Fuente: www.df.cl
El increíble caso de una niña de 11 años que piensa en un sistema operativo.
Sheldon Cooper y Leonard Hofstadter son dos de los personajes protagónicos de «The big Bang Tehory», una de los sitcom más populares de Estados Unidos y que también es muy seguida en Chile. La serie muestra las aventuras y desventuras de un grupo de genios científicos, fanáticos de la ciencia y la tecnología.
A miles de kilómetros al sur de EEUU, pero en la vida 100% real, un pequeño y largo país de Sudamérica también está produciendo mini genios. Y no están precisamente en el radar de los grande estudios cinematográficos sino en el de las gigantes tecnológicas.
Un caso increíble es el de Sofía Dorta, quien a sus tempranos 11 años ya comenzó a programar desde su celular. Tal fue el impacto que generó que Google (Si, ¡Google!) La puso en contacto con dos de sus ingenieras en california.
Pero la firma de Mountain View no ha sido la única en poner sus ojos en Sofía. Tras participar en una hackathon auspiciada por IBM Chile, la compañía asomprada por su talento, empezó a proporcionarle desde hace algunos meses cursos online de inteligencia artificial.
HAy más. La pequeña Sofía está construyendo Code Classroom, un sitio web para enseñar a programar, y participa en La Pizza Mecánica, programando un robot que competirá en California, con el auspicio de STEM Academy. Así no más.
Puede ser una niña, pero tiene un objetivo claro: construir un nuevo sistema operativo claro: construir un nuevo sistema operativo pero «que sea ágil, porque todo se está probando en la nube; muy seguro, multiusuario y personalizable en algunos temas» cuenta Sofía.
Está tan comprometida con su objetivo que aspirar conseguir una beca para ser desarrollador android.
Pero Sofía no es la única. En la misma línea de la programación y la informática, se encuentra Tomás Pérez Orellana. Con solo 14 años, este joven alumno de la Escuela de Verano de la Universidad de Chile, ha participado en tres cursos, uno de ellos de robótica. Aquí aprendió a diseñar con Lego Mindstorms, conocimiento que le permitió participar en el grupo Robotec 2 para compartir enla First Lego League Chile, donde ganaron un cupo apara asistir al First Lego League Internacinal Open Champion Ship Bath, UK 2017.
Su compañero de competencia, Balz Korecic, que este año comenzará a cursar ingeniería en la Universidad de Chile, profundizó los conocimientos que ya sabía en lenguaje C++ para programar el robot.
«Tener 12 años y poder ir auna comperencia internacional es hacerte cargo de lo que quieres ser a edad muy temprana», recalca la subdirectora de la EdV, Alejandra Ávila.
Científicas sub 25
LA informática no es elúnico campo de acción de los jóvenes genios; en ciencia también hay casos de éxito. ACarolina Águila, por ejemplo, siempre le apasionó la idea de ser científica, pero sus 450 en la PSU pudieron haber frustrado su sueño. No obstante, la iniciativa Cupo Explora-Cátedra Unesco, de Conicyt le permitió estudiar ingeniería en Biotecnología y hoy se perfecciona con un Magister. Tiene dos publicaciones científicas en el área de la biomedicina y no supera los 25 años.
Javiera Pino, es otro ejemplo de éxito. La estudiante de ingeniería civil en Biotecnología de la Universidad de Chile, participó en iGem, la mayor competencia internacional de biotecnología, realizada en Boston, EEUU. Allí, junto a un grupo de compañeros -todos exalumnos de la Escuela de Verano de la casa de Bello-, defendió una aplicación de ingeniería genética para microalgas, que optimiza la fijación de CO2 y produce materia prima.
Hoy los jóvenes planean instalar un biorreactor en un espacio público donde las microalgas realicen estas funciones y hacer viable el proyecto.
Cultura emprendedora
Todas estas extraordinarias historias, sin embargo, constratan con la realidad chilena en materia de ciencia y tecnología, especialmente por la falta de profesionales para cubrir la demanda actual.
En este contexto, destaca la iniciativa de Corfo a través del Programa de Apoyo al Entorno para el Emprendimiento y la Innovación (PAEI).
En alianza con establecimientos de enseñanza básica y media, 50 proyectos han sido apoyados con más de $1.300 millones durante 2016 y 2017. Maricarmen Torres, subgerenta de esta unidad, detalla que se ejecutaron 30 en 2016 con la participación de 214mil estudiantes.
Desde el sector privado también han surgido iniciativas. Por ejemplo, en Fundación Telefónica, estudiantes de 1° a 4° medio y profesores se capacitan cada verano en el curso de Innovación Modular educativa Tecnológica(IMET) en contenidos de Programación, Diseño y Robótica. En 2017, se benefició a 1.471 alumnos y 32 profesores.
Igual de activa es la Fundación Ciencia Joven. A través del Programa Academia incentiva el aprendizaje de ciencias duras en establecimientos de base científica débil. Junto a Google, han llevado esta iniciativa a 14 colegios de la comuna de Quilicura, impactando a 269 alumnos.