Fuente: www.expansion.com
Las subidas estelares experimentadas por la criptomoneda este año enmascaran las fuertes oscilaciones que ha sufrido por el camino. Expertos en inversiones advierten de los riesgos que plantea un activo así.
Como consecuencia del reciente entusiasmo por el bitcoin, la infraestructura que apoya a esta moneda digital ha empezado a crujir bajo el gran volumen de negociación y su volatilidad. El precio del bitcoin ronda los 17.000 dólares, un aumento de más del 1.500% desde enero. Si bien antes se consideraba un activo para tecnófilos, ahora está ganando más aceptación por el interés de Wall Street en sacar beneficio de su popularidad.
Pero estas ganancias enmascaran los rápidos cambios que ha sufrido. Muchas de las plataformas de negociación, como Coinbase, tienen problemas cuando los inversores intentan vender activos en grandes cantidades.
Lo mismo sucede con instituciones tradicionales: Chicago Board Options Exchange (CBOE) Global Markets, la Bolsa de derivados de EEUU, tuvo que parar la cotización en dos ocasiones el lunes tras lanzar los primeros contratos de futuros sobre el bitcoin.
Para los defensores de bitcoin, convencidos de su potencial para transformar la economía, estos son sólo pequeños inconvenientes.
No obstante, los críticos advierten de que la locura con el bitcoin muestra todos los signos de una burbuja fuera de control.
Un desplome podría afectar a todo el sector financiero. Hay muchos casos de gente que compra criptoproductos mediante tarjetas de crédito, hipotecas y préstamos.
De fiebre a tendencia
Nacido en 2009 a raíz de la crisis financiera, el origen del bitcoin está en la búsqueda de un cambio libre no dependiente de la banca central. En una primera fase, ganó adeptos entre expertos en informática, activistas políticos y otros grupos que habían perdido la confianza en las instituciones tradicionales. Este descontento con el statu quo parecen compartirlo sus seguidores más recientes. Un sondeo de la web de criptomonedas CoinSpectator arrojó que el 61% había comprado bitcoins en el último año.
«La gente cree que su dinero está más seguro en un sistema descentralizado y sin fronteras», explica Matthew Buck, cofundador del hedge fund Blockchain Capital.
En un año, Buck ha convertido 14.000 libras en un millón. No tiene planes inmediatos de hacer caja porque está convencido de que un día la moneda virtual y la tecnología que la respalda serán un medio aceptado por todos para hacer pagos en tiempo real.
De los 16,7 millones de bitcoins en circulación, más del 35% se ha gastado o negociado en el último año, según los datos de Chainanalysis, mientras que cerca de un 20% está en manos de «inversores estratégicos». Gran parte del resto ha estado sin utilizar durante años.
La falta de liquidez y las oscilaciones del precio pueden suponer severas limitaciones para el uso del bitcoin como moneda para transacciones. No obstante, ha surgido una red global de más de 400 plataformas no reguladas para proveer a los criptomercados de capital. Los especuladores comparten información en foros, Twitter y YouTube.
Según CoinMarketCap, en la última semana se han negociado bitcoin por valor de 80.000 millones de dólares.
Empresas más convencionales están entrando en el sector. Como ya ha hecho CBOE, el operador del mercado de futuros de Chicago, su rival CME Group lanzará futuros sobre el bitcoin la semana que viene, y el Nasdaq planea hacer lo mismo el año próximo. Bancos de inversión como JPMorgan Chase analizan si permiten negociar esos futuros, y Goldman Sachs estudia un papel similar ante la demanda de los clientes.
Las plataformas de apuestas también permiten el comercio en el mercado. Y el número de hedge fund que invierte en criptomonedas se ha triplicado de 55 a finales de agosto a 170, según la firma de análisis Autonomous NEXT. El mayor interés institucional ha dado legitimidad a la moneda. Pero expertos en inversiones advierten de que sigue habiendo numerosos riesgos.
Corrección
John McAfee, experto en ciberseguridad, ha pronosticado que el precio del bitcoin alcanzará el millón de dólares a finales de 2020. En el extremo opuesto, otros expertos aseguran que su valor caerá a cero.
En el término medio, hay quien apunta a que habrá una corrección en el precio. «Cualquier cosa que suba un 900% sin una base sólida, en algún momento bajará», afirma Andreas Antonopoulos, autor de Mastering Bitcoin and The Internet of Money.
Sara Feenan, directiva de la empresa de tecnología block-chain Clearmatics, cree que podrían producirse caídas repentinas por un suceso como el hackeo de una Bolsa.
«Los inversores institucionales tienden a ser oportunistas. Las entidades sacan el dinero en busca de ganancias a corto plazo. Las grandes operaciones son las que pueden hacer oscilar el mercado», opina Feenan. Aun así, son pocos los expertos que ven señales de un cambio repentino.
Otro riesgo es que los hackers lleguen a las cajas fuertes digitales en las que los inversores en bitcoin almacenan sus criptomonedas. MtGox, en su día el sitio más conocido para comprar y almacenar bitcoin, perdió 850.000 monedas (que por entonces tenían un valor de 500 millones de dólares) antes de caer en bancarrota en 2014.
«Los inversores no están protegidos frente a la estafa, el fraude y los hackers», recuerda Lilian Chovin, responsable de inversión del banco Coutts, que no ha introducido el bitcoin en su estrategia de inversión.
La ira de los reguladores
El anonimato del que disfrutan los usuarios ha fomentado las actividades delictivas. Los reguladores estudian cómo dar protección a los inversores, aunque la naturaleza del bitcoin podría dificultar sus esfuerzos. Las autoridades de los distintos países han adoptado estrategias muy diversas. China ha intentado prohibir el intercambio de criptomonedas, mientras Japón ha regulado el bitcoin como medio de pago. La Comisión del Mercado de Valores (SEC) advirtió esta semana de los riesgos de comerciar con criptomonedas, pero no tomó ninguna medida.
Limitaciones de la tecnología
Para sobrevivir a largo plazo, el bitcoin tendrá que superar el desafío que representan otras criptomonedas potencialmente más eficientes.
Las monedas alternativas como el ethereum, el ripple, el litecoin y el dash también han registrado aumentos espectaculares este año.
Países como India, Rusia y China se plantean introducir sus propias criptomonedas.
Aunque el bitcoin juega con la ventaja de ser el pionero, hay un límite en el número de transacciones que la red bitcoin puede procesar a la vez. Esto ha provocado retrasos en algunas operaciones.
Si se convirtiera en la criptomoneda de referencia, su mecanismo tendría que mejorar para permitir aumentar la frecuencia de los pagos y cantidades más pequeñas en sus operaciones.