Fuente: www.lainformacion.com
Por Pavel Ramírez
La poca presencia de mujeres en las inversiones en criptomonedas evidencian su falta de acceso al capital, pero también su buen juicio financiero.
Las multitudinarias marchas del pasado 8 de marzo alrededor del mundo no sólo supusieron un éxito reivindicativo para las mujeres, sino que el seguimiento por buena parte del género masculino evidenció que el feminismo es una realidad que nos afecta a todos. Al margen de las residuales disputas ideológicas entre quienes consideran que la presencia de hombres en una manifestación feminista le roba protagonismo a las mujeres y quienes no, una cosa está clara: algo está cambiando.
Superadas arcaicas barreras como el voto universal o el acceso al trabajo, la cuarta ola feminista pretende transformar no sólo una sociedad heteropatriarcal, cosificadora y sexista, sino la propia identidad de la mujer: compartir los espacios tradicionalmente ocupados por el hombre es uno de los grandes retos que nos quedan por superar en los próximos años. Precisamente por eso, sorprende que aún existan esferas sociales en las que el hombre prepondera, algo que The Atlantic se cuestiona en un curioso experimento para averiguar el porcentaje de hombres y mujeres que participan de algo tan aparentemente unisex como los bitcoins.
Sólo el 3% de los inversores en bitcoins son mujeres
Nadie conoce con certeza qué ocurrirá en los próximos meses o años con el bitcoin. La incertidumbre se cierne sobre la popular criptomoneda, que no vive sus horas más dulces. Después de varios años de crecimiento superlativo, desde finales de 2017 la divisa virtual ha empezado a perder valor a raíz de las amenazas de gobiernos, organismos internacionales y bancos de regularla. De ahí que nadie esté seguro de si se hará rico o caerá en la bancarrota. Lo que sí sabemos es quiénes serán de oro o lo perderán todo: los hombres.
“Los datos sobre quién posee las monedas son difíciles de encontrar, pero Uphold, un monedero de divisas virtuales que tiene acceso a los datos de sus usuarios, afirma que el 75% de ellos son hombres; mientras, Coin Dance, la cual recoge estadísticas de la propia comunidad bitcoin, asegura que el 97% de las compras eran realizadas por hombres”, explica la periodista Hannah Kuchler en el Financial Times.
“Calcular exactamente quién está apostando su dinero en este tipo de activos es difícil porque parte del atractivo de invertir en criptomonedas es la seguridad del anonimato. Pero encuesta tras encuesta señala lo que la evidencia sugiere: las mujeres están poco representadas. Google Analytics establece la división en un 96,57% de hombres respecto a un 3,43% de mujeres”, coincide Anne Gaviola, de CBC News.
Sin embargo, no es el único motivo. Numerosos estudios señalan que, en el entorno familiar, la mujer suele ejercer el rol de administradora de las finanzas. El motivo que algunos expertos esgrimen es que son capaces de ejercer más control sobre los gastos futuros, especialmente cuando hay hijos de por medio. Por el contrario, en los últimos años surgido voces que piden a la mujer, especialmente a la que no tiene pareja, que mejore en el aspecto financiero, como sugiere este artículo de El País.
Por otra parte, si consideramos las inversiones como manifestaciones de ludopatía, las mujeres son a priori menos susceptibles de ‘enfermar’: poco más del 30% de los ludópatas en España son mujeres, una cifra que se asemeja más a la propuesta por Uphold (25%) que el 3% que estiman Coin Dance y Google. En cualquier caso, hay una posibilidad mucho más simple: el bitcoin no interesa a las mujeres. Puede que una mujer tenga independencia económica y un ordenador a mano -los dos elementos imprescindibles de las criptomonedas-, pero simplemente prefiere invertir su dinero en otras cosas.