento.

En cinco clics

Hoy, los clientes no quieren pisar una sucursal ni formar una fila. Que todo se solucione a través de un dispositivo móvil es una opción invaluable. Por ello se prevé que estas nuevas plataformas ganen muchos más usuarios que los bancos tradicionales, siempre que éstos no se muevan más rápido.

Desde el vamos, la utilización de estos servicios es tan veloz que muchos resignarían para siempre la posibilidad efectuar cualquier trámite en ventanilla.

Tal es así que, para aprovechar los productos de los bancos digitales generalmente sólo basta con ingresar a la aplicación o la web.

De ahí en más, todo es cuestión de unos pocos clics en los que se le pedirá al potencial cliente escanear un DNI, verificar la identidad, completar un formulario con datos personales, seleccionar los productos que desea y, por último, definir un nombre de usuario y una contraseña.

Todo esto no lleva más de cinco minutos. Lo mismo ocurre con la solicitud de un crédito personal, cuya aprobación insume unos 10 minutos.

Asimismo, una ventaja con la que corren estas nuevas entidades es que la toma de decisiones en la revisión de un producto o implementación puede demorar unas 24 horas, gracias al dinamismo que el propio sector busca imprimirle.

La nueva banca digital tiene la capacidad de «aprender del mercado» y extrapolarlo a otros, por lo que no es raro que todos estos desarrollos ya estén cruzando la frontera argentina y dando que hablar.

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