Fuente: www.computing.es
Un estudio de Bain & Company destaca que Amazon obtiene casi el mismo nivel de confianza que los bancos para gestionar su dinero entre los consumidores de EE. UU. y Reino Unido.
Las empresas tecnológicas están planteando un desafío claro para los bancos de forma inminente. El caso más destacado es el de Amazon, que según parece está en conversaciones con JPMorgan Chase y otros grandes bancos minoristas para crear un producto similar a una cuenta corriente dirigida a adultos jóvenes y sin cuentas corrientes. Este movimiento sería la continuación de las incursiones iniciales de la compañía en productos financieros en los últimos años. Y según el nuevo informe de Bain & Company, “Banking’s Amazon Moment”, muchos clientes bancarios están dispuestos a aprobar esta disrupción.
En su último estudio anual sobre banca minorista, Bain & Company entrevistó a más de 133.000 clientes en 22 países y halló que, en la mayoría de los países, al menos la mitad de los entrevistados dijo que estaba dispuesto a comprar un producto de servicios financieros de una empresa de tecnología. Amazon estaba en el primer puesto en cuanto a la confianza de los consumidores, seguida de Apple y Google.
Este hallazgo puede sorprender a la industria bancaria tradicional, que apuesta por las startups del sector fintech como posibles disruptores. Sin embargo, cada vez está más claro que las empresas de tecnología establecidas podrían suponer una amenaza mayor. Las fintechpueden tener productos innovadores, pero les cuesta crear una marca reconocida o un modelo de distribución que atraiga a muchos clientes. Las grandes empresas de tecnología ya tienen marcas establecidas y acceso a una amplia base de clientes, lo que proporciona una ventaja de distribución casi inexpugnable.
«El interés de Amazon en la banca es algo que llevamos anticipando un tiempo», dijo Gerard du Toit, que lidera el área sobre banca y de pagos de Bain & Company en Estados Unidos. «Las cuentas de cheques y débito son notoriamente poco (o nada) rentables, especialmente para un modelo sin comisiones destinado a clientes más jóvenes, que a menudo tienen poco dinero para mantener en la cuenta. A la mayoría de los bancos no les gusta servir a esta parte del mercado. Pero Amazon tiene una serie de buenas razones para dedicarse a él. Sus costes incrementales para hacerlo serán casi nulos y se beneficiará en áreas que van más allá de generar dinero en cuentas bancarias».
Amazon puede permitirse ir tras este segmento teóricamente no rentable, en parte porque puede transformar la economía del sector bancario; Amazon no tiene la carga de una costosa red de sucursales y centros de contacto, que Bain & Company estima que supone aproximadamente el 40% de los costes típicos de un banco minorista en EE.UU. La compañía también puede evitar muchos de los costes de adquisición de clientes que soportan la mayoría de los bancos, porque ya tiene relación digital con un gran número de consumidores.
Amazon también puede evitar el cumplimiento normativo bancario o la gestión del balance. Por ejemplo, el socio bancario minorista de Amazon tendría los depósitos, mientras que Amazon diseñaría y gestionaría la distribución y la experiencia del cliente.
Finalmente, Amazon puede hacer que sea más fácil para los clientes pagar directamente desde esa cuenta en lugar de con sus tarjetas de crédito, que imponen comisiones por cada transacción en Amazon o sus comerciantes externos. Bain & Company estima que Amazon podría evitar más de 250 millones de dólares en comisiones anuales solo en EE. UU.
Para elevar su competitividad y evitar las incursiones de las grandes firmas de tecnología, los bancos minoristas pueden aprender de Amazon en tres áreas críticas:
- En primer lugar, los bancos deben tomarse en serio darles prioridad a los clientes y satisfacer sus necesidades de manera innovadora en vez de imitarse a impulsar los productos.
- Segundo, tendrán que aprender a moverse de forma mucho más ágil,descartando la toma de decisiones por comité.
- En tercer lugar, pueden usar nuevos canales de distribución al asociarse con empresas de tecnología, de modo que puedan mejorar sus capacidades en el diseño de la experiencia y la ciencia de los datos.